Los muchos años y las obligaciones familiares, la mala administración de su poco dinero y el hecho de que con sus quehaceres cotidianos aún se sienten útiles para hacer funcionar sus casas, han convertido a la pareja que fueron Elvira y Gino en una sombra de lo que fueron.
Se repartieron hace mucho entre sus hijos, a los que deben estar agradecidos por darles el sitio que los bancos les negaron cuando no podían pagar su casa, pero separados como están, se esfumó su intimidad.
Cuando se telefonean, siempre les urgen a dejar la línea libre por si hay una llamada "importante"; les regañan si los ven fumando; cada mañana les quieren sacar del baño porque alguien llega tarde a algún sitio.
Cuando se telefonean, siempre les urgen a dejar la línea libre por si hay una llamada "importante"; les regañan si los ven fumando; cada mañana les quieren sacar del baño porque alguien llega tarde a algún sitio.
Son psicólogos, caseros, estrategas comerciales, canguros, maestros particulares, recaderos, diplomáticos y cocineros.
No tienen horarios y hasta de madrugada Gino acecha con unas tijeras en ristre al nieto rebelde mientras duerme para cortarle el flequillo.
Cuando se quedan solos es porque nadie los reclama y allí en una esquinita de sus habitaciones, aún se repiten en silencio lo que antes se decían uno a otro.
Un día Gino toma una determinación para hacer reaccionar a Elvira y reunirse de nuevo: ¡separarse de una vez por todas!.
Una brevísima "infidelidad" de ella - un tipo la besó hace cuarenta años - es la excusa perfecta...
Con tanta gracia como sentimiento, "Buon Natale... Buon Anno" es una de las épicas pequeñas historias que tanto gustaban a Luigi Comencini.
A poco que se piense, quizá sea también una especie de complemento, un lustro después, a la monumental - pero tan discreta - serie "Cuore" rodada por el maestro lombardo en 1984: los primeros pasos en la vida y los últimos fueron los que más le interesaron.
Y como ocurría con los chicos de aquella gran miniserie, toda la penuria - nada parecido a una maldición personal, antes bien una compañera renqueante con la que se acostumbra uno a vivir - que hay al fondo del encuadre no tiene el menor protagonismo frente a las enérgicas "niñerías" de estos inolvidables Virna Lisi y Michel Serrault, que no saben ni una palabra más acerca del amor que una pareja de novios adolescentes pero sí muchas sobre la ausencia.
Tanto les fastidia el afecto perdido por culpa de la distancia como lo hace el tener que ejercer un contacto físico "acorde" a la edad que tienen y que parece deba ser - para no escandalizar a nadie - el que media entre dos amigos entrañables por mucha pasión que haya habido entre ellos en el pasado.
Se trata entonces, de la misma aventura de recuperar las cosas importantes que veíamos en los grandes Borzage y McCarey (es obvia la conexión con "Make way for tomorrow" y tampoco está muy camuflada la que tiene con el dúo "Love affair"/"An affair to remember") cincuenta años antes, una quimera o un logro que borra la edad y que los conservará para siempre jóvenes.
El mejor ejemplo de cómo los mira Comencini podría ser el de una escena sin diálogos en que "bailan" mientras viajan de pie en un autobús de línea. Asidos el uno al otro para no caerse, las curvas y los frenazos del trayecto los zarandean cómicamente como si fuesen alguno de aquellos personajes que inmortalizaron tantas veces Charles Chaplin y Edna Purviance, improvisando un vals que les otorga por un instante "un lugar en el mundo", la gran aspiración de la comedia desde que el cine es cine.
Los objetos, las rutinas, el tiempo... maleables por la euforia del ensimismamiento.
Ahí ya no importa ni el aspecto ni la situación económica ni quién mira ni si llueve o hace sol.
Cuando se instala el film en esa clave, parecerán una misma cosa - a los ojos de cuantos se cruzan en su camino y de cuantos espectadores los miren con vana superioridad - la solidaridad sincera y la maniobra más extravagante, la valentía y el ridículo, la necesidad verdadera y el capricho repentino.
Y por supuesto no cabe victoria ni lección, únicamente, de nuevo, la satisfacción de haber podido ganar una partida al destino.
No tienen horarios y hasta de madrugada Gino acecha con unas tijeras en ristre al nieto rebelde mientras duerme para cortarle el flequillo.
Cuando se quedan solos es porque nadie los reclama y allí en una esquinita de sus habitaciones, aún se repiten en silencio lo que antes se decían uno a otro.
Un día Gino toma una determinación para hacer reaccionar a Elvira y reunirse de nuevo: ¡separarse de una vez por todas!.
Una brevísima "infidelidad" de ella - un tipo la besó hace cuarenta años - es la excusa perfecta...
Con tanta gracia como sentimiento, "Buon Natale... Buon Anno" es una de las épicas pequeñas historias que tanto gustaban a Luigi Comencini.
A poco que se piense, quizá sea también una especie de complemento, un lustro después, a la monumental - pero tan discreta - serie "Cuore" rodada por el maestro lombardo en 1984: los primeros pasos en la vida y los últimos fueron los que más le interesaron.
Y como ocurría con los chicos de aquella gran miniserie, toda la penuria - nada parecido a una maldición personal, antes bien una compañera renqueante con la que se acostumbra uno a vivir - que hay al fondo del encuadre no tiene el menor protagonismo frente a las enérgicas "niñerías" de estos inolvidables Virna Lisi y Michel Serrault, que no saben ni una palabra más acerca del amor que una pareja de novios adolescentes pero sí muchas sobre la ausencia.
Tanto les fastidia el afecto perdido por culpa de la distancia como lo hace el tener que ejercer un contacto físico "acorde" a la edad que tienen y que parece deba ser - para no escandalizar a nadie - el que media entre dos amigos entrañables por mucha pasión que haya habido entre ellos en el pasado.
Se trata entonces, de la misma aventura de recuperar las cosas importantes que veíamos en los grandes Borzage y McCarey (es obvia la conexión con "Make way for tomorrow" y tampoco está muy camuflada la que tiene con el dúo "Love affair"/"An affair to remember") cincuenta años antes, una quimera o un logro que borra la edad y que los conservará para siempre jóvenes.
El mejor ejemplo de cómo los mira Comencini podría ser el de una escena sin diálogos en que "bailan" mientras viajan de pie en un autobús de línea. Asidos el uno al otro para no caerse, las curvas y los frenazos del trayecto los zarandean cómicamente como si fuesen alguno de aquellos personajes que inmortalizaron tantas veces Charles Chaplin y Edna Purviance, improvisando un vals que les otorga por un instante "un lugar en el mundo", la gran aspiración de la comedia desde que el cine es cine.
Los objetos, las rutinas, el tiempo... maleables por la euforia del ensimismamiento.
Ahí ya no importa ni el aspecto ni la situación económica ni quién mira ni si llueve o hace sol.
Cuando se instala el film en esa clave, parecerán una misma cosa - a los ojos de cuantos se cruzan en su camino y de cuantos espectadores los miren con vana superioridad - la solidaridad sincera y la maniobra más extravagante, la valentía y el ridículo, la necesidad verdadera y el capricho repentino.
Y por supuesto no cabe victoria ni lección, únicamente, de nuevo, la satisfacción de haber podido ganar una partida al destino.
25 comentarios:
No he visto esta que comentas, pero tengo a Comencini en gran estima. En particular "El incomprendido", su Casanova y su Pinocho, y otras muchas obras a menudo cercanas y agudas.
¿Alguien ha visto "La storia"? Tengo especial curiosidad porque José Luis Guarner la incluyó alguna vez entre sus favoritas, y no es esa una mala referencia.
Ángel
No conozco "La storia", pero tengo varias de los 80 como esta que comento (la mejor junto a "Incompreso", "Tutti a casa" y "Le avventure..."), la serie a que aludo y "La Bohème" entre las mejores que hizo.
No parecía menoscabado ni plácidamente retirado Comencini en la TV, sino tan ágil e imaginativo como siempre.
Buenas tardes, Jesús... T
Te envié un comentario, pero como fue vía móvil quizás se haya perdido. En él te agradecía que hablaras de Comencini, una de mis debilidades del cine italiano, siempre a reivindicar, a evidenciar que no era de ningún modo un maestro menor.
No he visto esta película que comentas ni sus obras de los ochenta (¡ese "Cuore", qué ganas!). A cuentagotas, las editoras más pequeñas han ido distribuyendo en DVD algunas de sus obras, pero resulta a todas luces insuficiente. Es una lástima que un formato que permitiría la inclusión de subtítulos en varios idiomas, no se aproveche para tal fin.
Tomo nota de esta película y de lo que afirmas sobre sus obras de los ochenta: si lo que conozco suyo es oro puro, no imagino qué puede deparar aquellas a las que te refieres.
Fuerte abrazo,
Rafa.
Los subtítulos son un problema, sí.
Esta que comento, quizá la mejor italiana de los 80, que yo sepa no los tiene en ningún idioma.
De Comencini también me gustan mucho, aparte de las mencionadas en el texto, el comentario anterior y una que citaba Ángel ("Infanzia...), otras estupendas, divertidas o serias pero siempre veraces como "La valigia dei sogni", "La finestra sul Luna Park", "La ragazza di Bube", "Proibito rubare", "Lo scopone scientifico", "Pane, amore e gelosia", "La bella di Roma", "Senza sapere niente di lei" y otras de entre las vistas.
Muy bueno tiene que ser alguien que hace en el mismo año "Le avventure di Pinocchio" y "Lo scopone scientifico", películas con las que apunta a un amplio arco de emociones y alcanza a todas. Películas muy distintas entre sí y que a la vez evidencian que han sido hechas por la misma persona.
Es cierto lo que afirma Rodrigo Dueñas: se nota que las películas de Comencini son suyas. Su sensibilidad, su personalidad se impone. "Sembrando ilusiones" es magnífica... y cuando yo la comenté hace meses, establecí paralelismos con la situación actual que vivimos en el siglo XXI (de hecho, aquella maravilla se enmarcaba en un contexto de crisis). Increíbles resultan sus siempre sentidas aproximaciones al mundo de la infancia, que trató sin sensiblerías ni tópicos al uso (con la excepción de su alimenticio e inexplicable remake de "Marcelino, pan y vino").
Desde luego, francamente disfrutables tanto la entrada como los comentarios a la misma.
Saludos cordiales.
No la citas entre tus favoritas, pero tengo un muy buen recuerdo de "Delitto d'amore", también otra historia de amor. ¿Qué te parece? ¿se mantiene bien?
Muy bien, a mí me ha mejorado. Se me olvidó citarla.
Gracias por esta entrada. Poco he visto de Comencini, la famosa "Pan, amor y fantasía" (que me gustó mucho), "Dios mío, cómo he caído tan bajo" (menos) y creo que "Marcelino pan y vino" también, aunque quizá la confunda con otra versión.
Tendré en cuenta eso que comentas de los años ochenta, a ver si consigo alguna de las que mencionas, pues estoy viendo bastante cine americano de los ochenta últimamente pero apenas nada italiano (por ahí también andan Monicelli, Risi, Scola, Olmi, el primer Moretti, Argento, Taviani, ¿alguna recomendación italiana más de esos años?).
Saludos.
Pues aparte de los que citas (y no coincido en todos: se me han caído casi todos los Taviani), añadiría varios Antonioni, todo Piavoli, algún Bertolucci, sendos Fulci, un par de Amelio, los Fellini finales (no todos), el último Cottafavi, algún Cima, un Mingozzi por lo menos, un Agosti y no mucho más.
¿Has visto las películas de Cima, Jesús? ¿Qué recomiendas?
Un texto estimulante para alguien que no ha visto aún nada de Comencini. Intentaré comenzar cuanto antes.
Y ya que os habéis salido un poquito del tema y aunque no sé si estoy haciendo bien, me gustaría, Jesús, que comentaras un poco como ves el panorama del cine actual. De lo último estrenado o que rula por ahí.
De las últimas vistas: 'Gone Girl', 'La isla mínima', 'Magical Girl', '10.000 km', 'Deux jours, une nuit' o 'Hoje eu quero voltar sozinho' y 'Conducta' debo decir que la que más me ha gustado ha sido la brasileña, de un tal Daniel Ribeiro, una película muy sensible y emocionante sobre el despertar homosexual de dos chicos, uno de ellos ciego. Quería comentar el fiasco que me ha supuesto lo nuevo de Fincher y lo que se le ha subido por las nubes, no lo entiendo. No he leído la novela pero no creo que esté todo tan estirado y con tanto giro de guión.
No sé si habrás visto alguna de las que nombro pero de igual forma quería saber qué has visto de este 2014 y si puedes recomendar algo.
Un saludo.
Se me olvidó comentar que 'Boyhood', de la cual esperaba mucho me decepcionó también. Y cómo no, también está puesta por las nubes.
De Cima conozco poco y parece heterogéneo. Tampoco es muy accesible que digamos. Hay un libro en español sobre él, que no he leído, supongo que útil para adentrarse en su cine. La vistas varían entre lo interesante y lo fumista. De esos años 80, hay una que recuerdo como buena, del 81 creo, "Erba d'imagna".
No sé mucho de panoramas ni de "estados de las cosas". Mis favoritas recientes o de este año no deben haberse estrenado la mayoria en los cines: "Sorg og glaede", "Une autre vie", "La sapienza", "Cold in july", "Pas son genre", "J'enrage de son absence", "Sosialismi", "Arrête ou je continue", "U ri Sunhi", "Frammenti", "Futatsume no mado", "Feng ai", "Aimer, boire et chanter", "Phantom power"...
De las que citas, me gustaron las de Alberto Rodríguez (la mejor española de los últimos tiempos probablemente) y algo menos la de los Dardenne. De Vermut lo visto (un corto y el primer largo) lo encontré horroroso, pero igual ha mejorado.
"Boyhood" me pareció interesante sin más. La de Fincher no la he visto todavía; las últimas que ha hecho no me gustan nada.
Cima tiene una página en youtube donde ha subido muchas de sus películas. A ver si me pongo con él:
https://www.youtube.com/user/AlbertoCimaFilmMaker/videos
Gracias por la lista. Mencionas bastante a Piavoli, veré si encuentro alguna suya.
De Bertolucci, ¿te refieres a "La historia de un hombre ridículo"? Porque la otra es "El último emperador", que he visto, y luego creo que ya no tiene más de ficción en los ochenta y sí documentales, si nos fiamos de la imdb.
"La tragedia...", sí
No te gustó nada "Diamond flash" (a mí, mucho) y me pregunto por qué. Yo la veo (al igual que tantos Resnais) como un artificio, como un juego (con lo que se cuenta, pero sobre todo con el espectador). Sí, es pura falsedad (mil piezas dispares que, sorpresa, van encajando), pero ésa es una de las muchas posibilidades del cine.
Quizás (como no la he vuelto a ver no puedo decir si es así) es tramposa. Y claro, no hay que hacer trampas, y menos en los juegos. ¿Va por ahí tu desapego?
Trata temas muy delicados de la peor manera posible, efectista y frívolamente, todo es falso y absurdo y parece que quisiera ser distanciado y surrealista.
Mala digestión de influencias y pretensiones.
Quizá aprenda, pero hay que dudarlo porque han sido vitoreados los errores, como le pasó a Rosales, del que me acordé a menudo viendo el film.
Por si interesa, os informo que han creado un blog homenaje a Miguel Marías, donde van a subir textos suyos antiguos:
http://archivomiguelmarias.wordpress.com/
Muy interesante lo de M. Marías, una lástima que no haya escrito más libros o no haya por ahí más recopilaciones de críticas suyas en papel.
Un ruego desde aquí, por si alguien puede ayudarme a dar con una película (puedo pagar por ella, si bien una cantidad módica). Incluso un familiar mío, que sí se baja películas de internet, ha sido incapaz de hacerse con "Phobia", una película supuestamente muy mala que (supuestamente) dirigió el gran John Huston en 1980 con Paul Michael Glaser de protagonista.
Doblada debe andar por ahí en copias de vhs y sin subtítulos es fácil:
http://www.dailymotion.com/video/xmyowx_ph0b-1-2_fun
http://www.dailymotion.com/video/xmzjb3_ph0b-2-2_fun
Hola Jesús se que escribiste los comentarios de este post hace ya unos cuantos años,pero curioseando y leyendo los comentarios que hicisteis sobre cine italiano de los 80 me he encontrado con dos nombres bastante curiosos Gianfranco Mingozzi y Silvano Agosti, poco conocidos. ¿Cuales son las obras que prefieres de ellos? ¿Te parecen interesantes?
Pues no recuerdo nada bien a qué películas debí referirme, pero supongo que se trataría de "La vela incantata" y "Uova di garofano", que no he revisado en siglos y tal vez valgan mucho menos de lo que pensaba.
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