La que debiera haber sido una de las carreras más importantes del cine alemán, quedó truncada, como tantas otras, hacia 1933.
Ludwig Berger fue uno más - no de los más famosos entonces, olvidado hoy - de los damnificados por el segundo "golpe" recibido por el cine en pocos años: el fin de la era silente y casi simultáneamente, aquellas elecciones al Reichstag en las que Adolf Hitler finiquitó la República de Weimar y conminó al exilio a docenas de directores que apenas habían tenido tiempo para ejercitarse en la nueva faceta de su arte.
De los buenos años, poco antes de verse obligado su autor a emprender el viaje de rigor por Francia, Holanda o Inglaterra para materializar sus obras, data "Ich bei tag und Du bei nacht", encantadora comedia musical enredada entre varios tonos y géneros, bien cerca del Fejös de "Lonesome", del Machatý de "Ze soboty na nedeli", de varios Lubitsch o Thiele contemporáneos y hasta de algún Wilder futuro. De cuando el cine más se parecía en todas partes y más global fue.
Es realmente absurdo que una actriz como Käthe von Nagy, una de las más atractivas y gráciles del mundo esos primeros años del sonoro, sea apenas un nombre en viejas enciclopedias de una era para nostálgicos, trufada de operetas con sonido a gramola. Y también lo es que un cineasta como Berger permanezca "vivo" en la memoria sólo por haber participado en la versión de 1940 de "The thief of Bagdad" junto a Michael Powell y Tim Whelan, inferior a varias de sus mejores películas, que van desde esta "Ich bei..." hasta "Ballerina" de 1950, con su perfume viscontiano pasando por "Les trois valses" del 38, entre Ophuls y Guitry.
No sé cómo de convulsos percibiría Berger estos prolegómenos a la aciaga subida al poder del Partido Nacionalsocialista, pero el horizonte parece despejado mientras se suceden la serie de equívocos - inocentes o no tanto: el film no hubiese pasado ni la censura de Goebbels ni la de Alfieri ni la de Hays, por cualquier peligrosa mojigatería - protagonizados por estos dos insignificantes trabajadores del inmenso Berlín, que se odian y se aman sin mayores aspiraciones.
La inventiva de esta película, que parece tan pequeña como ellos, es asombrosa.
Ya se puede "cortar" "Ich bei tag und Du bei nacht" por donde se quiera, que a una canción - incidental, introducida desde la radio, una función de cine o unos cantantes callejeros, sin suspensiones narrativas - seguirá un elegante travelling y a este un plano con cámara al hombro, a un diálogo refinado un silencio aún más elocuente y a un momento de confusión, uno de lucidez que, como era costumbre por entonces, clarificaba y resumía a cualquiera que se hubiese perdido ya, lo importante.
Esta riqueza, que llegará a ser ambiciosa y por ello más "detectable" en "Les trois valses", fluye en "Ich bei..." con toda naturalidad, como si el cine pudiese ser siempre lo que necesita ser y los mejores cineastas, los que adivinaban más certeramente el registro a utilizar en cada momento.
Es bonita esa idea del cine en marcha que se atrapa al vuelo presente en estos años, tras una gran época de control total desde el otro lado de la cámara y una tragedia que no pudiese evolucionar con naturalidad hacia ninguna parte.
Ludwig Berger fue uno más - no de los más famosos entonces, olvidado hoy - de los damnificados por el segundo "golpe" recibido por el cine en pocos años: el fin de la era silente y casi simultáneamente, aquellas elecciones al Reichstag en las que Adolf Hitler finiquitó la República de Weimar y conminó al exilio a docenas de directores que apenas habían tenido tiempo para ejercitarse en la nueva faceta de su arte.
De los buenos años, poco antes de verse obligado su autor a emprender el viaje de rigor por Francia, Holanda o Inglaterra para materializar sus obras, data "Ich bei tag und Du bei nacht", encantadora comedia musical enredada entre varios tonos y géneros, bien cerca del Fejös de "Lonesome", del Machatý de "Ze soboty na nedeli", de varios Lubitsch o Thiele contemporáneos y hasta de algún Wilder futuro. De cuando el cine más se parecía en todas partes y más global fue.
Es realmente absurdo que una actriz como Käthe von Nagy, una de las más atractivas y gráciles del mundo esos primeros años del sonoro, sea apenas un nombre en viejas enciclopedias de una era para nostálgicos, trufada de operetas con sonido a gramola. Y también lo es que un cineasta como Berger permanezca "vivo" en la memoria sólo por haber participado en la versión de 1940 de "The thief of Bagdad" junto a Michael Powell y Tim Whelan, inferior a varias de sus mejores películas, que van desde esta "Ich bei..." hasta "Ballerina" de 1950, con su perfume viscontiano pasando por "Les trois valses" del 38, entre Ophuls y Guitry.
No sé cómo de convulsos percibiría Berger estos prolegómenos a la aciaga subida al poder del Partido Nacionalsocialista, pero el horizonte parece despejado mientras se suceden la serie de equívocos - inocentes o no tanto: el film no hubiese pasado ni la censura de Goebbels ni la de Alfieri ni la de Hays, por cualquier peligrosa mojigatería - protagonizados por estos dos insignificantes trabajadores del inmenso Berlín, que se odian y se aman sin mayores aspiraciones.
La inventiva de esta película, que parece tan pequeña como ellos, es asombrosa.
Ya se puede "cortar" "Ich bei tag und Du bei nacht" por donde se quiera, que a una canción - incidental, introducida desde la radio, una función de cine o unos cantantes callejeros, sin suspensiones narrativas - seguirá un elegante travelling y a este un plano con cámara al hombro, a un diálogo refinado un silencio aún más elocuente y a un momento de confusión, uno de lucidez que, como era costumbre por entonces, clarificaba y resumía a cualquiera que se hubiese perdido ya, lo importante.
Esta riqueza, que llegará a ser ambiciosa y por ello más "detectable" en "Les trois valses", fluye en "Ich bei..." con toda naturalidad, como si el cine pudiese ser siempre lo que necesita ser y los mejores cineastas, los que adivinaban más certeramente el registro a utilizar en cada momento.
Es bonita esa idea del cine en marcha que se atrapa al vuelo presente en estos años, tras una gran época de control total desde el otro lado de la cámara y una tragedia que no pudiese evolucionar con naturalidad hacia ninguna parte.
14 comentarios:
Me ha encantado el texto, Jesús. Un abrazo.
Gracias. Como en ese nuevo blog tuyo no se puede comentar, te veo un poco estilita, ahí hablando con los dioses y los pájaros.
Encantadora comedia con múltiples atractivos y de inmensa inventiva con la imagen y el sonido. Como bien dices, Fejos, Guitry, Ophüls y Lubitsch no están lejos. Ni Becker, creo. De hecho casi anticipa, con otros mecanismos y materiales, el enredo de "The shop around the corner".
Ay, cuánta sabiduría hay en los pájaros jajaja. Y no solo en los córvidos, como aquella urraca locuaz de "El secreto del bosque viejo". Hay que saber escuchar, recibir el canto, como Sanjinés.
Encantadora, vitalista.
Desde el comienzo asombra el contraste entre el mundo ilusorio de las operetas cinematográficas (tan deseado, tan soñado por muchos) y la realidad en la que sobreviven como pueden los protagonistas. Y sin embargo, a pesar de las limitaciones, sus ganas de vivir, su entusiasmo y simpatía son más verdaderas que las de los engolados personajes de esas ficciones que admiran.
Todo el desarrollo del enredo y su resolución son lo propios de una comedia magistral: es tan ingeniosa y perfecta como una de Lubitsch. Dicho esto, la puesta en escena sigue derroteros muy distintos ¡hay que ver la gracia de los prodigiosos movimientos de cámara de Berger!
¿En las películas mudas de Berger hay algo interesante?
Debe haberlo. Sólo conozco "Ein walzertraum" y la copia es tan mal que es difícil hacerse una idea. Según parece y es bastante plausible que sea así, Lubitsch debió apreciarla porque "The love parade" es casi su remake.
¿Se animan a hacer un listado de las 10 mejores/preferidas/favoritas entre 2010 y 2016?
Orden no sabría poner pero las que más me han impresionado probablemente han sido "Sorg og glaede" de Nils Malmros, "Une autre vie" de Emmanuel Mouret, "Restless" de Gus Van Sant, "38 témoins" de Lucas Belvaux, "La fille de nulle part" de Jean-Claude Brisseau, "La sapienza" de Eugéne Green, "J'enrage de son absence" de Sandrine Bonnaire, "The immigrant" de James Gray, "Les neiges du Kilimandjaro" de Robert Guédiguian y "Gebo et l'ombre" de Manoel de Oliveira.
Cerca o directamente intercambiables estarían otras de esos mismos cineastas y otras de otros directores, como "Sosialismi" de Peter von Bagh, "Copie conforme" de Abbas Kiarostami, "Phoenix" de Christian Petzold, "L'ombre des femmes" de Philippe Garrel, "Cavalo dinheiro" de Pedro Costa, "Kyatapirâ" de Wakamatsu Kôji, "The Japanese wife" de Aparna Sen, "Film socialisme" de Jean-Luc Godard, "Nuits blanches sur la jetée" de Paul Vecchiali, "Michael Kohlhaas" de Arnaud des Pallières, "Vidros partidos" de Víctor Erice, "Se eu fosse ladrão, rouvaba" de Paulo Rocha, "Deux Remi, deux" de Pierre Léon, "U ri Sunhi" de Hong Sang-soo, "Le temps de l'aventure" de Jerôme Bonnell, "Les salauds" de Claire Denis, "Meurtière" de Philippe Grandrieux...
1. Copie conforme (Kiarostami)
2. Dreileben. Etwas Besseres als den Tod (Petzold)
3. La fille de nulle part (Brisseau)
4. Recuerdos de una mañana (Guerin)
5. The immigrant (Gray)
6. La sapienza (Green)
7. La academia de las musas (Guerin)
8. Barbara (Petzold)
9. White material (Denis)
10. Saul fia (Nemes)
Y dos cortos:
1. No (Kiarostami)
2. Happy : Northern Soul Girl (Autor desconocido)
Me da mucha curiosidad (pese al terrible asunto que trata) la película de Malmros que menciona Jesús. Una pregunta no sé si indiscreta, de alguien que no se baja nada de internet ni sabe hacerlo: ¿cómo puedo conseguirla? En mi plataforma habitual de pago, filmin, no hay nada de este director, tampoco en el catálogo de movistar y ni siquiera en youtube, más allá del tremendo trailer que acabo de ver. Los DVDs a la venta de este señor, al menos donde he mirado, tienen precios prohibitivos...
Está editado en DVD pero no sé si tiene subtítulos de alguna clase.
Aparte de extraordinario es un film necesario para ponerlo en frente de toda la pléyade de films que merodean pornográfica o inmoralmente por su terreno.
Un poco como debiera ocurrir con el admirable "Une historie de fou" de Guédiguian y su mirada sobre el terrorismo. Casualmente este tampoco se encuentra en ningún sitio normal o accesible para todo el mundo.
Ojo que la de Malmros, siendo tan marcadamente autobiográfica, se puede quizás disfrutar más habiendo visto antes un par de películas suyas, puesto que en ella salen recreados los rodajes de a "The Tree of Knowledge" (Kundskabens træ), quizás su mejor película, y "The Beauty & The Beast" (Skønheden og udyret). Tampoco estaría de más verse "Pain of Love" (Kærlighedens smerte), cuya protagonista tiene toda la pinta de ser un trasunto de su propia mujer, y que arroja más luz sobre el personaje femenino. En fin, todas sus películas merecen la pena, pero las autorreferencias hacen que el orden de visionado no sea baladí.
Genjuro
Sí, de acuerdo. Ver todo y esta como colofón y quizá epílogo de una gran carrera es en realidad lo ideal, aunque imagino que debe ser impresionante de todas formas
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