De la larga lista de adaptaciones para cine y televisión de novelas o relatos de Stephen King, dudo mucho que ni los más fanáticos del célebre escritor hayan visto ni un tercio de esa miríada de obras realizadas.
Son tantas, más de trescientas y cada año aumentan, que señalar la mejor por fuerza debe circunscribirse a la porción vista y es lógico que entre tanta tentativa de aprovechar el éxito editorial de King, haya bastantes decepciones.
"The dark half" de 1993 quedó relegada como una más de las distracciones entre sucesivas entregas
del serial sobre muertos vivientes que recorre de principio a fin la carrera de George A. Romero, y a día de hoy es una de sus obras menos recordadas. Extraño destino para la primera incursión en la literatura del de Maine por parte de un cineasta tan bien conocido del público y del que sí podía esperarse algo motivado por un auténtico interés en su mundo y no por pura conveniencia comercial.
Menos sentido aún tiene el olvido de esta película para los pocos que la consideramos la mejor de su filmografía.
"The dark half" estuvo años terminada y guardada en un cajón y cuando al fin se estrenó, no ganó dinero y sospecho que perdió algo más importante, porque el escaso interés suscitado debió suponer un golpe bajo a su creador, que ya no se arriesgaría nunca más a hablar de sí mismo en una de sus películas.
Romero era hijo predilecto de Michael Powell (del de "Peeping Tom" y sobre todo del de "The tales of Hoffmann"), de Orson Welles y de Alfred Hitchcock, pero un modesto escritor antes o al mismo tiempo que un director, siempre ante un papel en blanco cada vez que volvía a su querido oficio, desdoblándose en sueños anómalos que no pudo llamar nunca pesadillas por simple placer.
De cuando en cuando filtró entre sus imágenes vivencias y anhelos personales, deseos, obsesiones, como en "Season of the witch" (el abuso y el abandono), en "Martin" (la justicia ausente, la música, la romantización de lo vampírico) o en "Knightriders" (la leyenda artúrica, la corrupción), por citar algunas otras de sus mejores películas y lo hizo sin decir nunca que eran algo más que notas a pie de página, que eran las verdaderas razones para emprender un proyecto.
A quienes crean que sus películas son un artificio pegadizo, un entretenimiento con a lo sumo algún comentario político no demasiado sutil, quienes lo perciban siempre más preocupado por anunciar sensacionales apocalipsis, seguramente les importe poco su desnuda implicación en esta alegoría sobre la doble personalidad, el lado oculto de la mente y el ansia por materializar e insuflar verdadera vida a lo que solo admitimos para nuestros adentros.
En "The dark half", desde la evocadora apertura en la infancia del protagonista, se pensará que su autor, como Larry Cohen, John Landis, Lucio Fulci, Lamberto Bava, John Carpenter y otros reconocidos especialistas - y como tales, degradados para siempre - en el fantástico, no pueden mirar nunca al interior de su cine o, peor aún, que ese fondo no existe porque solo cuenta la forma. Quizá incluso que convertir esa distancia en estilo visual es lo que les otorga el magisterio en su terreno.
Ese terreno es, paradójicamente, un contrasentido en sí mismo, un género sin códigos, porque aunque de tanto repetirlos y ser aprovechados perezosamente por mediocres, puede parecer que los tiene, no debería porque se trata del más libre que puede haber en el cine.
Y no hay disculpa posible: si quienes en él se aventuran se dejan llevar o se entregan a multitudes, si para ellos significa tanto como su trabajo la siguiente convención de coleccionistas de memorabilia, les darán la razón a quienes los encasillan y en la práctica los observan como a un mono en la jaula del zoológico, a ver qué trastada o qué nueva gracia se les ocurre, pero me temo que como a cualquier cineasta a ellos también hay que pedirles lo mismo que a todos, que consigan dominar su escritura y que apliquen con inteligencia sus intereses.
"The dark half" lo logra sin espectáculo y sin apenas humor, las más que probables causas de su fracaso. Es un film inquietante y sumamente serio, un drama construido de una forma realmente asombrosa sobre una serie de elementos plausibles vinculados con otros que no lo son, pero que se presentan en el mismo plano de realidad. No señalar qué es pilar y qué trampantojo es lo más difícil cuando hay que moverse en historias en que los espectadores están acostumbrados a que se les señale dónde deben anticiparse y solo lucen los adornos, los giros inesperados, más gratuitos conforme más se acerque el final.
La transferencia de personalidad entre el escritor y su doble - el resultado de unos siameses fracasados, algo científicamente menos fabuloso de lo que pueda parecer -, pudo haberla tratado Romero de una forma artera y sin embargo prefiere centrarse en la duda, igual que hizo Joseph H Lewis en "So dark the night", igual que Richard Tuggle en "Tightrope", lo cual le honra.
Muy inteligentemente compacta ese intercambio eliminando el alcoholismo que en el original de la novela dominaba a este escritor Thad Beaumont (Timothy Hutton) y así ahonda aún más en los rasgos, a medio camino de mitos creados por Stevenson y Mary Shelley, del personaje, que es sin gran disimulo una proyección de él mismo y de cualquiera de nosotros cuando imaginamos encarnar a nuestro otro yo desinhibido.
Resulta así "The dark half" una especie de versión diabólica e híbrida de varios relatos de falsos culpables hitchcockianos y en especial de dos, el de "To catch a thief" porque era el más urgido a demostrar su inocencia porque era quien mejor vivía antes de que prendiera la mecha del malentendido, el que más tenía que perder y el de "North by northwest", por la llamativa distribución de amenazas entre varios personajes, el asesino, el chantajista, el policía (Michael Rooker, muy comedido pero nadie desconocía su rostro y el gran impacto causado por "Henry, portrait of a serial killer")... y los pájaros.
8 comentarios:
Estupenda película.
Gustándome mucho Stephen King y no conociendo la novela, me pregunto cómo respetando el original (inconfundiblemente de King) la sensación que provoca la película no es la misma que siente el lector ante una de sus obras. La atención subyugante, la tensión dilatada se “atemperan”, se acortan al adaptarse al cine. Imagino que al igual que un drama literario, sobre todo si es extenso, al comprimirse para un guión se transforma en un melodrama, el suspense, los pormenores, la expectación postergada, al recortarlos, dan lugar a un drama, tenso y con momentos intensos, pero más frío.
Excelente el detalle de que el doble maligno escriba con la izquierda.
Gran aporte Jesús. Para mí la mejor de Romero. George se ha pasado la vida peleando con sus Zombies para intentar demostrar su gran valía como cineasta. Me gustan las críticas contracorriente por eso siento que tu blogg es el más original de todos. Landis, Bava, Fulci... Siempre marginados por amar lo fantástico.
Una buena película, sí. Yo me pasé primero la aventura gráfica que se publicó en los 90, aquí en España a través de una colección de fascículos, creo. Mucho antes de saber quien era Romero. A propósito, Jesús, en ocasiones has hablado de gente como Argento o Carpenter y presupongo que te atrae el terror. Pero, ¿tienes algo así como una lista de predilectas dentro de la serie B y no tan B estadounidense? O de películas/vineastas de género que creas que merecen una revisión. No es precisamente original, pero yo siempre he sido incondicional de Tobe Hooper, incluso de sus cintas más disparatadas.
No tengo lista para nada en concreto y cuando alguien me pide algo, debo componerla. Solo hay una acumulativa donde voy echando todo lo que encuentro como poco muy bueno. Tobe Hooper me gusta también, a veces mucho, es un apasionado y eso disculpa sus excesos. Recuerdo "Poltergeist" y "The Texas chainsaw massacre" como dos de las grandes impresiones cuando era un niño y aún me divierten y me parecen estupendas.
Hola Jesús, a propósito del género que tocas con esta crítica, el terror o fantástico, ¿tienes alguna película favorita que se circunscribe a este género con el tema de la tecnología, digamos internet, redes sociales, cualquier gadget tecnológico, alguna distopía que te llame la atención algo así como Kairo de Kiyoshi Kurosawa o El mundo conectado de Fassbinder, películas que vayan o sigan esos caminos?. Saludos y gracias por tu respuesta.
Es una pregunta demasiado inconcreta. Las distopías recorren el cine desde el silente, mientras que las redes sociales son algo muy reciente. Tendrás que reducir un poco más la cuestión.
Hola de nuevo Jesús, me refería a algo como el capítulo "Nosedive" de la serie Black Mirror pero trasladado a alguna película de larga duración, con ese nivel punzante de crítica no sólo a las redes sociales sino a todo lo que involucra el ensimismamiento en los tiempos de hiperconectividad actuales. El constante bombardeo de información de todo tipo genera fragmentación, saturación, y otros males modernos que están bien plasmados en sólo algunos capítulos de esa serie pero quisiera saber sí conoces o tienes preferencia por alguna película que toque esos temas.
He visto ese capítulo que citas y aparte de no gustarme nada, tampoco me parece que defina mucho ningún nuevo modelo de thriller ni de relación con la tecnología.
No he visto, que recuerde, ningún film aún realmente fuerte sobre lo que creo que quieres preguntar, quedan siempre engullidos por los problemas de los medios digitales actuales: banalidad, dependencia de la imagen hasta extremos absurdos, fragilidad o quiebra absoluta de las relaciones humanas...
Tal vez Alan Clarke o el Cronenberg de hace años - el de "sXistenZ" - hubiese podido hacer algo al respecto.
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