jueves, 11 de abril de 2019

RESERVADO

La fragilidad de un film aparentemente frívolo como "Foxfire" de Joseph Pevney, condenado hasta hace muy poco a circular recortado y deficiente de sonido e imagen, ha confinado aún más si cabe su reputación a melodrama de tercera o cuarta categoría dentro del exuberante panorama del género en los años 50.
Si se contempla además doblado, al menos que yo haya comprobado en español e italiano, puede llegar a parecer incluso lo opuesto a lo que es: una parodia - involuntaria - de los grandes Vidor, Mankiewicz Walsh del momento y una prueba incuestionable de que no todo el monte era orégano en aquel paraíso horizontal y multicolor que hacía virar westerns, comedias, films domésticos, thrillers o dramas históricos hacia esa "exaltación poco elaborada de los sentimientos" como se define académicamente al melodrama. Nunca un concepto ha quedado tan asida a las épocas en que peor fama tuvo.
Me temo que ni a Pevney ni a tantos otros que jugaron a contar impetuosamente, con astucia y firmeza estética historias como la que desarrolla "Foxfire" se les catalogará ya como "especialistas" - en el caso de que tal acento arbitrario en las habilidades de alguien mientras no se conozca todo cuanto filmó, equivalga a un reconocimiento - ni cuando afloren en sus verdaderas dimensiones obras como esta, tan ligeras de equipaje narrativo como apasionantes en cada color, ángulo, movimiento de cámara o encuadre elegido.
De Pevney como mucho han quedado buenas impresiones macmahonianas de cuatro o cinco películas como las que circundan a esta,"Six bridges to cross" o "Female on the beach" y nada más.
Felizmente rescatada, sin excusas que valgan, ahora puede ser más grave el caso "Foxfire" si cabe, porque se pueden hacer de menos fácilmente y hasta tomar por manieristas, por "demasiado elaborados para no querer decir mucho" (la historia no puede ser más simple: alguien a quien nunca han amado, alguien que nunca ha amado y una mina de oro que es un sueño y una excusa al mismo tiempo), casi cada uno de sus verdaderos fotogramas.
Los estragos que señalaba al principio y que menoscababan a las copias en circulación afectaban sobre todo a la coherencia y al ritmo interno del film; ningún encuadre rimaba, las panorámicas estaban incompletas, no se escuchaba el desierto, ni siquiera parecía tórrido el corte de pelo (como el que lucieron en algún momento de esplendor sexual Marilyn Monroe, Ava Gardner, Kim Novak, Janet Leigh, Liz Taylor, Anne Baxter, Simone Simon...) de Jane Russell.
Distraían, pero sobre todo no dejaban admirar, dentro de la discreta armonía del film, las audacias temáticas, cromáticas e interpretativas expuestas con una patente ausencia de psicologismo. Prima lo dicho, lo hecho, lo consumado antes que las intenciones o las pulsiones, también y tan bien expuestas como ellas, sugeridas o reprimidas.
Del torrente de ideas plásticas del film se infieren amplificaciones, una gran lupa que permite ver mejor lo que sucede entre los personajes.
Es fuerte la tentación de montar este texto entero en función del tratamiento del color amarillo en la película, pero haríamos de menos al rojo, al blanco, al negro y al gris de las sienes de Jeff Chandler, que nunca tuvieron el prestigio de las de Stewart Granger.
El encantamiento de la mirada heredado de los cineastas más lacónicos y los más penetrantes desde los tiempos silentes y que seguía surtiendo efecto entre los espectadores que no se empeñaban en querer ser más astutos que la película que tenían delante, es condición aún más necesaria incluso hoy día para verla, en que se ha perdido el impacto de la gran pantalla.
Aún así y por muy pequeña que deba verse ya, nada más alejado de un pastiche puede ser "Foxfire", que deja bien al descubierto todas sus imágenes, sigue con lógica y sin apartes la acción - por muy errados o inconscientes que sean los personajes y lo son casi todos en algún momento - y dignifica como ninguna otra película de Pevney que conozca, los materiales perfeccionados que utiliza.
Como varios Richard Fleischer y Budd Boetticher contemporáneos, westerns en su mayoría aún si urbanos o modernos - esto es "Foxfire" en buena medida -, aquí está toda la maquinaria  - no hablo de estrellas o presupuestos, me refiero a los técnicos, la libertad, el espíritu de conquista absoluta de un arte - al servicio del cine más adulto que haya existido, impensable en teoría como experiencia iniciática, aunque hayan sido elocuentes guías en la infancia y la adolescencia de tantos.

9 comentarios:

José Andrés dijo...

Cuando la vi por vez primera (en las precarias condiciones que apuntas) pensé en algunos Vidor: el hombre entregado a su trabajo, la mujer indómita que por amor está dispuesta a sacrificarse, pero no a ser arrinconada ni despreciada... Merced a la nueva copia (y al encanto de la actriz) ya estamos un poco más cerca de la genial "Mamie Stover". Ahora mismo no recuerdo un Pevney bochornoso; la mayoría de sus películas son eficaces, bien narradas, con una sólida dirección de actores. Mi favorita hasta la fecha, "Because of You", que creo también era la preferida de Chandler.

Jesús Cortés dijo...

Buena pista. No conozco «Because of you», pero coincido en el aprecio por todos los Pevney vistos. Ahora mismo no sé si prefiero «Foxfire» antes que ese gran Walsh que citas.

Miguel Marías dijo...

Que Joseph Pevney carezca de fama y prestigio no quiere decir que sea malo, ni siquiera uno más, uno de tantos. Aparte de que "Foxfire" puede ser la mejor - y en el fondo más original, y con un retrato maravilloso de una mujer libre y con iniciativa, soberbiamente encarnada e interpretada por Jane Russell -, encuentro en su filmografía unas 20 películas buenas - ya más que en las carreras de muchos "maestros" -, y de ellas unas cinco realmente muy buenas, de los más variados géneros, a lo largo de unos quince años. Es un poco la maldición de los "artesanos" modestos y sin pretensiones, que también hicieron películas mediocres o malas o muy malas, pero que yo creo más justo valorar por lo mejor que lograron hacer, aunque fuera sólo una vez. Ver o volver a ver un Pevney, un Jack Arnold, un Nathan Juran, un Roy Rowland, un Don Weis, un Joseph M. Newman, un Richard Thorpe, un Charles Walters, un George Sidney, un Harry Keller, un Robert Parrish, lo siento, me parece algo mucho más apetecible que la mayoría de las películas hoy (o entonces) premiadas en festivales u oscarizadas.

Sergio dijo...

Apuntada, buen texto (otra vez). Esos fotogramas me recuerdan a algún Dwan de la última época.

Sergio

Jesús Cortés dijo...

Muchas de las mejores películas de Aaron Rosenberg tienen una estética y una vitalidad características. Gran productor.

Ricar2 dijo...

Por cierto, que he estado viendo a ratos la serie Star Trek, la antigua, y encuentro bastantes episodios formados por Pevney.

Anónimo dijo...

Incluyendo el mítico "The City on the Edge of Forever", Ricar2. Pata algunos, entre los que me incluyo, el mejor de todos.

Ángel

Anónimo dijo...

Gracias por recomendarla, pero la he encontrado decepcionante. La historia no ha llegado a engancharme en ningún momento, y las interpretaciones me han parecido algo acartonadas.

Danyyyy

Quotes of life dijo...

amazing