La más irreal y estilizada de las películas de Manuel Mur Oti va camino de tener ya sesenta años de vida y no parece haber cerca ninguna clase de restitución al verdadero lugar que debería ocupar en un cine tan pobre en obras verdaderamente personales y arriesgadas como el español.
La soledad y el olvido en que ha caído "Fedra", que son mayores incluso cuantos más años transcurren y más lejos quedan los referentes que pueden servir para proporcionar una cierta naturalidad, un orden de cosas en que situar su singular textura, su acento, su luz y su contraluz (conscientes o no y por desgracia casi todos pasados de moda con el agravante de que no vino nadie de fuera a "corregirnos": Griffith - desde la apertura en la playa con una escena sacada de "The unchanging sea" -, King Vidor, Welles ("The lady from Shanghai" sobre todo, aunque Estrella sea la antítesis de la muy poco fiable Elsa Bannister: ingenua, pobre, nada mundana y odiada por las demás mujeres), Cocteau y hasta Mankiewicz, más incluso que Albert Lewin, Room y Machatý), dice mucho en favor de la capacidad de Mur Oti pero dice por desgracia más aún acerca de la miopía crónica de los que compartimos con autor y obra el haber nacido en este variopinto territorio descolgado de Europa.
Este melodrama quintaesencial (por su desafiante pureza y por pertenecer a ese ramillete de obras supremas del género en el antiguo continente), que concede a la palabra un lugar equivalente al de su impresionante imaginería, probablemente sería a estas alturas un film de referencia si se le hubiese ocurrido hacerlo - cada uno dentro de su particular registro, quizá en pocos casos tan arrojadamente clásico, sin mirar al respetable desde la cresta de ninguna ola - a Agnès Vardá, Youssef Chahine, Carmelo Bene, Jean-Daniel Pollet - quizá hasta Yorgos Javellas o Mario Camerini - o a cualquiera de los realizadores que han mirado o aún miran a los mitos y referencias ancestrales ligados al Mar Mediterráneo o a los que tierra adentro han quedado marcados por esta azul acotación en la que la libertad asoma por el horizonte.
Escaso o nulo proselitismo se habrá hecho de sus virtudes cuando allende nuestras fronteras sigue siendo más conocida la muy endeble versión de Jules Dassin, "Phaedra" en 1962, que dice partir de Eurípides, no de Séneca como Mur Oti, menos aún de Racine o Unamuno.
Quizá sería conveniente para volver a "Fedra", aplicándonoslo primero a los que hemos tenido la suerte de nacer en su misma tierra - y aparte de las habituales "medidas", de tan raro cumplimiento: obviar el corporativismo y guardar para no volver a usarla más la débil y condescendiente vara de medir que suele usarse con el cine español - abstraerla de sus circunstancias, especialmente del momento que atravesaba el cine al que parece mentira que pertenece y de lo que se dijo de ella entonces o se ha dicho luego, ya que tan poco interés tuvo en encajar en ninguna parte o conectar con moda alguna.
Sí podría ser útil mirar al film que lo antecede en la filmografía de Mur Oti, "Orgullo" y a los que lo suceden comenzando con "El batallón de las sombras" - aún valiente y compleja -, para constatar el (triste) punto y final para su realizador de una concepción del cine tan abierta y amalgamadora, tan libre y tan poco derivativa (como era habitual en sus colegas en cuanto se alejaban medio metro del folklore o el sainete) que estaba condenada a no durar y que tardó tantos años en tomar fuerza para volver poner en marcha ("Morir, dormir... tal vez soñar") para caer en un limbo aún más insondable.Escaso o nulo proselitismo se habrá hecho de sus virtudes cuando allende nuestras fronteras sigue siendo más conocida la muy endeble versión de Jules Dassin, "Phaedra" en 1962, que dice partir de Eurípides, no de Séneca como Mur Oti, menos aún de Racine o Unamuno.
Quizá sería conveniente para volver a "Fedra", aplicándonoslo primero a los que hemos tenido la suerte de nacer en su misma tierra - y aparte de las habituales "medidas", de tan raro cumplimiento: obviar el corporativismo y guardar para no volver a usarla más la débil y condescendiente vara de medir que suele usarse con el cine español - abstraerla de sus circunstancias, especialmente del momento que atravesaba el cine al que parece mentira que pertenece y de lo que se dijo de ella entonces o se ha dicho luego, ya que tan poco interés tuvo en encajar en ninguna parte o conectar con moda alguna.
El precio que pagó Mur Oti por tomarse en serio lo que contaba a sabiendas de la indefensión de colegas y "especialistas", dando empaque a la visión mitica y por eliminar asideros para ganarse al público, fue demasiado alto.
Así y aún, es inconcebible que algunas de las principales virtudes del film causen hilaridad o provoquen algo parecido a un altivo desapego.
Sobre todo en lo referente a los personajes, que no han podido ser peor tratados y aceptados.
Fernando (Vicente Parra), rubio platino, nunca relacionado con el icónico Jean Marais, que acentúa por el aspecto que ha cobrado al alejarse durante algún tiempo de su padre (lo delata un portarretrato en que aparece con el pelo negro) su aparición pesadillesca, aunque resulte ser más íntegro que todos los demás, con lo que en lugar de aprovechar el efecto caro a aquel mágico Welles que mencioanaba, parezca surgido de "U samogo sinego morya", que es un bonito sueño.
Juan, el hombre confundido, arrastrado a su límite casi sternbergnianamente, tan pronto digno y hasta conmovedoramente resistente como irascible y furibundo, interpretado por ese actor fabuloso que fue Enrique Diosdado.
Y la sensual performance de Estrella (Emma Penella), esa "Lucifer con collares", nada sencilla ni unidimensional, que suena sin su característica (¿futura?) voz rota, aportándole oportunamente un elemento de iniciación y descubrimiento.
Para los que la tenemos como una de sus mejores películas, queda claro que el uso que hace de los diferentes tamaños de plano (y uno de los primeros planos más rotundos de cineasta alguno), de la música, el montaje y la dirección de actores (baste una sola escena, la prodigiosa que escenifica el primer encuentro nocturno entre Estrella y Juan) no nos haga vacilar en ver sus pisadas en ese terreno que por entonces hollaban Buñuel o Ray, como en la década anterior "La vida en un hilo" frecuentó inopinadamente el que definió Lubitsch y en la próxima "El mundo sigue" hubiese podido hablar sin bajar la cabeza ante Bergman o Naruse.
Donde más brilla el talento de Mur Oti es precisamente donde menos "se necesita", en escenas de interiores o en simples planos-contraplanos, de una perfección asombrosa.
Digo esto porque ha sido abusiva, inexplicada y vergonzantemente acusado de excesivo y efectista, cuando es probablemente el único director latino realmente grande sin "marcas" de estilo, sin recursos ociosos empleados por doquier ni puntos de vista forzados a una perspectiva determinada y obligatoria, que debieran ser las definiciones respectivas de tales adjetivos si van a ser utilizados como injurias.
Sus travellings, sus grúas y sus contrapicados exigen recordar, mirar, escuchar y pensar al mismo tiempo, porque seguro que hay un porqué, como en el cine de DeMille.
Fernando (Vicente Parra), rubio platino, nunca relacionado con el icónico Jean Marais, que acentúa por el aspecto que ha cobrado al alejarse durante algún tiempo de su padre (lo delata un portarretrato en que aparece con el pelo negro) su aparición pesadillesca, aunque resulte ser más íntegro que todos los demás, con lo que en lugar de aprovechar el efecto caro a aquel mágico Welles que mencioanaba, parezca surgido de "U samogo sinego morya", que es un bonito sueño.
Juan, el hombre confundido, arrastrado a su límite casi sternbergnianamente, tan pronto digno y hasta conmovedoramente resistente como irascible y furibundo, interpretado por ese actor fabuloso que fue Enrique Diosdado.
Y la sensual performance de Estrella (Emma Penella), esa "Lucifer con collares", nada sencilla ni unidimensional, que suena sin su característica (¿futura?) voz rota, aportándole oportunamente un elemento de iniciación y descubrimiento.
Donde más brilla el talento de Mur Oti es precisamente donde menos "se necesita", en escenas de interiores o en simples planos-contraplanos, de una perfección asombrosa.
Digo esto porque ha sido abusiva, inexplicada y vergonzantemente acusado de excesivo y efectista, cuando es probablemente el único director latino realmente grande sin "marcas" de estilo, sin recursos ociosos empleados por doquier ni puntos de vista forzados a una perspectiva determinada y obligatoria, que debieran ser las definiciones respectivas de tales adjetivos si van a ser utilizados como injurias.
Sus travellings, sus grúas y sus contrapicados exigen recordar, mirar, escuchar y pensar al mismo tiempo, porque seguro que hay un porqué, como en el cine de DeMille.
29 comentarios:
No he visto "Fedra", ni "Morir... dormir... tal vez soñar", ni "Condenados", ni casi nada de Mur Oti (sólo la fundamental "Cielo negro", la excelente "Orgullo" y otras dos menores) a pesar de que desde hace veinte años estoy detrás de su obra. Aunque parezca mentira, no se ha editado en DVD nada de él.
Y cuanto más pasa el tiempo, menos se le cita (alguien que ya desde hace cincuenta años fue dejado de lado), menos necesario se considera conocer algo de él. De él y de lo más grande (que tampoco es tanto) que ha dado el cine español. Desde hace tiempo el cine español es sólo el que se estrena (y de él sólo el muy publicitado); el cine del pasado no se lleva.
Acabo de volver a ver "Cielo negro". Los actores están perfectos (Susana Canales está por encima de cualquier elogio), la dramaturgia es precisa y compleja y la puesta en escena asombra por su expresividad, su concisión y su eficacia. ¿Cuántas películas españolas estrenadas en los últimos diez años la igualan? ¿Hay alguna? ¿Hay una?
Rodrigo Dueñas
Disculpa por un nuevo off-topic, pero esta tarde vi 'El luchador y el payaso' de Barnet, y es realmente excelente.
A quien le interese (sigo con cine ruso), que sepa que circula por ahí una copia (subtítulos en castellano incluidos) de 'Séptimo satélite', primera película de A. German, extraordinaria. Se basa en una obra de B. Lavreniov, (magnífico escritor soviético que supo anteponer su humanismo a todo lo demás) pero por momentos parece que la autoría le correspondiese al gran Tolstoi.
Saludos
Mis favoritas son, por este orden, "Cielo negro" (una de las tres o cuatro mejores españolas de todos los tiempos, nada ni remotamente a su altura desde "El sol del membrillo"), "Orgullo", "Fedra", "Morir, dormir... tal vez soñar", "A hierro muere", "Condenados", "El batallón de las sombras", "Un hombre va por el camino" y "Duelo en la cañada". No está conseguida pero es muy interesante "Milagro a los cobardes" y me parece sólo buena "La guerra empieza en Cuba". Del resto, faltándome alguna aún por ver, nada me parece mejor que estas.
Para mí es uno de los cinco mejores directores españoles, con Buñuel, Erice, Neville y Berlanga.
Jesús, coincido contigo: si puse el tope en diez y no en veinte años, fue por “El sol del membrillo”, que considero la mejor película de la historia del cine español.
Coincido también en tu estimación sobre los mejores directores españoles, aunque yo sustituya a Neville (de quien no he visto “Correo de Indias”) por Borau (prefiero de lejos a “Hay que matar a B”, “Furtivos”, “Río abajo” y “Leo” a las que conozco –y que son bastante estimables- de Neville).
Hago dos acotaciones:
1. A Buñuel lo considero por sus cinco películas españolas (más lo que pudo hacer en Filmófono) y no por lo que realizó, también extraordinario, en Méjico o en Francia.
2. El Berlanga que me gusta (y mucho) es el que trabajó en el franquismo, el posterior es, con alguna excepción, decepcionante; sus últimas películas me resultan desagradables.
Rodrigo Dueñas
Si, todos por desgracia tienen pocas obras maestras, si restas las mexicanas o francesas de Buñuel, unos por elección y otros como Berlanga efectivamente por otras razones, aunque en su última etapa tenga una de las que prefiero, "Todos a la cárcel".
Supongo que entre las mejores españolas habrá que citar también a "Espoir" de Malraux o "Tierra y libertad" de Loach.
Borau está para mí en un segundo grupo con Guerín (aún a tiempo de encarmarse al primero), Fernán Gómez, Perojo, Camus, Nieves Conde, Val del Omar, Almodóvar... también casi todos por una, dos, tres películas, con demasiadas mediocres o hasta horrores.
Ni que decir tiene, Jesús, que suscribo plenamente casi todo lo que dices acerca de "Fedra", una de las mejores películas de uno de los mejores directores que tuvo el cine español. Como a casi todos, pasados unos años, le pusieron a dirigir a Joselito... y cuidado que se esforzó. Y sí, nada en DVD, para que no sea fácil ver sus películas, que, vistas con un poco de atención, dejarían en ridículo a muchos de los más recientes "prodigios" y a casi todas las viejas glorias. Tuvo que ser la Cinemateca Portuguesa (Joao Bénard da Costa) la que publicara mi libro sobre Mur Oti e hiciera un ciclo, lo más completo posible, de su obra. Alucina leer lo que se escribió en España cuando se estrenó, mutilada, "Morir...dormir...tal vez soñar", que es, como vieron tardíamente los portugueses mejor que los españoles, una de las películas más audaces de los años 70.
Pués qué bien. La mayoría de las películas que citáis las tengo "almacenadas" en espera para ver (lo malo es que junto con otras 200, sin exagerar), y necesito urgentemente una revisión de Cielo negro.
Por cierto, en el Diccionario de cine español que tengo por casa y uso de referencia, ponen bastante bien a Carlos Serrano de Osma, del que no conozco nada de nada. ¿Alguna valoración?
Cielo negro la descubri en el programa Que grande es el cine español,que por cierto salia Miguel Marías presentandola(grababa todos los coloquios,y no se donde esta la grabacion!!)no la he vuelto a ver, pero me parecio magnifica,un drama que no tiene que envidiar a los de Hollywood.
Gracias al blog me voy haciendo unos miniciclos de peliculas que Jesus comenta y de paso si hay tiempo reviso alguna pelicula mas del director.
Gracias
Antonio Muñoz
Carlos Serrano de Osma hizo - contando cortos - 12 películas, de las cuales he visto 4 cortas y 5 largas. Desconozco "Abel Sánchez" y "La sombra iluminada", pero las que he visto, aunque raras y curiosas, no me parecen justificar el aprecio que algunos muestran por su cine, quizá influido por el trato personal (parece que era de los mejores profesores de la vieja E.O.C.). Cierto que "Embrujo" (1947) resulta casi surrealista, lo que ya era algo por esas fechas, pero no deja de ser una película de Lola Flores. Tengo cierta simpatía por la tardía "La Rosa Roja" (1960), y también tienen notable propensión al melodrama y cosas insólitas "Parsifal" (1951) y "La sirena negra"(1947), pero en conjunto ninguna me hace muy feliz. La más interesante, en mi opinión, es "Rostro al mar"(1951).
Pero a lo mejor valdría la pena revisar su filmografía, desde luego no era convencional y no solía ser aburrido.
Muy buen artículo, Jesús, incluyendo la referencia a algo que sorprende y es la alta consideración que se tiene de la película de Dassin.
@TOMA ALISTAR ¿Dónde se puede encontrar Séptimo satélite?
Para mí Borau está incluso por debajo de ese escalón de Guerín, Fernán Gómez (a este lo subiría), Perojo, Nieves Conde, Val del Omar y Almodóvar. A Camus también lo bajaría un escalón.
Momento para mencionar Vida en sombras, película excepcional en todos los sentidos de la palabra, y que nos lleva de nuevo a la idea de que lo interesante en el cine español son casi siempre rarezas, a veces incluso rarezas dentro de la filmografía de un cineasta, y algún que otro ovni que sobrevuela de tanto en tanto. Idea que me lleva a afirmar que el cine español no existe.
Si Joao Bénard hubiera nacido en Salamanca, a lo mejor las cosas habrían cambiado en estos últimos años.
De Serrano de Osma me gusta mucho Embrujo, que tiene un arranque sublime. Tampoco le tengo muy visto...
Fernando Ganzo
A mí también me gusta mucho "Vida en sombras".
Camus lo tengo en cuenta sobre todo por algunas de las primeras, por la hermosa idea no del todo conseguida de "Los pájaros de Baden Baden" y por el "El color de las nubes".
Ese "escalón" no pretendía ser exhaustivo ni están todos al mismo nivel y deberia incluir a Gonzalo Suárez, Garci y algún otro y alguna otra.
Joao Bénard, Miguel lo sabe mejor que todos nosotros pues fue su amigo, miró al cine del mundo, sin exagerar con el portugués, con lo que si hubiese sido salmantino, su interés principal igual hubiese seguido siendo Ray, Chaplin, Murnau, Welles, Bresson, Hitchcock...
Sí, pero quizás por su interés habrían ido naciendo después cineastas.
Es cierto, aunque de lo que menos se pueden quejar los cineastas españoles de los últimos veinticinco años es de apoyo, sobre todo para los debuts, que deben dejar buenas cifras de proyectos "asistidos" de las que presumir en los memorandums anuales del Ministerio. Ya con la segunda, que cada uno se busque la vida.
La labor de Joao no fue nunca tan bien vista dentro como fuera de su país, allí era un outsider.
"Morir... dormir... tal vez soñar" sigue siendo inencontrable, o por lo menos yo he sido incapaz, y periódicamente vuelvo a buscarla, pero nada.
Igor
Me agrada mucho que se cite "El color de las nubes", que me parece una de las mejores películas españolas de los últimos 20 años, pero que como pasa con Mur Oti, a nadie le importa nada. "Cielo negro" es extraordinarial, de una perfección y una depuración poco corriente en el cine español, que, en general, no tiene la concreción como una virtud.
Para mí, las mejores películas de Mur Oti, y comparto las citadas como mis preferidas, (aún recuerdo la sorpresa que me llevé con "El batallón de las sombras", de la que no tenía ninguna referencia, y que resultaba audaz, profunda, y emotiva)son puramente cinematográficas. Es decir, pertenece al país de los cineastas del mundo que usan el plano y la secuencia como forma, de los que solo hay una manera de filmar algo, no mil, para darle el significado adecuado. A una película de Mur Oti le quitas el sonido, para no escuchar el español, y abstrayéndose de los espacios y decorados, y la imagen es tan vigorosa y hermosa como en los cineastas más grandes. Por eso creo que nadie nunca le tomó en serio aquí. Su estilo era demasiado internacional, no hacía sainetes (que pueden ser extraordinarios) sino dramas en el sentido más filosófico del término. No tenía miedo, como casi todos los españoles de los últimos 80 años, a intentar ser profundos. Y eso en nuetro país se paga.
M. A. Gómez
Sí, con un gran guión suyo y de Miguel Rubio.
Camus, aunque las últimas permiten dudarlo ya ("El prado de las estrellas" era una idea interesante y tenía buenos momentos; "La playa de los galgos" un batiburrillo sin salida) como los argentinos semi-adoptados Adolfo Aristarain o Enrique Gabriel, son capaces de no estropear algo bueno que se les ocurra o les caiga en las manos, cosa que Gutiérrez Aragón, Chávarri, Saura y otros que viven y hasta muy bien de esto perdieron hace mucho si alguna vez la tuvieron.
Vamos a ver que Chavarri ha dirigido como mínimo dos películas excelentes (El desencanto y A un Dios desconocido) y una película para televisión titulada Luis y Virginia, de la que Miguel Marías habló muy bien en el Número 23 de Casablanca pero que al paso que llevamos nadie más volverá a ver de nuevo, además de alguna otra interesante; Saura aun siendo irregular ha dirigido películas notables como Los golfos, La caza, Perppermint Frappe, La prima Angélica o Elisa vida mía y algunas que no son del todo despreciables; con Gutiérrez Aragón ya tengo más dudas porque hasta su mejor cine no aguante muy bien el paso de los años, pese a ello Maravillas o Demonios en el jardín tienen su interés y Habla mudita, El corazón del bosque y La mitad del cielo lo mismo una noche de esas raras uno las revisa y descubre algunas cosas valiosas, eso sí recomiendo huir de Sonámbulos, por ejemplo, revisada hace poco me a recordado a una de esas pesadillas que tiene uno cuando tiene fiebre aunque lo mismo esa era la intención de su director.
Creo que ya que hablamos de valorar a los directores en su justa medida deberíamos ser algo más rigurosos a la hora de despreciar tan a la ligera a cineastas que si pecan de algo es de la misma enfermedad de casi todo nuestro cine, la irregularidad y la inconstancia (bueno y en los casos citados cierta pedantería muy de su época).
Camus es otro ejemplo de irregularidad a las obras citadas yo añadiría todas sus adaptaciones de Aldecoa, no sólo Los pájaros de Badem Badem aunque ésta sea la mejor, Los días del pasado y Sombras de una batalla, no están completamente logradas pero son como mínimo interesantes y me gustaría conocer Los farsantes y Volver a vivir. Entre los perdidos para el cine últimamente yo añadiría Aranda que tuvo un periodo de esplendor dede El Lute hasta Intruso, con especial atención a Amantes y Regueiro aunque éste es tan raro que las fluctuaciones se producen no ya de una obra a otra sino incluso dentro de una misma película.
Otro voto para incluir a Borau entre los grandes Hay que matar a B, Furtivos y Leo son espléndidas, La sabina es apasionante como pocas películas españolas, como también lo es aunque en menor medida la desconcertante Tata mía e incluso las primerizas Brandy y Crimen de doble filo eran muestras muy dignas del cine de género. Esperemos que algún día reaparezca Río abajo, que sigue al menos por lo que yo sé perdida desde hace demasiado tiempo. Un recuerdo para Drove otro más de nuestros talentos desaprovechados , como en el caso de Regueiro que rodarán tan pocas películas desde la muerte del dictador (aun contando cortos para televisión en el caso de Drove) no debería llevar a la reflexión o quizá no, para qué.
Roberto
Yo lo único que señalaba, creo, y daba a entender (mal) es que en 1997 y quizá todavía hoy día, Camus y otros pertenecientes a dos generaciones qe concentran el 90% de los realizadores hispanos más conocidos, aún eran capaz de hacer buen cine y los citados no.
No desde la insolencia, sino desde la curiosidad de quien cree no saber tanto sobre cine, me gustaría saber las razones de quienes aquí escriben, sobre por qué la muy famosa y prestigiosa (y una de mis favoritas absolutas) "Los Santos Inocentes" no es citada entre las mejores de Camus. Muchas gracias!
Tomás Sánchez
No creo que me corresponda a mí contestar en primer lugar sino a Jesús Cortés como propietario del Blog pero cometeré la insolencia (esta sí) de hacerlo.
Personalmente creo que Los santos inocentes es una buena película, sin duda y a pesar de que las primeras veces no me gustó porque la consideré el típico producto de qualité, estaba completamente equivocado, lo que pasa es que hay películas de Camus que prefiero, como casi todas las que se han citado en el blog (me pasa algo parecido cuando sitúo por encima de Viridiana a Él, Ensayo de un crimen, El ángel exterminador o Tristana a pesar de admirar bastante Viridiana pero cada uno es libre de tener sus gustos, que se le va a hacer).
Los santos inocentes es una obra notable, incluso supera a la buena novela de Delibes en la que se inspira, pero me parece más fría e impersonal que, por ejemplo, Los pájaros de Badem Badem, aunque quizá ésta sea más imperfecta pero arriesgada dolorosa hasta más allá de las entrañas. El color de la nubes no sólo me parece más personal que LSI sino que incluso me parece más perfecta y ,sobre todo, madura aunque no tan arriesgada como Badem Badem pero repito Los santos inocente es un buen film superior a la solo discreta La Colmena e infinitamente superior a La casa de Bernarda Alba, La rusa, La ciudad de los prodigios (a pesar de que todas ellas parten de obras literarias superiores a la de la novela de Delbes menos la de Cebrián) o a las curiosas Adosados, La vieja música (pese a todo superior a la mala fama que la acompaña) por citar unas cuantas de sus obras entre las que recuerdo ahora mismo.
Roberto
Gustándome poco Delibes y menos sus adaptaciones al cine, esta es de las más correctas. También impersonal, como dice Roberto.
Mucho mejor era la negra y seca versión que hizo Ricardo Franco, que siempre queda olvidado, de "La familia de Pascual Duarte" de Cela.
"La buena estrella", que parece que tenga ya mil años, me parece otra de las mejores películas españolas "recientes" y quizá "Lágrimas negras" hubiese podido ser hasta mejor, pero nunca lo sabremos.
Ya que están en cine español, ¿podrían dar alguna referencia de "Familystrip", del productor Luis Miñarro, y de "Color perro que huye", del venezolano Andrés Luque? En México es raro que pasen películas españolas y este fin de semana ambas están programadas en sendas funciones. Saludos
Yo no conozco ninguna de las dos, lo siento.
Al anónimo, comentarle que el crítico brasileño Filipe Furtado escribió un comentario positivo de "Familystrip" en la revista Cinetica.
Ya que estáis hablando de cine español, me gustaría saber, Jesús, qué opinas sobre "No habrá paz para los malvados", la última película de Enrique Urbizu. Para mí supuso una pequeña decepción, aunque se ve con interés. Está muy por debajo de "La vida mancha" que es una de las mejores películas españolas de la década pasada, sin olvidar el cine de Felipe Vega (para mí más interesantes que el sobrevalorado Albert Serra).
Saludos
Nada, porque no la he visto.
Urbizu tiene para mi gusto un puñado de malas películas y de repente dos buenas; esperemos que esta sea de las últimas.
Felipe Vega me gustaba como crítico y me gustan las dos últimas que ha dirigido.
Hombre, Serra ha hecho buenas cosas. Me sigue gustando "Honor de cavalleria" y encontré interesante "El cant dels ocells", que recuerdo ví en Bruselas con medio centenar de belgas amodorrados y súbitamente satisfechos al final de la proyección. Sus cortos ya son otra cosa. Tengo ganas de ver qué hará si se aleja de territorio mítico o místico.
La fiabilidad es de lo más problemático del cine español. Las últimas de Icíar Bollaín o Isaki Lacuesta, tras buenos films como "Te doy mis ojos" y "Mataharis" o "La leyenda del tiempo" respectivamente, son un incordio.
Tengo buen pálpito en cambio de "Mercado de futuros" de Mercedes Álvarez, que veré en el Festival de Sevilla próximamente.
Sí, Serra está bien. "El cant dels ocells" me gustó y "Honor de cavalleria" tengo pendiente revisarla. Pero sí me parece un poco sobrevalorado, al menos en ciertos sectores críticos. Lo que tampoco me parece mal, lo malo sería reivindicar el cine de Jaime Rosales, que es algo que también se ha hecho (no entendí los elogios desmedidos a "Las horas del día", que tampoco estaba tan mal si la comparamos con "La soledad", una de las peores películas que he visto de la década pasada, y no exagero). Reconozco que hay bastantes directores de los que no he visto nada.
"Tiro en la cabeza" era aún peor que "La soledad", efectivamente nefasta. No sé a quién se le habrá ocurrido emparejarlo con Wang Bing en la correspondencia de Intermedio. Uno de los mejores (tremenda la última, "Jiabingou") con uno de los más errados directores del mundo.
Sobre el cine de Serra, yo creo que debo admitir mis limitaciones, dicho sin ápice de ironía, porque personas cuyo criterio valoro y respeto lo admiran.
A mí "Honor de caballería" me resulta insufrible, planos eternos que no me dicen nada de nada. Algo se me escapa o carezco de la sensibilidad adecuada porque viéndola me viene a la cabeza constantemente "tomadura de pelo".
Eso sí, el "personaje" Serra sí que me atrevo a decir que es infumable, en la línea de provocador idiota del muy gilipollas Von Trier.
Igor
Ya que se habla de cine español, una mera recomendación: hay que tener mucha paciencia. Otra cosa es que uno siga esperando eternamente algo de quien lleva 20 años haciendo no ya películas fallidas, siempre disculpables o explicables, sino auténticas majaderías. Y no señalo a nadie, pero hay varios "ilustres" que sin embargo, parecen intocables e inmarcesibles. Comprendo que algunos abandonen (no siempre dejando por ello de hacer películas), porque lo tienen muy crudo (y más aún los maduros y viejos que los debutantes o casi), o que estén más pendientes de "llamar la atención" que de hacer una buena película, porque si no lo mismo no vuelven a rodar. ¿Sabe alguien qué fue de Sánchez-Cabezudo, cuyo nombre ni creo que se recuerde, pese a haber rodado una de las más interesantes primeras obras de los últimos años, "La noche de los girasoles", que para colmo no funcionó mal comercialmente y no tenía nada de "experimental", ese disparatado adjetivo letal que se aplica aviesamente a todo lo que no es pura rutina convencional? Sigo con interés a Albert Serra, y otros cuantos, no muchos, a veces con angustia y con decepciones (las dos últimas de Lacuesta, la última de Urbizu, la última de Díaz Yanes, etc., etc., los últimos años están resultando los peores desde 1971 para el cine español) y a veces me encuentro con la grata sorpresa de que alguien muy elogiado por películas que encontraba totalmente olvidables, como Sánchez Arévalo, es capaz de hacer algo tan original como "Primos", pese a un "trailer" que quitaba todo ánimo de verla.
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