sábado, 30 de octubre de 2021

EL CINE PROBABLEMENTE


La revista mexicana El Cine Probablemente (enlace a la web y a su instagram) lanza su primer número en papel estos días, tras un periodo de preventa que comenzó en los últimos días del verano. Ya puede encargarse un ejemplar.

Rafael Guilhem, Jorge Negrete, Salvador Amores y Abraham Villa Figueroa son los amigos que se han embarcado en esta aventura, tan nueva siempre como el entusiasmo que se le procura.

Dentro del interesante contenido, incluyen una entrevista que me solicitaron con motivo de la publicación del libro "En los márgenes de la historia del cine" y que nos llevó hasta la creación de este espacio y por cuantos caminos iban apareciendo.

Gracias a ellos, buen trabajo y mucha suerte.

viernes, 22 de octubre de 2021

ABSOLUTAMENTE NADA

En algún lugar entre los cines de Jean-Luc Godard y de la pareja formada por Danièle Huillet y Jean-Marie Straub, fluye - estuve tentado de escribir nació, pero lo cierto es que amalgama pasadas pero también futuras películas - "Zwischen zwei kriegen", del alemán Harun Farocki, maestro de la construcción de "imágenes que piensan" antes que compositor o teórico. Arrastra fama de cineasta frío y difícil Farocki, de ser tan combativo que deviene rijoso, cuando en realidad se trata de un didáctico. Al menos reconforta saber cuánto pudo ayudar al futuro director Christian Petzold, porque resulta terrible pensar en el aparentemente solitario y único posible destino de todos los precitados y cuantos precursores eligieron. En los Petzold, muchas de sus ideas, devinieron elementos de thriller y fantasía, que es buen terreno para crecer.

"Zwischen zwei kriegen" de 1978, una de las más perfectas de cuantas conozco suyas, sería sin embargo complicado elegirla como la mejor de sus obras, que tienden a cobrar sentido al complementarse unas a las otras, a veces estrictamente. "Zwischen zwei kriegen" viaja acompañada de "Erzählen", tres años anterior - pero que vio la luz en el proceso de creación de "Zwischen..." -, dirigida a medias con la cineasta finlandesa Ingemo Engström, en color y quizá también una tardía réplica de las películas más dialécticas del Grupo Dziga Vertov.
Se trata, en todo caso, de su film económico.
Literalidad doble, porque pese a poder ser considerado, así lo señala su título, como una reflexión bélica, a cuanto ocurre entre dos guerras, en concreto durante la República de Weimar (1917-1933), se trata de buscar a las deidades pecuniarias que suelen provocar, dilatar y dilucidar cualquier conflicto: el dinero, las materias primas, la posición estratégica de un territorio. Y económico - qué curiosa acepción de la ciencia ejecutora por excelencia - porque esta película se filmó sin apenas medios, ningún apoyo institucional, durante un largo periodo de tiempo y de espaldas al factor comercial del cine.

Muy al comienzo, avisando a navegantes, hay ya un "peligroso" pensamiento, demoledor si lo expresa un alemán, aunque sea uno medio indio como Farocki, por boca de uno de sus personajes. A un lado quedan la bala disparada y que abate un enemigo y la bala disparada sin causar víctimas pero que mantiene activa la maquinaria industrial que se enriquece fabricándolas. Al otro, los jinetes del apocalipsis del poder: la inacción, la negación, la deserción.
En el hipócrita escenario de la gloria, barro y sangre, dar voz o escucharle los pensamientos a quienes empuñan las armas es demasiado duro para cualquiera... que no justifique el fin. Aquí mueren todos los parlamentos antibelicistas, los torpes y los sensibles, los explícitos y los que fueron tomados como bromas negras. 
Extraña sensación la de sentir tan lejos el documental como la ficción. 
Y extraña anticipación a la fiebre futura de mirar cualquier aspecto de la realidad con esa lente de la economía siempre presta a explicar por qué ha ocurrido cualquier circunstancia. La visión excesivamente reducionista del film - deja de lado la historia, que a veces es producto del azar, del coraje para cambiar las tornas - es por desgracia premonitoria.
La vieja - entonces no tanto - idea de Godard sobre el cine y cuan cerca estaba de ser una industria manufacturera y lejos de poder convertirse en un instrumento que pudiese servir a la clase obrera, la toma Farocki para, directamente, medirla.
Filmar es reflejar las vicisitudes de la filmación, cómo costó impresionar cada metro de película, si fue provechoso o terminó en un callejón sin salida lo que se propuso cada plano.
Y como los números no cuadran, como el bienestar proclamado era verdad para unos pocos y una gran mentira para la mayoría, la película no puede de ninguna manera consistir ni concluir en un vano recuento.
No es casualidad por tanto que para finalizar, evoque al más impresionante plano de una película de 1932, "Kuhle wampe, oder: wem gehört die welt?" de Slatan Dudow (y Bertold Brecht), una de las más vivas muestras del muy poco halagüeño panorama que había quedado hacia el final de esta era y que fue el perfecto escenario para el advenimiento del Tercer Reich.
Allí, en el suelo, borrada por la lluvia, estuvo la silueta de alguien que no fue obligado a morir por la prosperidad.