viernes, 8 de agosto de 2014

ANATOMÍA COMPARADA

Es tan prolija la lista de grandes dramas y melodramas legados por el cine japonés, tan variada e inagotable, aún hoy día en que se ha multiplicado la posibilidad de acceder a ellas, que el lugar que ha correspondido a una película como "Gan", además nacida en unos años especialmente atestados de maravillas (1952), no ha sido el de las revelaciones, "obtenidas" de enrevesadas ecuaciones que distinguen a los films que acaparan y renuevan adeptos, prendados de un aura especial.
"Gan" efectivamente es fácil deducirla de una sencilla suma, que consiste en aprovechar una notable base literaria (la novela "Los gansos salvajes", escrita hacia 1912 y una de las más conocidas del escritor Mori Ôgai, también adaptado por Mizoguchi o Naruse), una prodigiosa interpretación de Takamine Hideko, aún en sus veinte años e iniciando la gran década de su vida, y la concienzuda labor del director, Toyoda Shirô, antiguo asistente de Shimazu.
El año que la multicolor "Jigokumon" de Kinugasa asombraba en Cannes, "Gan" era una más de las producciones Daiei, contenida, grisácea, mesurada.
Exiguo botín para coleccionistas y nada especialmente emblemático para los highlights de una época incomparable.
No parece gran cosa "Gan" pese a arrancar con un llamativo primer plano de su protagonista que lentamente se abre y reencuadra al personaje que habla - mientras ella esquiva ambas miradas - y quizá cuatro quintas partes de su metraje estén al servicio de unos minutos finales - no "depositarios" de lo hasta entonces narrado porque el ritmo no ha sido alterado y esa es precisamente la clave del film: la imposibilidad de que los acontecimientos caminen al paso de los deseos -, inolvidables, premio a la paciencia y la atención que discretamente demanda.
Será un espectáculo poco vistoso, pero no deja de ser una verdadera exhibición cinematográfica contemplar cómo emerge en la mente prisionera de esta mujer - mercancía estropeada como despectivamente la denomina la casamentera que quiere quitarse de encima una deuda emparejándola con el usurero que la apremia - una pequeña posibilidad de imaginar otra vida, que, por no separarse un centímetro de la más realista de las resoluciones, deviene en imprudente fantasía.
Defender a esta obra maestra debería ser una cuestión sencilla porque bastaría con darla a ver y dejar que sus múltiples bellezas pequeñas se acumulen lentamente en la vista y los oídos hasta llegar a esos minutos en que cristalizan esos planos ophülsianos en que mientras todo transcurre con absoluta normalidad, la vida de una persona pende de un gesto, objetivamente improbable, un milagro.
Toyoda apenas deja traspasar unos momentos y unos metros a su protagonista las barreras que la confinan, la mental y la espacial, obligándola en cambio a actuar ambiguamente, a camuflarse como lo que todos creen que es: la mantenida de un tipo odiado pero más cobarde que cruel, más resbaladizo que pegajoso.
Está ella extraordinaria cerrando las puertas correderas al mediodía cuando él manda a la criada a los baños públicos, desnudándose para atraer su atención - en un plano con el eje cambiado a otro en que cura la espalda a su anciano padre en el arranque del film - o encorvada al paso de ese estudiante de medicina que encarna la hipócrita "modernidad" de la era Meiji, empeñando libros para costearse exámenes y, sin casi sospecharlo, siendo un oasis para una bellísima desahuciada.

15 comentarios:

Carlos C. dijo...

No he visto nada de este autor, del que tengo una decena de películas apuntadas por aparecer en la lista de Tadao Sato de las 300 mejores películas japonesas y en la lista de las películas favoritas de Dan Sallitt (interesante lista que va por décadas: http://www.panix.com/~sallitt/bestfilm.html).

¿Recomiendas algo más de Toyoda?

Jesús Cortés dijo...

Me parece muy buena "Yukiguni" del 57.
"Jigokuhen", que parece de las más afamadas, me decepcionó.
Otra también con Nakadai Tatsuya, "Yotsuya kaidan", la tengo por ahí para verla, no recuerdo si con subtítulos.
La primera que ví, "Byaku fujin no yoren", de tono fantástico, me apetecería recuperarla.
Tiene también comedias, de las que siempre recelo si vienen de esa cinematografía.

Mario Vitale dijo...

Una película desoladora y serena, contagiada del arte de mirar que poseía Takamine, y que parece enmarcada entre dos primeros planos de esta suprema actriz. Aquí además muy carnal. Me encanta la música de Dan Ikuma.

Jesús Cortés dijo...

Y los decorados de Kimura Takeo, el mismo de la suprema "Tsuki wa noborinu".

Rodrigo Dueñas dijo...

Recuerdo que hace bastantes años, hojeando una revista de cine española de fines de los 40, me encontré con un artículo de un japonés que, sabiendo del desconocimiento total que aquí (y en casi todo el mundo) se tenía de su cinematografía, intentaba paliarlo con algunas informaciones generales. Me sorprendió que entre los cinco grandes directores que, según él, trabajaban en ese momento no incluyera a Mizoguchi ni a Naruse (sí nombraba a Ozu y, sorprendentemente -pues estaba empezando-, a Kurosawa). Tampoco aparecían en la tanda de cuatro o cinco (solamente "buenos") que añadía a continuación.
Lo que ahora me pregunto es quiénes serían aquellos siete u ocho directores cuyos nombres entonces no me decían nada.
El cine japonés es un cofre de tesoros... sin fondo.

Carlos C. dijo...

Yo tengo varios nombres apuntados de directores de las décadas 30-50, nombrados en varias listas de películas japonesas, que sería interesante descubrir: Kiyohiko Ushihara, Eizo Tanaka, Sotoji Kimura, Hiromasa Nomura, Jiro Kawate, Torajiro Saito, Eiji Tsuburaya, Atsuo Tomioka, Hisatora Kumagai, Minoru Shibuya, Tomotaka Tasaka, Kajiro Yamamoto, Yutaka Abe, Keigo Kimura, Osamu Fushimizu, Yasuki Chiba, Hideo Sekigawa, Masahisa Sunohara, Ieki Miyoji, Hideo Oba o Seiji Hisamatsu.

Quién sabe cuántos maestros (o no) debe haber ahí.

Jesús Cortés dijo...

Algo he visto de Oba Hideo, bueno creo recordar pero no memorable y me suenan varios más y otros que no mencionas como Urayama Kiriro o Namiki Kyotaro.
Aparte del problema de los subtítulos, hace falta tiempo para peinar todo y sobre todo conviene prestar atención a cualquiera, porque es seguramente el cine con más concentración de talento que ha habido.

Rafa Morata dijo...

Suena muy bien, Jesús, todo lo que expresas en tu comentario. No la he visto y, como bien afirmas, "habrá que peinar".

Fuerte abrazo.

Ricar2 dijo...

¡cuánto trabajo!. Me parecieron muy buenas dos películas que vi de Sadao Yamanaka (cuyos títulos no recuerdo, los tengo por ahí anotados en mi diario), autor que apenas tuvo tiempo de concluir cinco o seis películas, porque murió en la guerra, pero que a buen seguro hubiera sido de los grandes.

Jesús Cortés dijo...

Es grande Yamanaka, aunque sólo sea por "Ninjo kami fusen" (las otras dos son también buenas, pero no tanto), como lo son Vigo, Charles Laughton o Guiguet.

Anónimo dijo...

Jigokuhen de Toyoda es malísima. Una peliculita de terror sin más, llena de clichés, mal envejecida.
La mejor de Shiro Toyoda es Gan, con diferencia.
Y efectivamente las comedias japonesas son para "recelar" como mínimo.

Un saludo cinéfilo

Rafa Morata dijo...

De Yamanaka solo he visto la prodigiosa "Humanidad y globos de papel", emitida hace años en el canal Cinematk. Creí que saldría en edición DVD en nuestro país, pero no fue así. Conservo la copia televisiva que hice de la misma.

Jesús Cortés dijo...

Yo tengo una bonita edición (sin subtítulos españoles, sólo ingleses, si no mal recuerdo) de Eureka! con todo lo filmado por Yamanaka, con los fragmentos conservados de lo que permanece incompleto.

Rafa Morata dijo...

No conocía esa edición (solo la de "Humanidad..."). Acabo de descubrirla, Jesús: no tenía idea de su existencia. Si de aquí a final de mes me dan una alegría en relación a una persona, lo celebraré haciéndome con ella. Muchas gracias una vez más por tus textos y tus señuelos.

Abrazo!

Anónimo dijo...

Se ve chévere el blog.
Buscaremos Gan, en la esperanza de no encontrar un melodrama acartonado.
Salud y felicidad