domingo, 29 de mayo de 2016

NOCHES POR DÍAS

En 1986 quedaban ya lejanos los ecos del breve momento de atención mediática con el que fue agraciado Rob Nilsson.
Ocho años habían transcurrido desde su debut, "Northern lights", firmado junto a John Hanson, una colección de recuerdos ateridos de frío recuperados de la vida en el Dakota del Norte de los años diez del pasado siglo, que acaparó premios en festivales y, creo, le labró un prestigio "equívoco".
Se le relacionó inmediatamente con Ingmar Bergman, supongo que por el idioma que hablaban varios personajes en parte del film, por una dureza existencial inevitable dada la geografía y la pobreza reinantes y por el parecido físico del protagonista con Max von Sydow. Una conexión superficial además de apresurada, porque aquello la verdad sonaba a balada melancólica, compasiva y telúrica, a John Steinbeck, Dorothea Lange y Woody Guthrie.
Jugando a ese juego publicitario que, a veces, sirve para tender puentes útiles con el cine del pasado, no hubiese estado mal la ocasión de todas maneras para levantar la mirada y recordar "Ingmarssönerna", "Karin Ingmarsdotter" y a otros grandes Victor Sjöstrom, con los que quizá tenía más relación o rebuscar hacia los lados y echar otro vistazo a alguno de sus contemporáneos, tampoco muy populares precisamente, como Jem Cohen y Charles Burnett.
Ahora eso ya no importa gran cosa porque ninguno de estos acomodos y cicerones hubiesen podido evitar la condena al recorrido marginal e intermitente que se disponía a iniciar Rob Nilsson.
No es casualidad de todas formas y haciendo una pequeña digresión sobre el cine de su tiempo, que tanto Nilsson como Cohen, Burnett y casi cualquier director activo en el cine underground americano terminasen filmando a músicos y músicas que congeniasen con algunos o bastantes de sus puntos de vista.  
Cohen se alió con Fugazi - la banda que formó Ian Mackaye para "desacelerar" y de paso hacer aún más impenetrable el hardcore de los pioneros Minor Threat - Burnett se acercó al blues y a Nilsson no se le ocurrió otra idea que la de filmar a un tipo tan misterioso y huraño como John Cale - y de invitado no muy bien avenido, Brian Eno - en un extraño film llamado "Words for the dying", cuarto vértice de un año sorprendentemente afanoso para el ex-Velvet Underground, recién editado el álbum del mismo título, estando en puertas "Songs for Drella" junto a Lou Reed y antes del consecutivo "Wrong way up"... junto a Eno.
Todo eso fue ya en 1990, cuatro años después de que Nilsson filmase el que creo - a falta de ver "On the edge" del 85 - es el mejor film de su carrera y un, afortunadamente, apropiado homenaje - aún en vida, no valiéndole ya mucho la pena ciertamente - a John Cassavetes, "Signal 7".
Rodado en vídeo y sin luz artificial, luego hinchado a 35 mm para estrenarlo en (muy pocos) cines y finalmente lanzado en formato doméstico por Coppola a mitad de los 90, a día de hoy, como le sucede a los retratos y retazos de Wendy Clarke y Alain Cavalier, "Signal 7" lo tiene difícil para ser algo más que un artefacto itinerante por museos o universidades.
Tal vez ni la mitad de los Cassavetes pudieran ser ya otra cosa.
De la épica modesta de los granjeros hijos de inmigrantes que resistían la fuerza de los bancos por cambiar su forma de vida en "Northern lights", rescolda aún en "Signal 7" la camaradería y la solidaridad, en esta ocasión entre taxistas de una ciudad norteamericana cualquiera, aún consternados por una muerte, aún con sueños en la cabeza (el teatro), aún con capacidad para indignarse o para empeñarse en dignificar su trabajo, ni dibujados como ejemplares frente a sus problemas ni tampoco para que nos parezcan pequeños los nuestros.
La ausencia física de mujeres en el film - antes de la escena final, sólo hay un breve y amargo interludio con una chica judía - acentúa cuanto las incumbe: las anécdotas con ellas se hacen historias, cada vez más grandes y más lentas; las auténticas historias se convierten en anécdotas.
Afectuosas y a veces muy divertidas, las palabras y las imágenes más compuestas no hay manera de desligarlas de las casuales, gran baza cassavetiana que honra Nilsson de arriba abajo.
Y filma la última ceremonia del film como lo hubiesen hecho Fleischer o Peckinpah, mirando a la cara de las compañeras inseparables, la soledad, la fatiga, la frustración por no haber podido ser lo que se quiso. Preparando el nuevo día, que ya llega.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque a veces las películas citadas como influencias por los cineastas pueden dar lugar a equívocos, he aquí las de Mr. Nilsson:
Idi i smotri de Klimov
Festen de Vinterberg
Persona y Viskningar och rop de Bergman
Faces y A Woman Under the Influence de Cassavetes
Irréversible de Noé
The Apu Trilogy de Ray
Last Tango in Paris de Bertolucci
The Tango Lesson de Potter

Ángel

Jesús Cortés dijo...

Ví una entrevista con él de hace unos años y no le hubiese supuesto esas afinidades recientes, la verdad.

Miguel Marías dijo...

Yo no he visto más que 5 ó 6 de las primeras, la más moderna la que hizo en el 98 con guión de Rod Serling, y creí que no había hecho más; veo ahora que no ha parado desde 2000 y que ya lleva más de 30 películas y está acabando otra. Me gustan mucho "Northern Lights" y "Signal 7", las demás me parecieron curiosas a lo sumo, en conjunto muy decepcionantes.

Roberto Amaba dijo...

Recuerdo que vi "On the edge" por intereses no cinéfilos; como debe ser. Temática de atletismo y tal. Teniendo en cuenta la suerte tan horrible que ha tenido ese subgénero, era de las más afortunadas que recuerdo en bastantes aspectos. Empezando por cómo filmar a gente corriendo, que no es nada fácil. Este problema lo evitaba por dos razones fundamentales: era "trail", no pista, ni ruta; y las propias condiciones y técnicas de filmación formaban parte de la historia. Luego tenía un mensaje político bastante marcado pero más o menos bien llevado y culminado, y además me daba bastante igual.

Dern parecía el mismísimo Kupricka.

Un abrazo, Jesús.

David Soria dijo...

Muy apetecible lo comentado sobre este filme, las referencias no pueden ser mejores. Ahora sólo falta que aparezca pronto por internet y se pueda conseguir...

Luis S. dijo...

Una película que cita Ángel como favorita de este director, "Irreversible", es un síntoma temible... Pero en fin, ya se sabe que, aunque guste el cine de un director, no ha de gustarnos necesariamente también el cine que les gusta a ellos.

Jesús Cortés dijo...

Las tres vitas de Noé, esa que citas, "Enter the void" y "Love", me parecen lamentables.

Anónimo dijo...

A pesar de su personaje, tan resentido que acaba dando grima, Solo contra todos es la única de Noé que vale algo, y aun así arruinada finalmente, en mi opinión, por su intención de escandalizar (véase la escena final).

Anónimo dijo...

Jesus me gustaria preguntarte por un cineasta clasico japones del que no he visto que comentes nada nunca y a mi me parece extraordinario hablo de Tomu Uchida, "Kiga kaikyo me parece uno de los grandes noirs de los 60 y sus films de samurais mucho mejores que otros de mayor fama de directores nada interesantes tipo Okamoto o Gosha.


JP

Jesús Cortés dijo...

Son también muy buenas "Chiyari Fuji" del 55 y "Yôto monogatari: Hana no Yoshiwara Hyakunin giri" del 60. A veces es irregular, moroso, demasiado codificado, pero en general muy interesante. Llevo tiempo buscando una muy apetecible, desaparecida que yo sepa, "Jibun no ana no nakade".
De Okamoto me encanta de momento una, "Chi to suna", pero de Gosha Hideo hay un buen puñado que me parecen estupendas si bien posteriores a estas de que hablamos, como sobre todo "Yami no karyudo", "Usugesho", "226" o especialmente su obra maestra "Kagêro", con aquella interpretación extraordinaria de Huguchi Kanako.

Anónimo dijo...

Sí "Chi to suna" esta muy bien, me apunto los Gosha que mencionas del que solo he visto sus films de samurais. Pienso en lo poco que me gusta en general el chambara ni las prestigiosisimas de Kurosawa o Kobayashi se cuentan entre mis favoritas de ambos, tampoco las de Inagaki, Imai o las mas recientes de Yamada o Miike , pero sin embargo me fascino "Daisan no kagemusha" de Inoue.

JP

Jesús Cortés dijo...

No conozco ese Inoue, lo buscaré. Gracias por la pista.
Hay algún Yamada, de hará unos años ya, que estaba muy bien, como "Kakushi ken oni no tsume" o "Bushi no ichibun".
De Miike nunca ví nada a la altura de su prestigio, aunque me harté hace tiempo.

Anónimo dijo...

Jesus, no te ha parecido el 2015 un año muy mediocre para los asiaticos, hablo de Hsiao-hsien, Zhang-ke, Kawase o Koreeda que han hecho probablemente sus peores de lo que he visto, con una tendencia demasiado melodramatica incluso comercial sí.

De paso me podrias decir alguna de tus favoritas del pasado año, no he encontrado nada grande.


Saludos

Jesús Cortés dijo...

Sí, ha sido un año con algunos chascos.
No me gusta especialmente nada de Koreeda (y varias veces las he encontrado infumables) de "Hana" para acá y eso son muchos años.
La última de Hsiao-hisen es la peor de su carrera para mi gusto.
No he visto aún "An", pero la anterior de Kawase Naomi era bastante buena.
Jia Zhangke ha hecho con "Shan he gu ren" su mejor film - aunque no comparable a él - desde "Sanxia haoren".
De otros que no mencionas, Lav Diaz sigue en buena forma (sin apenas altibajos ni para bien ni para mal), aunque el corto "Ang araw bago ang wakas" (ya de 2016) no es tan bueno como parecía; el último AW, "Rak ti khon kaen" me gustó moderadamente y al mismo tiempo me fastidió al revisarlo; es muy bueno el último Hong Sang-soo; buen film también "Chor gei" de Herman Yau; no he visto el último Johnnie To...

Anónimo dijo...

Por curiosidad ¿cual te parece el mejor director japones actual?
A mi casi que ninguno me convence demasiado.

Jesús Cortés dijo...

A mí tampoco. Las promesas de hace una década se han quedado en poco o en nada y no ha aparecido relevo. A estas alturas, quién lo hubiera dicho, es un caso cada vez más parecido al de otra cinematografía antaño prolífica y ahora eclipsada, como la italiana.

Anónimo dijo...

Bueno, por desgracia tampoco es una sorpresa, las decadas anterios no son gran cosa. Posteriores a la nueva ola de los 60 no hay ningun director grande, a mi parecer son todos terriblemente irregulares y decadentes, Somai, Kumai, Oguri o Ishii tienen alguna muy buena pero acabaron siendo muy poco, lo mismo para Koreeda o Kitano en mi opinion.

Jesús Cortés dijo...

Kitano es uno de los que se ha despeñado, pero llegó a ser realmente bueno.
Desde que se murieron Wakamatsu Kojî o Ichikawa Jun y se retiraron Yoshida Kiju, Adachi Masao, Shinoda Masahiro y Miyazaki Hayao, queda cada vez menos.
Está el extrañamente inactivo Nobuhiro Suwa, los irregulares Hiroki Ryuichi, Kaase Naomi, Kobayashi Masahiro o Kurosawa Kiyoshi, los imprevisibles - por tiempo entre films o intenciones - Takahata Isao y Oshii Mamoru y no mucho más me parece.