lunes, 11 de junio de 2018

NOCHES OSCURAS, ACERAS BRILLANTES

La tentación de presentar la película de Arnold Laven "Slaughter on Tenth Avenue" como una "réplica" en toda regla a "On the waterfront" de Elia Kazan, es grande.
Rodada apenas tres años después, hay una buena cantidad de coincidencias - y notables diferencias de tratamiento, claro - argumentales, espaciales o fotográficas, hay otra compañía, otra manera de hacer las cosas detrás (Universal frente a Columbia), etc., que invitan a ello. Y, en fin, aunque de nada sirviese, es grato empuñar una película sin fama, a todas las películas y todos los cineastas sin fama, y arrojarlos contra los prestigios altisonantes.
No estaría fuera de lugar ni aunque esa no fuese la intención comercial de la película, que es algo en lo que pocos directores influyen y menos aún pueden controlar. Elevar un film a costa de hundir o rebajar otro es, de todos modos, inelegante hasta si se trata de auto-remakes que secreta o íntimamente vuelven a mirar o enmendar lo antes dicho, porque las circunstancias vitales o coyunturales de sus creadores suelen devolver a  su especulativo punto de partida a casi cualquier plausible deducción.
Son desde luego famosos varios casos de obras en gran medida - o quizá solo anecdóticamente por muy amplificado que haya sido el detalle - "dialogantes", inquisitorias o directamente contestatarias respecto a otras generalmente apreciadas y a veces clave. Se me ocurren - dejando a un lado buena parte de la filmadas por críticos y las súbitas actualizaciones de cineastas que se sentían rezagados -, varias películas de Howard Hawks, Philippe Garrel, Arthur Penn, Charles Chaplin frente a una irreparable pérdida, Rainer Werner Fassbinder ante una deriva genérica... y en cierto modo del propio Kazan, que ya se encargó precisamente de utilizar "On the waterfront" para responder no a un film anterior, pero sí a cuantos le estigmatizaban por los muy controvertidos hechos acaecidos en el Comité de Actividades Antiamericanas de 1952.
"Slaughter on Tenth Avenue" realmente no debería necesitar de estas referencias para ser apreciada como una gran película social y jurídica americana, más aún si resulta que está construida, como varias de célebres inmigrantes como Otto PremingerFritz Lang sobre el "inverosímil" cine negro antes que sobre el redentor realismo, salvoconducto viciado - y no volveré más sobre él - por, entre otras cosas, la banda sonora, el montaje y la dirección de actores y actrices del film de Kazan desde su primera escena.
Con apariencia de lenta, gris y procedimental, sin casi primeros planos ni astucias para descargar o recargar la tensión, "Slaughter on Tenth Avenue" es en cambio y a poco que se le preste la atención que seriamente demanda, un retrato duro, contenido y lúcido de la dificultad para llevar la justicia a ciertos ambientes dominados por mafias con mejores abogados, vigilantes y chivatos que los que operan a este lado de la ley.
Acierta Laven en no moralizar ni entrar apenas en las tripas de un contendiente ni del otro porque eso hubiese dejado en desventaja al inexperto (interpretado con nervios de acero por Richard Egan) que utiliza para mirar todo y al que una retahíla de casualidades deja al frente de un caso que nadie quiere en la fiscalía. Un hombre "nuevo" para viejos problemas: la burocracia de los suyos, las amenazas de los otros y la pasiva obstinación de todos.
No queda entonces más remedio que acompañarlo, sentirlo en inferioridad y menos inerme delante del despreciable cacique "sindical" que incorpora Walter Matthau que frente al azar puro, como nos sucedía con el "Manny" Balestrero de una obra suprema de ese mismo año 1957, "The wrong man" de Alfred Hitchcock.
Es fundamental esa mencionada distancia, tourneriana, no por conveniente para el punto de vista, sino porque se propaga, como sucedía en los films del maestro, a cualquier rincón del film. No solo cada personaje, cada situación y posibilidad planteada, portan una ambigüedad, un abanico imprevisible de reacciones que enriquecen la complejidad de la película y colocan el suspense en el centro del encuadre hasta si lo que sucede es banal.
Le falta a Laven no excluir la aventura por muy centrífugo que sea lo narrado. Ni hacia el mar ni tierra adentro es capaz de mirar nadie, ni al barrio contiguo siquiera, ni al pasado ni al futuro, todo queda aprisionado en un espacio y un tiempo incoloro, finito, condenado a repetirse.
 
 

20 comentarios:

Miguel Marías dijo...

Curioso que sea una película muy poco subjetiva, y nada hagiográfica, a pesar de basarse en el libro de memorias del personaje real interpretado por Egan. También hay un curioso equilibrio entre los personajes de la viuda del difunto (Jan Sterling) y la mujer de Egan (Julie Adams), magníficas las dos, y ambas con lógico y no reprochado miedo. Y no faltan ambigüedades, flaquezas y corrupciones ni entre el equipo de la fiscalía ni entre los policías (en activo o pasados a detectives privados) ni entre los abogados ni entre los estibadores sindicalistas o no. ¿Quizá afán de justicia, siquiera narrativa? Parte del mérito es probable que deba atribuirse al guionista Lawrence Roman, que tiene varias cosas muy interesantes en su haber, y que permite al usualmente poco inspirado Arnold Laven hacer su mejor película.

Jesús Cortés dijo...

Las primeras, «Without warning», «Vice squad», «Down three dark streets», son muy efectivas y ni pierden ni hacen perder el tiempo.

Carlos Cano dijo...

Tavierner y Coursodon también hablan más o menos bien de "The Rack" (1956) y conozco a algún cinéfilo que le gusta mucho "The Glory Guys" (1965), con guion de Peckinpah. ¿Habéis visto estas dos películas de Laven?

Por cierto, Jesús, he hecho una lista con todas las películas que has reseñado a lo largo de los años en el blog, por si a alguien le interesa. Se puede consultar aquí:

https://letterboxd.com/lobo_lopez/list/un-blog-comme-les-autres-jesus-cortes/

Saludos.

Jesús Cortés dijo...

No, yo no conozco ninguna de las dos.
Y gracias por tomarte esa molestia. La verdad es que empiezan a ser muchas y de algunas ni me acordaba

Anónimo dijo...

"The Rack" era la preferida de Sarris, un drama judicial de tintes psicológicos bastante estático y con Paul Newman esforzado pero poco convincente. Para mí inferior a esta que comenta Jesús, que astutamente saca al protagonista del poco prometedor juicio.

Ángel

Miguel Marías dijo...

Para mí, "The Rack" es la más floja del primer periodo, muy lenta, muy "televisiva" y muy plana, y con una interpretación lamentable de Paul Newman en plan "sufridor" (Wendell Corey, Lee Marvin, Ann Francis o Walter Pidgeon le "dan sopas con honda", como graciosamente se decía en otros tiempos). "The Glory Guys" es una especie de plagio de "Fort Apache", absolutamente lamentable, mazacota y pesada como todas las de su periodo final(1962-1969), con actores bastante buenos totalmente desperdiciados. Mejor atenerse a los años 50.

Anónimo dijo...

"Nada sorprende"

Jesús Cortés dijo...

Es el ritual de lo habitual, sí

José Andrés dijo...

Aunque tarde y sin gran entusiasmo, me sumo al elogio de la película, muy compacta y con un reparto magnífico, que incluye al menos una docena de grandes actores. No me creo el final ni la feliz reyerta que enfrenta a obreros y maleantes en el muelle, donde el fiscal "aterriza" antes de ganar el juicio, victoria que, por improbable, se anuncia por la radio, astuta solución. Coincidiendo en que Laven fue de más a menos, tiene en los 60 un "western" apreciable, no "The Glory Guys", ciertamente, sino "Geronimo", que prefiero a la de Hill.

Anónimo dijo...

Jesús, pregunta independiente.
¿Cuáles te parecen las imprescindibles de Shimizu Hirsoshi y D.W. Griffith?

Jesús Cortés dijo...

De Shimizu todo lo visto es, como poco, notable. La última, esta impresionista y pre-nouvelle vague "Tokai no yokogao" del 53 que impresiona por estar hecha sobre la nada. Me quedaría con "Hachi no su kodomotachi", "Anma to onna", "Kanzashi", "Utajo obogeaki", "Hanagata senshu"... las he mencionado a menudo.
De Griffith más aún, deben estar por ahí repetidas "A corner in wheat", "Isn't life wonderful?", "The unchanging sea", "The sorrows of Satan", "The struggle", "Way down East", "A romance of happy valley" y muchas más. En este caso, hay toneladas y muchas iniciales, de la época de la Biograph, no tan interesantes, aunque siempre hay ideas, un sentido del cine.

Anónimo dijo...

No te cansa el cine, después de todo lo que has visto, no crees que ya has visto todo?

Jesús Cortés dijo...

Mi sensación es la contraria. Conforme me hago más mayor, me apura pensar que llegará un día en que no podré volver a ver nunca más aquel gesto de James Stewart en "Anatomy of a murder" o aquella sombra chinesca de Lotte Reiniger que tanto me subyugaron.
Lo que sí me cansa desde hace tiempo es tener que escribir por inercia o por mantener más vivo el sitio y no vuelvo a las andadas (para alivio de todos empezando por mí mismo) hasta que no se me ocurre algo que me "obligue" a hacerlo, lo cual no significa que deje de estar viendo mcuhas películas.
Ahora mismo me paso más tiempo escuchando música; se notará por los continuos cambios de la portada del blog.
Nadie lo ha visto todo y los que más concocen tienen más ganas de seguir que los que se dan por satisfechos abarcando menos. Agricultura extensiva frente a intensiva, como me decía un buen amigo.

Anónimo dijo...

Cambiando de tema, podrías hacer una lista de tus 25 discos de música favoritos?

Anónimo dijo...

Hola Jesús.
Como ya te comenté más de una vez no sólo sigo con entusiasmo tus comentarios cinematográficos en este extraordinario blog, del cual siempre intento descifrar tus fotografías musicales o cinematográficas que lo encabezan, también me gustaba leerte en esa gran revista musical que era -y sigue siéndolo; no sé si seguirás comprándola, pero yo sigo haciéndolo a pesar o, además de Internet- el Popu, donde algunos de nosotros descubrimos algunas de nuestras bandas y artistas favoritos -Redd Kross, Jane's, Screaming Trees, The Jayhawks, Social Distortion, Blind Melon, Terence Tren D'arby, Jeff Buckley, Kyuss, Tom Waits, John Hiatt, John Mellencamp, Junkyard, Dear Mr. President, Lucinda Williams, L7, Temple of the Dog, Mother Superior, Tom Petty... Con todo, discúlpame esta introducción un tanto extemporánea, pero ya que lo mencionas no me resisto a preguntarte qué tipo de bandas o artistas estás escuchando y cuáles han sido los últimos descubrimientos o redescubrimientos musicales que destacarías, ya sean actuales o no. Yo de estos últimos dos años destacaría "American Band" de Drive by Truckers entre otros. Porque estar en el universo soul -Arthur Alexander, Bill Withers, Parliament, casi todo lo que publica Ace Records, Fame Records, Stax, Goldwax, Curtis Mayfield y su fantástico sello Curtom, The Isley Brothers, Baby Huey, Hi Records..., no deja mucho espacio ni ganas de más.
Un saludo.
Alberto de Mieres

Jesús Cortés dijo...

Perdón por la tardanza en responder, pero he estado fuera.
Con respecto a la pregunta del anónimo sobre mis 25 discos favoritos, me temo que soy incapaz de responderla. Tampoco de una década suelta, me cuesta cada vez más y ya me era complicado hacer recuento hace 20 años.
Yo empecé muy joven a escuchar discos, devorando cualquier cosa que se me ponía por delante, con predilección por lo más crudo, no sé muy bien por qué y sigo igual aunque ahora oigo bastante menos música. Lo que sí me sigue sucediendo es que cuando me dedico a ello, se traga al cine por completo; tampoco entiendo demasiado la cuestión.

Jesús Cortés dijo...

Sí, Alberto, sigo leyendo el Popu cada mes pese a que es una revista de revival en buena medida, como lo es la escena musical de tantos géneros.
Buen disco ese de DBT, pero como tantos recientes, no llena.
Este verano está siendo intenso musicalmente. Internet es un orgasmatron para los que crecimos comprando cassettes piratas de conciertos y quedábamos atónitos de ver por fin una filmación en condiciones de Alice Cooper o Stray Cats. Ahora todo está ahí, al alcance de cualquiera y sin embargo lo que abunda es la incultura atroz, el orgullo incluso de conocer poco, porque todo es tan accesible que no hace falta esforzarse nada para encontrarlo y solo queda la sutil diferencia entre tener o saber encontrar y haber oido o visto y recordar, pero eso no parece importante entre mucha gente.
En fin, que aparte de oir mis discos, me he dado un buen paseo por viejas y nuevas filmaciones de Foreigner, Greta van Fleet, Millie Jackson, Zeppelin (con verdadera obsesión por Bonham, oyendo discos enteros solo con sus pistas), Stones y T. Rex como cada temporada de vacaciones desde hace casi treinta años, VH, Sonic Youth, Primus, Skynyrd, Ian Hunter, Nash Kato, este loco disco de Jack White, los graciosos vídeos de Kevin Shields con su tremolo inventando el fuego, Hole, Miles Davis, Jonathan Richman, Trapeze, Love, L7, Bango, Digable Planets, Ray Lamontagne, Drivin' N' Cryin', Mercyful Fate, Kim Lenz...

Anónimo dijo...

Otra pariente cercana de ese mismo año sería "The Garment Jungle". Aunque tenga sus limitaciones (de iluminación y decorados sobre todo, sin mencionar a Kerwin "Simbad" Mathews), también comparte muchas de las virtudes de "Slaughter", el retrato de aliento periodístico de temas sociales de actualidad sin excluir la ambigüedad de personajes y situaciones. Supongo que la sustitución del gordo Aldrich por Vincent Sherman contribuyó a su mal recibimiento.

Ángel

Jesús Cortés dijo...

Sí, lo que tocaba Sherman inmediatamente bajaba "de categoría".
Lo mismo pensaba hace poco viendo un western que supongo te gustará, "Silver City" de Byron Haskin, que sería bien recordado si llevara el nombre de Tourneur o Dwan en los créditos.

Anónimo dijo...

Esa es una especie aparte, la de los westerns de los años 50 calificados como rutinarios en todos los manuales y que resultan de lo más agradables y hasta brillantemente realizados. No sólo el noir fue una fuente inagotable de series B memorables.

Ángel