miércoles, 23 de junio de 2010

PARÍS NOS PERTENECE

Está claro que urge una revisión de la obra de Helmut Käutner.
Si muy reticentemente es aún contemplado lo que rodó durante los años del III Reich - un periodo siempre sospechoso, sea quien sea el autor, como si a priori no fuese posible encontrar nada sincero y alejado de consignas oficiales y no sea cursi o esté pasado de moda - menos fama aún tiene lo que hizo en la supuestamente árida década de los 50 en Alemania.
Lo cierto es que "Romanze in moll", "Große Freiheit nr. 7" o  "Unter den brücken", las que conozco de entre las filmadas durante la guerra y "Die letzte brücke", "Ludwig II: Glanz und ende eines Königs", "Des teufels general", "Himmel ohne sterne", "Die Zürcher verlobung"  o "Monpti" ya de los 50, aún siendo pocas películas para arriesgar con generalizaciones, no permiten sin embargo poner en duda su muy flexible talento ni su filiación puramente romántica.
"Monpti", de 1957, sería el perfecto ejemplo de las injusticias en torno a Käutner y un buen enganche para que quien no conoce su cine, entre en contacto con él.
La verdad es que sus coloristas imágenes, esta juvenil Romy Schneider a medio camino de la ya moderna Jean Seberg de "Bonjour tristesse" y cualquier Carole Lombard o Jennifer Jones de los 30 y 40 o la imaginativa y desenfadada (y triste: quiere ser y acaba siendo un melodrama) historia que cuenta, bien le podrían haber garantizado un lugar entre esos precedentes puramente europeos, que siempre parecen haber sido el ingrediente "serio" (Bresson, Melville, CocteauBergman... apenas quedarían Becker y el pobre Vadim), de la nouvelle vague. 
Muy poco después imagino que su tratamiento de espacios y su cromatismo (Sisley, Utrillo, Seurat), su erotismo naive y ese carácter de obra como "suspendida" en el tiempo, hubiesen frustrado el intento de relacionar "Monpti" con Rozier, el primer Demy, el muy olvidado Pierre Kast etc., pero sí le deberían haber permitido disfrutar del aplauso de los que aprendieron a compatibilizar lo viejo con lo nuevo, en esos años decisivos en los que milagrosamente todo era una sola cosa.
Me refiero obviamente a los espectadores que pese a los aires de renovación que se respiraban en todas partes, no iban a dejar de lado ni se les ocurrió considerar caducas a esas grandes obras del clacisismo que llegaban en oleada de veteranos y nuevas generaciones: "A King in New York", "Elena et les hommes", "An affair to remember", "Indiscreet", "Imitation of life", "Mister Cory", "A summer place"...
Por otra parte y para complicar más las cosas cuando la cuestión de la autoría más importante de repente era, parece que no haya un claro patrón ni una única dirección recurrente - y "Monpti" amplía más el espectro - en las historias de amor (todas lo son de alguna manera) de Käutner, pero sí una lógica aplastante; un valor a la baja.
En el Hamburgo con el cielo a punto de incendiarse de  "Große Freiheit nr. 7" el alcohol y la amargura cegarán a Hannes y malograrán su última oportunidad para ser feliz tierra adentro; parece que son Sternberg y Fejos las inspiraciones. La triangular "Romanze in moll" equidista de CastellaniOphüls. En "Himmel ohne sterne" - un romance imposible en la frontera de las dos Alemanias - la rebeldía de Anna Kaminski resulta dañina para todos cuantos la rodean; surge el nombre del postrero Sirk y en el horizonte se atisba ya el de Kluge. Con "Unter den brücken", se hace difícil no pensar en Vigo y Renoir. De lo más literario a lo más realista.
La encantadora "Monpti", adecuadamente ingenua, como de otra era (cambiando el atrezzo, no habría diferencias apenas en la historia con la que podría haber tenido lugar unas cuantas décadas antes) pero sin el menor espíritu retro, con una buena dosis de ironía lindando con Tashlin y Weis (nada casual y ahí está su film inmediatamente anterior, "Die Zürcher verlobung" para confirmar y amplificar la conexión), es un musical sin coreografías, la imagen misma de la juventud.
Entender el cine en continuidad, sin creer que cada nueva época clausura los caminos abiertos en las anteriores, debería ayudar a recuperar films como "Monpti", que se atreve a parecerse a los grandes Borzage del mudo y no por ello resulta menos moderna (en realidad lo es mucho más) que otros films como "Irma la douce" o "An American in Paris", que se empeñaron antes y después de ella, sublimando la teatralidad, exagerando situaciones y simplificando personajes, en señalar la distancia de sus puntos de vista respecto a las historias que contaban, como si ya no fuese posible concebirlas sin un elemento de farsa o ensoñación, so pena de ser tomados por anticuados.
Esa coartada no está presente en "Monpti", que llega a su tercio final entre risas y malentendidos, para desembocar en un durísimo plano que materializa toda la carga subterránea de fatalidad que puede intuirse en su desarrollo, advertidos como estábamos desde el principio, de que sólo el azar y su más caprichosa encarnación, el amor, pueden cambiar el rumbo de la vida.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que tu texto anime a la gente a buscar bajo las piedras las películas de Käutner, que permanecen cuidadosamente sepultadas bajo cómodas excusas, cuando es uno de esos cineastas europeos a los que el justificado entusiasmo francés por cinco años de cine USA almacenados hizo que "se los llevara el viento", y que como ahora apenas sopla es no ya difícil, sino imposible, que los devuelva. Así que hay que ir a verlos, inspeccionarlos sin prejuicios y descubrir pepitas de oro y a veces hasta algún filón.
Miguel Marías

Jesús Cortés dijo...

Bueno, cada vez es más fácil encontrar sus films y extrañamente en Argentina se ha editado bastante. Ya que con Veit Harlan poco a poco también se va recuperando su obra, esperemos que con Alfred Braun pase lo mismo.

Jesús Cortés dijo...

Muy original, Roberto.
He colgado en Cine-clásico el enlace y mis subtítulos "totally hand made" de "Monpti".
Mi presentación es lo más raquítico que se recuerda.

Roberto Amaba dijo...

Muchas gracias por esos subtítulos, Jesús, se agradece mucho el trabajo.

Jesús Cortés dijo...

Tienen erratas y cosas incomprensibles pero no acaban de estropearla del todo.