La dirección de Don Weis - sin el propósito innovador, ambicioso, perfeccionista que eleva al infinito a la eterna "Singin´ in the rain" - las coreografías, las canciones y el feeling de esa pareja formada por Donald O´Connor (¿existió realmente? quiero decir ¿comía, respiraba y dormía como nosotros? nunca lo he tenido muy claro) y Debbie Reynolds y hasta su esquema narrativo efectivamente ya los habíamos soñado alguna vez antes de contemplar sus burbujeantes imágenes.
Pero antes que una segunda parte (no hay relación argumental más allá de su escenario: el mundo del show business y la dificultad, la suerte para triunfar) o una prolongación de esa obra maestra de Stanley Donen y Gene Kelly, "I love Melvin" es un complemento, lo más parecido que cabe imaginar a lo que también podría haber contenido aquella película de haber cubierto más terreno aún y haberse diversificado en una subtrama con O´Connor y Reynolds de protagonistas absolutos.
El placer que se experimenta contemplándola es por ello doble y una vez vista ya no se quieren ni se pueden disociar en la memoria ambas películas, como pasa igualmenete con otras películas de este singular, dinámico, sorprendente Don Weis, (del que se cumplen ahora diez años de su muy poco comentado fallecimiento y que debería ser sin duda y no sólo por su talento cinematográfico, uno de los grandes referentes para mitómanos de la iconografía del New York de los 50), que hasta su salto a la TV tras el estreno de la inolvidable aventura "The adventures of Hajji Baba", filmó una decena de películas en apenas un lustro que se ajustan y al mismo tiempo recogen el eco de las grandes comedias románticas de una época y que merecerían una reconsideración.
Tanto "I love Melvin" como la citada "The adventures of Hajji Baba" (tan inexplicablemente difícil de ver hoy día en Scope), son seguramente la parte más vistosa y recordada de la obra de Weis, las dos únicas que rodó en color en toda esa década, las más evidentemente apetecibles para introducirse en su obra, pero merece la pena localizar al menos las muy desconocidas y no tan pequeñas "Just this once", "Bannerline" o "Remains to be seen" con las que se sentiría a gusto cualquier seguidor de Billy Wilder, George Cukor, Preston Sturges, Frank Capra, Walter Lang, Gregory La Cava, John M. Stahl... y Frank Tashlin, Blake Edwards o Jerry Lewis.
En el territorio difuso que separa lo moderno del puro delirio kitsch, la más audaz puesta en escena abstracta de lo naive, se mueve como pez en el agua Weis, del que la aparente sencillez de su cine y su aspecto fácil, accesible, ligero, no deben hacer olvidar que su autor antes de rodar un metro de celuloide, ya fue el responsable en buena (y tal vez decisiva) medida de la solidez de los guiones de algunos dramas estupendos como "Outrage", "Body and soul" o "Force of evil" e incluso mayúsculos como "Never fear" o "The prowler".
No hay asomo de parodia en el tratamiento del personaje de Donald O´Connor, del que de otra manera muchos espectadores abiertamente se reirían y lo percibirían como si fuese un freak, un perdedor.
No hay asomo de parodia en el tratamiento del personaje de Donald O´Connor, del que de otra manera muchos espectadores abiertamente se reirían y lo percibirían como si fuese un freak, un perdedor.
Y eso es un auténtico bálsamo al que se puede y se debe acudir hoy día frente a la plaga de comedias teens con pretensiones que nos invaden.
3 comentarios:
Muy buen comentario de esta estupenda película, Jesús, un musical clásico injustamente ignorado u olvidado, con quizá la mejor Debbie Reynolds posible, un Donald O'Connor tan fantástico como en "Singin' In The Rain", y un precedente en muchas cosas de las películas dirigidas en los 60 por Jerry Lewis. Lo único en lo que no estoy de acuerdo es en la importancia que atribuyes al trabajo de Weis para Ida Lupino y Losey: "script supervisor" no significa, como parece, "supervisor de guión", sino lo que coloquialmente se llamaba "script girl" o (puesto que podía ser un hombre) "script".
Miguel Marías
Cada vez que entro en este foro me entra una mezcla de sensaciones. Experimento el placer de descubrir vastos terrenos vírgenes, pero constato mi absoluta incultura cinéfila.
Yo creí que conocer y admirar a Charles Walters ya era un notable alto en conocimientos del musical clásico. Por cierto, me ha resultado curioso que cites a Walter Lang al lado de tantos grandes maestros. ¿Qué titulos destacarías de él?
Un saludo y, como siempre, felicidades por el blog.
José Antonio
A mí me gustan mucho sus comedias musicales (por ritmo, tuviesen canciones o no) de los 30 tipo "Second honeymoon", "Wife, doctor and nurse" (ambas con Loretta Young), "Love before breakfast" (de las mejores que hizo Carole Lombard) o la curiosa "The Baroness and the butler" con la divina Annabella.
Prefiero Walter Lang a Ben Stiller, eso seguro.
Publicar un comentario