Supongo que salvo el propio director y el equipo que la rodó, los afortunados que hacia el año 1970 pudieron asistir a su estreno o posteriormente a alguna reposición y algún coleccionista con pocas ganas de compartir su tesoro, nadie más hoy día ha podido ver en condiciones "Sweet hunters / Ternos caçadores", una de las películas más elusivas de la historia del cine.
No, la actualidad en torno al tercer largo de Ruy Guerra por desgracia no pasa por la anhelada edición en DVD o Blue Ray - a este paso habrá un nuevo formato cuando llegue, si no lo hay ya - que todos esperamos.
No, la actualidad en torno al tercer largo de Ruy Guerra por desgracia no pasa por la anhelada edición en DVD o Blue Ray - a este paso habrá un nuevo formato cuando llegue, si no lo hay ya - que todos esperamos.
Siete años después de su debut, el nervioso, hiperbolado, omnubilado por la nouvelle vague francesa, "Os cafajestes" que lo situó en primera línea de la vanguardia del nuevo cine de su país - me refiero a Brasil, aunque él nació en Mozambique - y un lustro más tarde de la excelente "Os fuzis", su primer gran acierto y aún uno de los mejores que hizo y el más seco y abstracto, "Sweet hunters" era ya anómalo desde su nacimiento: financiación panameña-brasileño-francesa, rodado en Francia con actores norteamericanos y hablado en inglés, con una versión española que es la que más ha circulado.
Desde entonces ha venido provocando un murmullo de fascinación que no se sabe muy bien si procede de los muy escasos cinéfilos que han podido acceder a su versión original de 115 minutos o a lo que cualquiera que hayamos contemplado su versión mutilada, doblada - con un esfuerzo se puede ver en su idioma original -, desvahída de color y estrafalaria de sonido, pensamos que puede o debe ser el film.
Porque muy poco ha venido a contribuir a ello la nula prestancia de su siempre bien considerado protagonista, Sterling Hayden, a hablar - menos aún a implicarse en reediciones - sobre esta o cualquiera otra de sus películas. Supongo que igualmente cuenta la mala fortuna de que Hayden no encontrase, como Randolph Scott, a su Boetticher particular para implicarlo en su oficio más allá de lo que se registraba entre dos claquetas. No lo consiguió Guerra como tampoco, antes o después lo lograron los más "carismáticos" Kubrick, Ray, Coppola, Bertolucci o Huston.
Desde entonces ha venido provocando un murmullo de fascinación que no se sabe muy bien si procede de los muy escasos cinéfilos que han podido acceder a su versión original de 115 minutos o a lo que cualquiera que hayamos contemplado su versión mutilada, doblada - con un esfuerzo se puede ver en su idioma original -, desvahída de color y estrafalaria de sonido, pensamos que puede o debe ser el film.
Porque muy poco ha venido a contribuir a ello la nula prestancia de su siempre bien considerado protagonista, Sterling Hayden, a hablar - menos aún a implicarse en reediciones - sobre esta o cualquiera otra de sus películas. Supongo que igualmente cuenta la mala fortuna de que Hayden no encontrase, como Randolph Scott, a su Boetticher particular para implicarlo en su oficio más allá de lo que se registraba entre dos claquetas. No lo consiguió Guerra como tampoco, antes o después lo lograron los más "carismáticos" Kubrick, Ray, Coppola, Bertolucci o Huston.
Sí parece claro, cual Triángulo de las Bermudas, que algo extraño sucedió con la carrera de Guerra tras el rodaje de "Sweet hunters" pues sus dos siguientes films (y otros posteriores) tampoco son fáciles de ver.
La verdaderamente mucho más extraña y casi lisérgica "Os Deuses e os Mortos" de 1970 apenas ha podido gozar del prestigio subterráneo otorgado por encendidos comentarios aquí y allá - y sólo por la BSO de Milton Nascimento, que bien pudo haber sido de la Jimi Hendrix Experience o King Crimson por cierto, ya pudo tener fama y vale mucho la pena buscarla - y la politizada y fenomenal "A queda" - con Nelson Xavier, Oso de Oro en Berlín - del 76, que de alguna manera restituye su nombre (... para hacerlo desaparecer a partir de ahí de casi todos los rincones donde se escuchó) se recuerda más bien poco y mal, imagino que porque habla de lo que no interesa que se sepa.
Lo más incoherente de todo es que sea "Sweet hunters" probablemente la primera culpable de los derroteros por los que transcurrió la carrera de Guerra, porque se adivina su film más sereno y especial.
La verdaderamente mucho más extraña y casi lisérgica "Os Deuses e os Mortos" de 1970 apenas ha podido gozar del prestigio subterráneo otorgado por encendidos comentarios aquí y allá - y sólo por la BSO de Milton Nascimento, que bien pudo haber sido de la Jimi Hendrix Experience o King Crimson por cierto, ya pudo tener fama y vale mucho la pena buscarla - y la politizada y fenomenal "A queda" - con Nelson Xavier, Oso de Oro en Berlín - del 76, que de alguna manera restituye su nombre (... para hacerlo desaparecer a partir de ahí de casi todos los rincones donde se escuchó) se recuerda más bien poco y mal, imagino que porque habla de lo que no interesa que se sepa.
Lo más incoherente de todo es que sea "Sweet hunters" probablemente la primera culpable de los derroteros por los que transcurrió la carrera de Guerra, porque se adivina su film más sereno y especial.
La idea sobre el papel, sin haber visto siquiera el film - y parece inevitable que junto a Nicholas Ray, Welles, Flaherty, Walsh o Buñuel rápidamente evoque a Defoe, Stevenson, Conrad, Melville y compañía - de un huraño ornitólogo viviendo con su familia al borde del mar estudiando los movimientos migratorios de las aves y lo que sucede cuando un reo fugado se cruza en sus vidas, es suficiente para dejar volar alto la imaginación.
El renqueante sucedáneo del film del que puede hablarse sirve para hacerse una buena idea de él, como de cualquier libro al que le hubiesen arrancado varias y quizá importantes páginas y que aunque no pueda lucir sus atributos como debiera, aún aparece lustroso.
Como otros "improbables" films apátridas (pienso ahora en "La corona negra" de Luis Saslavsky o "Ashanti" de Fleischer, que tampoco andan ni muy accesibles ni muy sobrados de buenas copias y mucho tendrá que ver en esto quién puso el dinero y quién maneja los derechos de exhibición), "Sweet hunters" tiene un aspecto externo (incluso previo) tan singularmente atractivo como heteróclito, nada armónico.
Algo esperamos que chirríe o se salga del tono y cualquiera tiende a permanecer toda la proyección al acecho por si vemos defraudadas nuestras expectativas o confirmadas nuestras sospechas.
Y efectivamente "Sweet hunters" no es un film nada cálido ni afectuoso, sin componente aventurero alguno, hecho de silencios, atenuado por una tonalidad que lo impregna y que no anda lejos de la extrañeza insular bergmaniana - supongo que con los máximos referentes de "Såsom i en spegel" y quizá hasta "Vargtimmen" y que dejará su huella en el futuro más aún que en el cine de dos de los involucrados en el proyecto, Benoît Jacquot y Pierre Zucca, particularmente en el de Fredi M. Murer, Alain Tanner, Raoul Ruiz, Carlos Hugo Christensen o Andrei Tarkovskií - que envuelve toda la peripecia como el frío e inmisericorde viento que sopla toda la proyección. En ese ambiente, todo puede ocurrir.
Y de hecho, como por otra parte sucede en casi cualquier película de Ruy Guerra que conozco, de la nada puede surgir un plano desequilibrado, antitético, que contradiga y pare los pies a cualquier atisbo de clasicismo, contra el que se debate el film denodada, quizá innecesariamente, en continua persecución de los fantasmas y espectros que tanto atraían a su director.
"Sweet hunters" es en ese aspecto puro de construcción, un film hábilmente estratificado.
Con unos pocos elementos - tres decorados casi neutros, unas sábanas tendidas que forman ya parte del paisaje, la ambigüedad de Susan Strasberg, una barca hecha añicos, una vieja radio - Guerra se aproxima sucesivamente a los personajes, que van dejando caer una tras otra las capas que hacían parecerlos unidos y hasta felices pese a vivir apartados de todo y en un lugar tan inhóspito.
Se transforma así progresivamente el film en una fantasía mórbida, donde realidad y sueño se entremezclan como lo hacen los escasos e intrascendentes diálogos con canciones y pasajes operísticos si no estentóreos, sí sorprendentes.
Es "Sweet hunters" en definitiva, una sorda tragedia.
No por el punto y final en que desembocan los acontecimientos narrados, sino por la suma de fracasos de sus personajes. Se van los pájaros desviados por la tormenta y apenas unas gaviotas caen en las redes, las dos mujeres no saben - y quién sí sabe - vivir con sus represiones, el chico se contenta con viejos cuentos de piratas mientras se aburre con la espera, el motor del barco que les debe conducir a la península se ahoga... y nada cambiará pase lo que pase.
El renqueante sucedáneo del film del que puede hablarse sirve para hacerse una buena idea de él, como de cualquier libro al que le hubiesen arrancado varias y quizá importantes páginas y que aunque no pueda lucir sus atributos como debiera, aún aparece lustroso.
Como otros "improbables" films apátridas (pienso ahora en "La corona negra" de Luis Saslavsky o "Ashanti" de Fleischer, que tampoco andan ni muy accesibles ni muy sobrados de buenas copias y mucho tendrá que ver en esto quién puso el dinero y quién maneja los derechos de exhibición), "Sweet hunters" tiene un aspecto externo (incluso previo) tan singularmente atractivo como heteróclito, nada armónico.
Algo esperamos que chirríe o se salga del tono y cualquiera tiende a permanecer toda la proyección al acecho por si vemos defraudadas nuestras expectativas o confirmadas nuestras sospechas.
Y efectivamente "Sweet hunters" no es un film nada cálido ni afectuoso, sin componente aventurero alguno, hecho de silencios, atenuado por una tonalidad que lo impregna y que no anda lejos de la extrañeza insular bergmaniana - supongo que con los máximos referentes de "Såsom i en spegel" y quizá hasta "Vargtimmen" y que dejará su huella en el futuro más aún que en el cine de dos de los involucrados en el proyecto, Benoît Jacquot y Pierre Zucca, particularmente en el de Fredi M. Murer, Alain Tanner, Raoul Ruiz, Carlos Hugo Christensen o Andrei Tarkovskií - que envuelve toda la peripecia como el frío e inmisericorde viento que sopla toda la proyección. En ese ambiente, todo puede ocurrir.
Y de hecho, como por otra parte sucede en casi cualquier película de Ruy Guerra que conozco, de la nada puede surgir un plano desequilibrado, antitético, que contradiga y pare los pies a cualquier atisbo de clasicismo, contra el que se debate el film denodada, quizá innecesariamente, en continua persecución de los fantasmas y espectros que tanto atraían a su director.
"Sweet hunters" es en ese aspecto puro de construcción, un film hábilmente estratificado.
Con unos pocos elementos - tres decorados casi neutros, unas sábanas tendidas que forman ya parte del paisaje, la ambigüedad de Susan Strasberg, una barca hecha añicos, una vieja radio - Guerra se aproxima sucesivamente a los personajes, que van dejando caer una tras otra las capas que hacían parecerlos unidos y hasta felices pese a vivir apartados de todo y en un lugar tan inhóspito.
Se transforma así progresivamente el film en una fantasía mórbida, donde realidad y sueño se entremezclan como lo hacen los escasos e intrascendentes diálogos con canciones y pasajes operísticos si no estentóreos, sí sorprendentes.
Es "Sweet hunters" en definitiva, una sorda tragedia.
No por el punto y final en que desembocan los acontecimientos narrados, sino por la suma de fracasos de sus personajes. Se van los pájaros desviados por la tormenta y apenas unas gaviotas caen en las redes, las dos mujeres no saben - y quién sí sabe - vivir con sus represiones, el chico se contenta con viejos cuentos de piratas mientras se aburre con la espera, el motor del barco que les debe conducir a la península se ahoga... y nada cambiará pase lo que pase.
21 comentarios:
Apuntada queda en la lista de películas que no debo perderme (cuando tenga ocasión, claro está).
A la muerte de Sterling Hayden, Manolo Marinero y Miguel Marías escribieron en "Casablanca" unas notas hermosas y sentidas, recordando en ambas a "Sweet Hunters". Desde entonces, no he conseguido ver nada de Guerra.
Rodrigo Dueñas
Yo lo más moderno suyo que conozco son un par de episodios de la serie "Me alquilo para soñar" del 92, hecha aquí en España, pero estuvo dirigiendo hasta mitad de la pasada década. Ahora tiene 80 años y se ha retirado aparentemente. Merecería una buena retrospectiva, como el muy interesante Rogério Sganzerla, que ya murió.
Rodrigo no es difícil conseguir algunos títulos de Guerra en algunas buenas páginas de descarga como Cine clásico.com o Patio de butacas(y las cito porque no hay otra forma de momento de conseguirlo, ¡ay si la Ley Sinde propusiera otras formas alternativas de conseguir buen cine sería más defendible pero no es más que una forma de salvaguardar el negocio de los 4 productores de siempre amiguetes y de los distribuidores!)entre esos títulos se encuentran Los fusiles si bien en una copia en Versión Original sin subtítulos y Dulces Cazadores en una copia con una imagen definitivamente mejorable, en cualquier caso en ambos casos merece la pena. Ojalá algún día aparezca una edición sobre el cine de Guerra como la edición que salió a la venta hace un par de años sobre la obra de Rocha aunque de su visionado yo experimentara una cierta decepción por que el cine de Rocha es inseparable del contexto que lo vio nacer Guerra en Dulces Cazadores propuse un film más clásico (dentro del estilo de Guerra) y menos preocupado por la reflexión brechtiana y más por la emoción. Hayden está absolutamente excepcional.
Roberto.
Fíjate Roberto que mi favorita de Rocha es precisamente la última y más lejana a la explosión del cinema novo, "A idade da terra" del 80, para mí a la altura de los grandes Marker o Ivens.
Ya me gustaría, Roberto, pero vivo casi en el campo y aunque me llega Internet, no lo hace lo suficientemente bien como para bajar películas. Así que, para mi desgracia, soy legal. Aunque no sé qué hay de ilegal en ver películas cuyos derechos no pertenecen a nadie o que, si los tiene alguien, éste no se molesta en ofrecer al interesado. Y en cuanto a lo de defender a los creadores... en una reciente entrevista a Camus hecha a raiz de que le dieran un Goya, dijo que estas nuevas leyes deben estar hechas para defender a los grandes porque cuando se han sacado decenas de miles de copias, vendiéndose con los periódicos, de alguna de sus películas (una operación absolutamente legal y transparente, claro está)... pues él no ha visto ni un duro. Y si Camus no cobró... ¿qué creadores han cobrado? ¿y quién se ha quejado y ha querido defenderles?
En fin, por mi parte me he de conformar con lo que se edita. Y no me quejo porque con ello (y lo que ya tengo) dispongo de bastante para ver en mucho tiempo (aunque ya me gustaría ver -o volver a ver- muchas cosas).
Jesús, vi "Barrabento", que me gustó bastante, cuando se ha editado en DVD y luego "Dios y el diablo..." que, como me gustó algo menos, hizo que dejara a Rocha para más adelante. Así que, gracias a tu consejo, veré cuanto antes "A idade da terra".
Rodrigo Dueñas
Imagino que no habrás probado con torrents, Rodrigo; esos sí que bajan rápido.
Reconozco que no he visto aún las últimas obras de Rocha ni la que cita Jesús ni la que rodó en España Cabezas cortadas, pero el cine de Rocha de los 60 visto en la actualidad ha perdido buena parte de su virulencia pero a pesar de todo para mi es una experiencia casi necesaria, si conoces la primera parte del díptico, Rodrigo, es porque adquiriste el pack que salió por lo que te recomendaría que visionaras esa especie de continuación que aquí fue llamada Antonio Das Mortes, te sorprenderías de ver dos obras tan cercanas en la temática y pese a ello tan alejadas en el estilo: frente al montaje abrupto y sincopado de Dios y el diablo en la tierra de sol en Antonio utilizó planos larguísimos de una elaboración formal digna del Antonioni del final de El reportero parece ser que Rocha quedó convulsionado al contemplar las primeras obras de Straub y Huillet. Además de Dulces cazadores no te pierdas Los cazadores, el portugués es una lengua que con un poco de atención se puede seguir bastante bien. Es curioso lo del Cinema Nuovo, quien haya tenido la posibilidad de leer las revistas de cine españolas de entonces Film Ideal y Nuestro Cine (en sus últimas etapas y con la colaboración activa de Miguel Marías en la segunda) verá el enorme prestigio del que gozó en aquel tiempo, Miguel Marías escribió una crítica estupenda sobre Dios y el Diablo en Nuestro Cine y Manolo Marinero hizo lo propio con Antonio das Mortes en Film Ideal, en las listas anuales de mejores películas del año de Nuestro Cine tanto una como la otra fueron las que más votos obtuvieron por encima de Persona, La mujer infiel, Tres en un sofá, La otra cara del ganster, Mi noche con Maud, Lilith, Siete mujeres entre otros títulos memorables, en la votación de las mejores películas de los 60 del penúltimo número de Film Ideal igualmente obtuvieron unas votaciones excelentes (Miguel votó Antonio das Mortes entre las mejores de la década y Jose Luis Guarner hizo lo mismo con Terra em Transe) sin embargo hoy apenas son recordadas, pasaron un montón de años desaparecidas y en su reciente edición en dvd en las revistas más importantes que se publican en la actualidad no merecieron ni artículo en la más antigua y apenas unas líneas en la versión española de la revista de cine francesa por antonomasia, muy poco ciertamente teniendo en cuenta el revuelo que montaron en los años 60. El caso de Guerra es todavía más frustrante porque su cine sigue invisible durmiendo el sueño de los justos mientras que las chorradas de siempre no tienen ningún problema en ser reeditadas, cuánta razón tienes en tus comentarios Rodrigo, y pese a ello no debemos perder la esperanza porque como recuerdas el Dvd a puesto a nuestra disposición títulos que en mi adolescencia allá por los 80 era exclusivamente carne de filmoteca para aquellos que tuvieran una buena filmoteca como Madrid, Barcelona o Valencia. Por ello hay que volver a Guerra y también a Rocha (pese a sus limitaciones) son opciones y estéticas cinematográficas tan dignas como meritorias, a lo mejor más de unos descubre que lo que nos venden como una novedad no es más que una asimilación de autores sobre los que pese un olvido injusto.
Roberto.
Yo sigo pensando que aquel Rocha era muy valioso, aunque se exageró en el primer momento con su estatus, de lo que él ninguna culpa tiene.
De todas formas, siempre es mejor reconsiderar, aunque sea para rebajar, que olvidar; situar en su verdadero nivel repitiendo visionados años después que pensar retrospectivamente en algo como parte de una moda pasajera.
A mí no me extrañaría nada que dentro de unos años veamos a alguno de los directores ahora venerados y que tantas vocaciones despiertan, recordados por muy poca gente.
Todavía no la he visto, no soy nada sibarita en cuanto a calidad pero la copia que circula por la red da miedo...
Aprovecho para comentar que hace poco colaboré en los subs ingleses de OS FUZIS (versión 112'). También una mala copia, pero una película muy importante y representativa del llamado Cinema Novo. Bendita "piratería".
Ángel.
Tiene gracia que llamen piratas, supongo que porque le falta a la gente su correspondiente patente de corso - un papel, vamos - y no se llamen a ellos mismos corsarios cuando extorsionan a los cinéfilos para no que no puedan acceder a montar negocios tan lucrativos como los suyos.
Es que lo de piratas lo dicen muchos que ni que no saben ni quién es Glauber Rocha ni interés en saberlo.
Gracias a internet y torrents como KG muchos cinéfilos como yo y tantos otros tenemos la oportunidad de ver cosas que llevábamos años esperando.
Por no hablar de la tomadura de pelo en que se han convertido los derechos de autor, pero bueno, que me caliento y este no es el tema.
Igor
Gracias, Roberto, por tus consejos. Tengo pensado retomar a Rocha; cuando lo haga comenzaré por ver de nuevo "Deus e o Diablo..."
No recordaba que Marías hubiese escrito sobre ella y acabo de comprobar que efectivamente lo hizo. Hace unos años tuve la suerte de hacerme con los trabajos de Marías en "Nuestro cine" (y con los que me faltaban de "Dirigido por") y como es lógico me los leí más de una vez, con la excepción de alguno de los dedicados a películas que no había visto. Como el de "Deus..." es bastante largo, seguramente decidí leerlo cuando viese la película... pero cuando la he visto, no recordé que existía el artículo.
Es curioso que Rocha en aquellos años, como a muchos críticos y cinéfilos, entusiasmase a Marías y a Marinero (abro paréntesis: qué pena que no tenga la mayor parte de los artículos que publicó Marinero en "Film ideal", pues los que poseo, junto con los que hizo para "Casablanca" o lo que publicó en Ediciones JC, son asombrosos, variados, originales, valientes; ojalá se edite una antología suya), digo que es curioso su entusiasmo porque diez años después, algunos de los cinéfilos que entonces empezábamos a interesarnos por (o mejor, a entusiasmarnos con) el cine, los situábamos en las antípodas de Rocha. Incluso en un coloquio hacia 1980 estoy casi seguro de que Marías comentó que, tras volver a ver alguna obra, se había excedido en su primitivo entusiasmo por Rocha. Me da la impresión de que hoy, tras volver a ver sus películas, ha debido mejorar su opinión. Aunque en vez de tanta elucubración, lo ideal sería, Marías, si nos estás leyendo y lo crees conveniente, que nos dieras tu parecer.
Rodrigo Dueñas
Ya que se me menta, aclaro a quien pueda interesar que hoy, vistas de nuevo además la mayoría, sigo encontrando magníficas la mayoría de las películas de Glauber Rocha. La mejor (y más alucinante) de todas, una experiencia única, es "A Idade da Terra", que cuando la ví, en un mal copión, hace 30 años me pareció tan alarmantemente caótica como el estado de salud del propio Rocha. "Deus e o Diabo..." me sigue pareciendo, con todo su desorden ritual y sus tiempos muertos estirados y puntuados por estallidos épicos, absolutamente magnífica. "Terra em Transe" se ha convertido en un documento de época, y su frenesí me parece justificado. "Barravento" es muy interesante. No me gusta "Der Leone Have Sept Cabeças". Me bajó mucho, cuando logré volver a verla, pasados muchos años, "O Dragao da Maldade contra o Santo Guerreiro" alias "Antonio das Mortes", pero me ha vuelto a subir, ya sin el entusiasmo que me produjo en 1969, no sé si porque se ha quedado vieja o porque he envejecido yo. "Cabezas cortadas" es, por supuesto, una locura, un musical esperpéntico, pero me divierte muchísimo y creo que vale la pena verla: nada hoy se parece a eso. El cine se ha ido estrechando, y hoy se considera "experimental" cualquier cosa que hace 40 ó 50 años era casi "normal" y se distribuía en condiciones aceptables. En cuanto a Guerra, no he logrado ver todavía unas cuantas, entre ellas "A Queda" y "Os Deuses e os Mortos", pero "Os Fuzis" me parece tan buena como cuando se estrenó aquí en 1969, "Os Cafajestes" es muy interesante, y de "Sweet Hunters" guardo un recuerdo imborrable, que me gustaría renovar, como misteriosa y brumosa, deliberadamente fría y "moderna", pero cargada de clasicismo literario y cinematográfico; "Eréndira" me gustó, algunos capítulos de su serie TV también, y había cosas muy buenas en la irregular "Opera do Malandro"; de las últimas, no me gustó nada "Estorvo"(1999). Pero es una carrera muy rara.
Una observación general, con la perspectiva que sólo puede dar la edad: es fácil que las obras que en su momento parecen más "modernas" o innovadoras diez o veinte años después se queden temporalmente anticuadas (o desfasadas) y a los 30 ó 40 resuciten como nuevamente vigentes, llenas de energía y anticipadoras, con décadas de antelación, de lo que ahora parece muy moderno. Hay cosas de Gus Van Sant o Tarr Béla que, lo siento, hicieron (a menudo mucho mejor) Theo Angelopulos o Jancsó Miklós en los 70 y 60.
Miguel Marías
Tomo nota de todos los títulos que señaláis. Y me quedo con tres palabras que he leído varias veces al referirse al cine de estos autores brasileños: misterio, locura y fascinación. Por mi parte sólo he visto Deus e o Diabo…
Aprovechando el paso del Pisuerga no quiero dejar de comentar el placer que me ha supuesto descubrir en recientes fechas tres películas sudamericanas, recomendadas con entusiasmo desde este foro: Ganga Bruta, Más allá del olvido y Si muero antes de despertar.
José Antonio
Una postdata, tras ver por fin la magnífica "Os Deuses e os Mortes", quizá útil para los refractarios al lado "moderno", frío (a la vez que alucinatorio y torrencial) y quizá "intelectual" de Guerra (y algunos otros brasileños y asimilables), sería la conexión casi constante con el cine fantástico/de terror, presente en "Os Fuzis" y más aún en "Sweet Hunters" o "Os Deuses...", y que va desde "Nosferatu" hasta George A. Romero y su eterna saga de muertos vivientes. Son películas llenas de zombies y fantasmas, de cadáveres no enterrados que van invadiendo todo, que toman las armas y se vengan de sus matadores.
Miguel Marías
José Antonio, yo acabo de ver la excelente "Armiño negro" de Christensen. Hay mucho por descubrir.
Miguel, ese lado de muertos vivientes lo tiene hasta "A queda", que supongo ahora de renovado interés visto el nuevo "milagro" económico brasileño, que se llevará por delante a los disidentes y los que claman esa cosa tan inconveniente para el progreso como la justicia simplemente eliminándolos.
Como conseguiu vê-la, Jesús?
Hay una copia en español (que ya había visto) de mala calidad de imagen y encontré un archivo mp4 en inglés para versión íntegra. Le recorté 14 o 15 minutos con el Vosub después de pasarlo a wav y le acoplé la banda sonora. Saltaba de vez en cuando y algunas palabras se pierden. Como hablan poco no molesta demasiado.
De todas formas verla en inglés, aporta poco más allá de las entonaciones, que son neutras, salvo el personaje de Stuart Whitman. La verdadera ganancia sería en nitidez de imagen, para apreciar la fotografía de Ricardo Aronovich y, supongo, formato, porque se riza por encima y por debajo el borde del encuadre.
Aunque esto haya pasado ya al rincón de las antigüedades, por si alguien se interesa por Guerra, añado que una de sus obras más recientes, "Portugal S.A."(2003), de suma actualidad y aplicable a España, está editada en DVD en el país vecino, donde sucede y se rodó; es muy distinta de las otras, y a mi entender muy notable. Por otra parte, "A Queda"(1976, aunque "algo" la retuvo hasta festivales de 1978) es, para mí, quizá (con "Os Fuzis") la mejor de las que logrado ver hasta hoy.
Miguel Marías
Es una pena lo que está pasando con Ruy Guerra. Hace años conseguí una copia de Os deuses e os mortos. Es la copia que subí a KG y que circula en un avi por la mula. Despues de meses negociando, al final un coleccionista privado de Sao Paulo me vendió OS DEUSES por la friolera cantidad de 100 euros (+ gastos de envio). Lo triste es que tenía una copia muy buena de DULCES CAZADORES con subtítulos hard en portugues. Una vez se enteró de que OS DEUSES circulaba por internet se acabo mi negocio. Creo que el cine de Guerra merece un estudio. Espero que algun día podamos ver esos DULCES CAZADORES en buenas condiciones. Copias buenas las hay. Guerra tiene copia de todos sus films. Circula una entrevista a Ruy Guerra por you tube donde le preguntan por OS DEUSES Y DULCES CAZADORES... hay copias? el maestro responde " las tengo en mi casa" en alguna clase magistral se las emitió a algunos alumnos. No me rindo y sigo buscando esa copia de DULCES CAZADORES. Espero tener suerte amigo Jesús. Gracias por acordarte de Guerra. Personalmente me encantan momentos de OS DEUSES y en especial de A QUEDA. Un saludo
"Os deuses..." (gracias a tí) me gusta mucho y "A queda" también.
Lo cierto es que ambas son tan válidas para conocer al mejor Guerra como "Ternos caçadores" pero mientras esta permanezca en el limbo, va a seguir faltando algo fundamental: el respeto por la difusión de la cultura cinematográfica en las mismas condiciones que la pintura o la literatura.
A nadie le extraña ver a tipos con guantes y mascarillas manipulando códices o cuadros y una obra importante de un director importante la guarda el tipo en la estantería de su casa y nadie hace nada por darla a conocer lo mejor posible.
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