Un elogioso artículo de Bazin en su más famoso libro, la influencia admitida y recordada por los propios autores de varios y renombrados films de la gran corriente renovadora del cine europeo que llegaría en el decenio posterior y la dificultad para encontrarlo o volver a verlo, han otorgado un aura atractiva a "Les dernières vacances", el debut de Roger Leenhardt en 1948.
Si en aquella posguerra ya era insólito (aún hoy lo es, pero por otras razones) que un crítico cinematográfico se animara (y tuviese la oportunidad) a dirigir un largometraje, las referencias a la frescura del material, la vivaz óptica adolescente - en el año del desamparo de los niños: "Deutschland im jahre null", "Hachi no su no komodotachi", "Fuga in Francia", "The boy with green hair", "Ladri di biciclette"... aunque Leenhardt se retrotraiga al periodo de entreguerras - y el hecho de que el film quedara como una obra casi única (Leenhardt sólo rodó otro film en 1961, el aún más ignoto "Le rendez-vous de minuit" y un puñado de cortos y documentales), han convertido a "Les dernières vacances" en un pequeño mito.
Pasaron los años y pasaron con mayor o menor fortuna (en apenas tres, quizá el mayor de todos, "The river" y hay que recordar que mucho antes, hubo otros bien superiores de Hiroshi Shimizu, Marcel Pagnol, Viktor Trivas, Sun Yu, Walt Disney, Victor Fleming...) los intentos de aprehender ese impasse trágico donde termina la infancia y llega la insegura adolescencia o, abruptamente, sin naturalidad, la edad adulta.
Y se fue hace ya más de veinticinco años Leenhardt rodeado de sus garabatos impresionistas sin ver editada su obra, pero aún está propicia para quien frecuente muertos la agradable oportunidad de visitar "Les dernières vacances", que no será una revelación fulgurante pero de la que aún vale la pena hablar.
Es difícil saber cuánto de la aquiescencia de las palabras de Bazin se perpetuó para convertir un film como este, tan patente y voluntariamente discreto, en una de las bases fundacionales de un movimiento que el gran crítico francés casi no pudo ni intuir y cuántos de los que han venido a contemplarlo luego lo han hecho libres de esa referencia.
Sí parece evidente que a Roger Leenhardt le falta esa especie de "distancia" consigo mismo que no suele ser otra cosa que reflexión cinematográfica pareja a la afectiva y que básicamente sirve para trufar a lo largo de una obra una mirada y no verterla toda en una sola película, pero de todas formas fue un hermoso intento.
Pasaron los años y pasaron con mayor o menor fortuna (en apenas tres, quizá el mayor de todos, "The river" y hay que recordar que mucho antes, hubo otros bien superiores de Hiroshi Shimizu, Marcel Pagnol, Viktor Trivas, Sun Yu, Walt Disney, Victor Fleming...) los intentos de aprehender ese impasse trágico donde termina la infancia y llega la insegura adolescencia o, abruptamente, sin naturalidad, la edad adulta.
Y se fue hace ya más de veinticinco años Leenhardt rodeado de sus garabatos impresionistas sin ver editada su obra, pero aún está propicia para quien frecuente muertos la agradable oportunidad de visitar "Les dernières vacances", que no será una revelación fulgurante pero de la que aún vale la pena hablar.
Es difícil saber cuánto de la aquiescencia de las palabras de Bazin se perpetuó para convertir un film como este, tan patente y voluntariamente discreto, en una de las bases fundacionales de un movimiento que el gran crítico francés casi no pudo ni intuir y cuántos de los que han venido a contemplarlo luego lo han hecho libres de esa referencia.
Sí parece evidente que a Roger Leenhardt le falta esa especie de "distancia" consigo mismo que no suele ser otra cosa que reflexión cinematográfica pareja a la afectiva y que básicamente sirve para trufar a lo largo de una obra una mirada y no verterla toda en una sola película, pero de todas formas fue un hermoso intento.
Casi que lo de menos - y nada perdurable o distinguible, vistos ejemplos citados y otros conocidos - es la historia de amor roto entre Jacques y Juliette y cómo se altera la velocidad de los habituales episodios asociados a ella, merced al elemento catalizador que supone la llegada del arquitecto (o especie de tasador) que debe valorar la propiedad y del que inevitablemente se enamora ella para caer en la cuenta de que ya no es una niña.
Tal vez debiera buscarse para el film un sitio apacible donde reposar contemplando cómo camina alegremente al ritmo de los días y las noches que faltan para el final de la verdadera protagonista silenciosa de la historia, esa casa familiar (y, aún más significativo como escenario, el torreón en ruinas que la circunda, la luz de esos pajares y esos cobertizos) condenada a venderse sin remedio cuando llegue septiembre y que albergó recuerdos y se resiste a no ser escenario de un último drama.
Leenhardt, tan noble y sencillo (se dirá que elemental, pero al menos debe reconocérsele que sin caer en el puro ilustrativismo del Autant -Lara de "Le diable au corps" y baste cualquiera de las complejas escenas corales que la jalonan, resueltas con el desparpajo del que no conoció manuales), filmando como según dicen quienes le conocieron, conversando y escribiendo, no pretende ser un nuevo Cocteau y para nada esconde su filiación literaria: es cierto que dos de las primeras diez palabras que se pronuncian en el film son Racine y Corneille pero también lo es que se detiene unos segundos en cada uno de los pequeños interludios sin actores ni palabras para hacer descripciones y pintar ambientes, valientemente, sin la muletilla de la voz en off.
Leenhardt, tan noble y sencillo (se dirá que elemental, pero al menos debe reconocérsele que sin caer en el puro ilustrativismo del Autant -Lara de "Le diable au corps" y baste cualquiera de las complejas escenas corales que la jalonan, resueltas con el desparpajo del que no conoció manuales), filmando como según dicen quienes le conocieron, conversando y escribiendo, no pretende ser un nuevo Cocteau y para nada esconde su filiación literaria: es cierto que dos de las primeras diez palabras que se pronuncian en el film son Racine y Corneille pero también lo es que se detiene unos segundos en cada uno de los pequeños interludios sin actores ni palabras para hacer descripciones y pintar ambientes, valientemente, sin la muletilla de la voz en off.
28 comentarios:
Jesús, ¿conoces TERRAIN VAGUE, de Carné?
Sí, es de las que menos me gustan de las que hizo.
¿Entonces no tiene puntos en común con la que comentas en la entrada? No sé porqué la asocié.
Pues creo que nada en absoluto.
Es casi lo contrario más bien. Un Carné que quiere actualizarse y demostrar que cocina tan bien como esos jóvenes airados que lo copaban todo y el film me resulta ajeno desde el planteamiento, como me pasa con "Les tricheurs" o varios Maselli o algún Risi de esos años. Tiene una bonita fotografía y buena música pero nada más que yo recuerde.
Jesús, "Le Rendez-vous" es por el estilo: apreciable, simpática, frágil, insegura, no tan grande ninguna de las dos como las han considerado a veces (y no sé si todavía) algunos franceses. Son películas muy interesantes y no del todo conseguidas, de esas a las que se les notan en exceso las intenciones precisamente por no estar plenamente realizadas. Dan la sensación de que Leenhardt era más escritor que cineasta.
Quizá, con lo que resulta llamativo que no firmara el guión en solitario.
También lo es cómo el cine francés ha potenciado como ninguno estos precedentes y pequeños triunfos. Imagínate el partido que le hubiesen sacado a films como "Vida en sombras" o "Los peces rojos".
Hasta pareció que la NV era la primera vez en que los críticos se ponían a dirigir, cuando desde el mudo era casi una tradición precisamente en Francia, y hasta en España era relativamente frecuente, en la generación de Rafael Gil y compañía. De ser francesa, "Vida en sombras" estaría en todas las Historias del Cine.
Hola, Jesús Cortés, tienes un blog muy interesante. Se puede aprender mucho aquí. No sé qué me da dirigirme a Miguel Marías pidiéndole información, si mi mensaje fuera improcedente, bórrese. Bueno, alguien bastante versado en cine me habló hace poco de una película italiana en la que actúa mi admirada Jean Seberg. Se titula "Congo vivo" y hace pareja con el Sr. Ferzetti. Ahora no recuerdo al director. ¿Merece la pena buscarla con ahinco?
Gracias y saludos
Juan
Gracias por la entrada, la primera vez que oigo hablar de Roger Leenhardt, ¡lo que me queda por descubrir!
En todo caso, veo el nombre de Autant-Lara en un paréntesis, y mi pregunta es: ¿era tan malo, literario, artificioso y de "calidad" como le echaron en cara los Truffaut y compañía? Lo pregunto porque sólo vi, hace como quince años, una película de Autant-Lara y apenas me acuerdo de la misma. Ni siquiera del título, lo cual es más raro en mí. ¿Merece la pena descubrir a ese director o está bien sepultado por la NV y tantos otros?
Pd. Hablando de directores "demodé", por así decirse, acabo de ver una película de un tal James Cruze, otro realizador desconocía: "A la sombra de los muelles". Al parecer, fue un actor habitual del cine mudo. Por momentos, la película es hilarante. Y bastante atrevida. La Colbert sale semidesnuda incluso.
Un saludo:
Luis S.
Yo no he tenido paciencia para seguir con Autant-Lara después de ver siete u ocho y no encontrar ninguna que me gustara realmente. Tampoco ninguna es tan mala, pero sí que es un cine en conserva, que motiva poco. Quiza las tenga valiosas. Tiene sus defensores, alguno muy respetado como Godard respecto al tardío díptico "Le journal d'une femme en blanc" / "Une femme en blanc se révolte" o Vecchiali que incluía ocho o nueve suyas entre cien favoritas.
Al pobre Cruze, olvidado con la llegada del sonoro (y dirigió hasta casi los años 40 si no recuerdo mal) no le salieron nunca exégetas que yo sepa. Conozco dos o tres (no ese pre-code que citas) y no eran peores que las de otros más famosos.
Yo en cambio pienso que como escribió Terence Moix en su Historia de la Literatura había más talento en algunos de estos directores como Autant-Lara, Clement o Clouzot que en los directores de la Nouvelle Vague que tanto los criticaron.
Justo
Generalizar creo que es casi siempre injusto.
Son casos particulares que nada tienen que ver con generaciones, que es una forma de agrupar estrictamente inútil.
No retengo ni en qué año nacieron, pero a mí ni Clement ni Clouzot ni Delannoy ni Allegret ni Poligny ni Clair (y Duvivier se escapa por los pelos) me han gustado nunca demasiado, pero como no lo he visto todo de ellos, puedo estar equivocado y ojalá lo estuviera con todos; cuanto más cantidad de buen cine, mejor. Es una gran alegría descubrir de repente que alguien tuvo genio.
Por otra parte, tan buenos como los mejores de la nouvelle vague me parece evidente que son las mejores cosas que he podido ver de Pagnol, Guitry, Bresson, Gremillon, Renoir, Becker, Gance, Melville, Cocteau, Epstein, Carné, Feuillade, De Gastyne, Tourneur...
Hablando de Becker, Jesús Cortés, a veces me he sentido raro cuando he admitido mi gusto por Becker, sí, pero por Jean (por Jacques, por supuesto, también).
Porque se le ve como a un director más bien cursi, sentimental, comercialoide. Sin embargo, a mí "Conversaciones con mi jardinero" me parece una humilde joya. Y "Dejad de quererme", siendo más obvia (y hasta algo tramposa), también tiene momentos que me emocionan.
Pd. Clouzot a mí me parece bastante grande. Sólo por "El salario del miedo" y "Las diabólicas", sobre todo la primera.
Autant-Lara es frío como un témpano. Me deja totalmente indiferente. Es impersonal, correcto pero impersonal. Y esto del cine es como los rostros de las mujeres. Una mujer guapa lo es sobre todo por la personalidad que acompaña a su belleza, aunque no tenga la nariz perfecta, o tenga un ojo vago. En cambio, una muñeca tonta, por más buenas curvas que luzca, te deja frío. Al menos a mí, que soy de otra quinta. De los que preferimos el atún fresco al atún en conserva. Y quien dice atún dice cine.
Yo de Clouzot prefiero "Le corbeau" o "Le mystère Picasso", pero no están tampoco entre mis favoritas. Creo que es mejor sin ir más lejos la adaptación que hizo Carlos Hugo Christensen de la novela "L'assassin habite au 21".
A Jean Becker lo he seguido poco; lo visto me parece bastante poco recomendable.
"A la sombra de los muelles" (I cover the waterfront) es una película que me hace mucha gracia, una sorpresa, dinámica y vivaz. No he seguido con James Cruze, pero siempre me ha inspirado simpatía ese nombre.
Veamos. Pese a que Jean Seberg es una de esas actrices/personas que me han hecho ver hasta películas muy indeseables, no he visto esa de Benatti (de quien ví otra..., y no más, gracias); por fecha, alusión al Congo y encima con Ferzetti, lo siento, no promete... para mi gusto.
Sobre la NV y sus "padres" en el cine francés, ni tanto ni tan calvo. Aparte de la usual tendencia a "cargarse" a los de la generación anterior que ocupan el poder, de la que casi nadie se libra nunca (y ya les llegó su vez a los de la N.V.), ni a unos ni a otros se les puede meter en idénticos sacos. Si entre los (más o menos, en algún momento) amigos Rivette, Godard, Truffaut, Rohmer, Chabrol no hay muchos puntos de contacto, menos los veo con sus coetáneos (más o menos) Varda, Demy, Marker, Resnais, Kast, etc., y mucho menos entre Autant-Lara, Carné, Clair, Duvivier, Delannoy, los 2 Allégret, etc. (de diferentes generaciones, además). De esos, los de "CduC" adoraron siempre a Becker, Renoir, Bresson, Tati, Cocteau, Franju, varios a Guitry, Pagnol, en un momento a Melville, unos pocos a Grémillon, y casi todos algunas películas (no de los 50) de Clair (hasta Godard le hizo algún "homenaje"), Carné, Clouzot, Duvivier... Truffaut en "La Peau douce" metió planos de la única tolerable (no más) de unas 15 que he soportado de Delannoy, y varios defendieron algún Autant-Lara tardío (que no era tampoco para tanto). Dejando de lado a Carné y Duvivier, que hicieron algunas muy buenas, bastantes buenas, y no menos mediocres, malas y pésimas, en mi modesta opinión Clouzot hizo unas 5 películas buenas (pero he visto otras 6 malas o mediocres), Autant-Lara 5 buenas (pero otras 14 más bien malas o desastrosas), de Clair me gustan 2, soporto otras 4 y detesto 21... por supuesto, es todo muy subjetivo, pero hace falta detestar a la Nouvelle Vague para decir cosas como la citada (que no conozco) de Terenci Moix (y que parece de Tavernier). Me quedo, en bloque, con la N.V.
De James Cruze me gustaría ver "Merton of the Movies", "Hollywood", su "Ruggles of Red Gap" mudo, y "Beggar on Horseback". De las diez o así que conozco, todavía no he pillado ninguna joya, aunque ninguna era mala, y "Gangs of New York" (guión de Fuller), "I Cover the Waterfront", "The Great Gabbo" (con Stroheim) y "The Wrong Road" eran muy interesantes.
De la pelicula "Beggar on Horseback" juraria que se conserva solo un fragmento de 30 minutos,o por lo menos es lo unico que tengo en mi copia,tambien tengo "waking up the town" (J.Cruze,1925)que aún no he visto,por falta de tiempo,o por dar prioridad a otras,como por ejemplo The road to yesterday(1925) de Cecil que me vi ayer y que ahora le toca a su hermano William con
"Conrad in Quest of His Youth" (1920).
Antonio Muñoz
Pues abusando yo también de Miguel Marías y de Jesús Cortés, quiero preguntarles sobre dos películas que nunca pude ver, EL EQUÍVOCO (1973) y UN VERANO CONTIGO, la última que hizo Castellani. Gracias.
Cinéfilo
¿Por cierto, cuáles son las dos películas de Clair que salva Miguel Marías?
Cinéfilo
Ya nos cuentas Antonio qué tal ese esperado film de W. DeMille.
"El equívoco" no sé ni qué es.
Las últimas de Castellani son miniseries para TV, alguna como "Verdi" muy popular incluso en España. Me parece muy buena "La vita di Leonardo da Vinci" del 72. De las estrenadas en cine, imagino que debes referirte a "Una breve stagione", que no conozco.
Las de los 60 que he visto suyas me gustan más bien poco, salvo quizá "Il brigante".
Se le mojó la pólvora muy pronto a Castellani, que parecía que iba para grande hacia comienzos de los 50.
¿Dónde has conseguido la peli de De Mille, Antonio?
Las dos de Clair que me gustan mucho son la renoiriana "Les Grandes Manoeuvres" y "Quatorze juillet". Salvar, salvar, salvo algunas otras, casi todas situadas cronológicamente cerca de las que más aburrimiento e irritación me producen.
Tampoco yo sé qué es "El equívoco", y si la otra es "Una breve stagione" cuando la ví no me gustó casi nada, blanda y sentimentaloide. La verdad es que los únicos Castellani que adoro (y que son cuatro, pero sobre todo "Due soldi di speranza") están todos entre 1947 y 1957; no están mal algunos posteriores, como "Il brigante" o el "Leonardo da Vinci" (aunque no comparable con los telefilms de Rossellini); y su biografía de Verdi es muy inferior a las de Matarazzo o Gallone.
EL EQUÍVOCO es una con Robert Shaw, que hace de chófer. Ganó la Palma de Oro, creo.
Gracias por responder, a los dos.
Cinéfilo
Ah, creí que era de Castellani también, Cinéfilo. Te refieres a "The Hireling" de Alan Bridges, basada en una novela de H.P. Hartley, el de "The Go-Between". No estaba mal, muy correcta, bien interpretada, un poco académica. Se puede ver. Claro que para darle un premio, aunque sea en Cannes...
Vi dos películas de Castellani hace siete u ocho años en una "filmoteca" en León, en un ciclo sobre Neorrealismo, y me encantaron ambas, sobre todo "Due soldi di speranza", aunque también "Bajo el sol de Roma". Un neorrealismo más popular (o "rosa", como lo llamaban). Repleto de apuntes realistas, popular y con emoción. Esta segunda que he mencionado recuerdo que, en ciertos aspectos me "adelantó" al primer Pasolini, el de "Mamma Roma" y "Accatone". Quizá el que prefiero (aparte de "Pajaricos y pajarracos", que pasaron en el CBA el año pasado: una delicia subversiva y divertida).
Ah, gracias por un post anterior sobre DeMille, me he animado a descubrirlo. Acabo de disfrutar con "Union Pacific". Increíble el momento de Barbara Stanwyck leyendo la carta ficticia al moribundo...
Hay que hacer caso omiso de la mala fama de DeMille (y otros cuantos; pero la de DeMille es persistente: siempre los mismos tópicos carentes de base). Que no fuera simpático es posible, aunque su autobiografía es fascinante y en ella no parece ni tonto ni fatuo. Y basta ver sus películas sin prejuicios para darse cuenta de lo buenas que son.
Miguel tienes toda la razon respecto a DeMille,no se porque se tidan a su cine de acartonado,anquilosado o religioso cuando solo hizo 3 peliculas religiosas que yo recuerde, dentro de una extensa filmografia silente donde abunda la comedia satirica y de "guante blanco",de matrimonios de alta sociedad que sus mujeres flirtean con otros...me parece de una modernidad tremenda para los años 20.
Hay otros como Monta Bell,que han corrido peor suerte....teniendo dentro de su corta filmografia grandes peliculas que ni se conocen
Antonio Muñoz
PD: "Conrad in Quest of His Youth" (1920) de su hermano William,me ha parecido en el primer visionado buena
Publicar un comentario