miércoles, 15 de septiembre de 2010

AMORÍOS

Hubo una época en que realmente pareció importante dirimir si "Red line 7000" era o no un film de la categoría de Howard Hawks.
El tiempo ha borrado ríos de tinta, corrientes y hasta cauces pero lo cierto es que los que andaban con la mosca detrás de la oreja con el cine del maestro desde que se "plegó" a los epics con el (aún hoy, increíblemente) incomprendido "Land of the Pharaohs", abandonó espacios abiertos y filmó un western tan claustrofóbico y patentemente de estudio como "Rio Bravo" (que debían ser los mismos a los que no gustó, por parecidas razones, "The man who shot Liberty Valance" un par de años después), no habían quedado satisfechos con una película tan relajada y serena (y pensarían que pueril e innecesaria) como "Hatari!" y habían extrañado horrores a Cary Grant y Katharine Hepburn viendo "Man´s favorite sport?", no tuvieron dudas en certificar que con "Red line 7000" se echaba el cierre, con más pena que gloria, a una de las grandes carreras del Hollywood clásico.
Los signos parecían inequívocos: se acabaron las estrellas, formato televisivo, algún zoom que hacía saltar las alarmas, un tema que remite a sus obras de juventud pero adaptado estéticamente, qué flaqueza, a los nuevos tiempos...
El ditirámbico artículo sobre el film escrito por Robin Wood en su famoso libro de 1968 (poco aportaba su añadido "Retrospect" en el 81, que aludía sólo de pasada a las relaciones entre las chicas) debió sonar para muchos desencantados como la típica reivindicación caprichosa - una gratuita lanza rota por parte de quien conoce su influencia y un aviso a navegantes del gremio que tan mal suelen caer entre algunos colegas - de un film que había acabado por dispersar a sus seguidores.
Han pasado cuarenta y cinco años desde aquello y cuarenta desde que rodó su última película y el debate ha acabado diluyéndose. Ahora puede parecernos que en realidad no hubo ni combate: el Hawks moderno, icónico, vigoroso, gran creador de formas parece haber quedado definitivamente ligado crítica y afectivamente a los años 30 y 40 y poco o nada ayuda a reconsiderar la situación que una película como "Red line 7000" permanezca inexplicablemente inédita desde entonces.
Algunos aspectos del film que fueron utilizados como argumentos por sus defensores - la frescura, la limpieza en la mirada, la capacidad para la "elipsis sentimental" y el empeño en respetar y tratar de comprender en lugar de ironizar o recelar de comportamientos de personajes impulsivos que tal vez se parecían a lo que el propio Hawks alguna vez fue - imagino que fueron poco útiles para esgrimirlos como bazas convincentes si tampoco funcionaron para defender "Hatari!", que en el fondo gustó a todo el mundo (como "Mogambo" de Ford) ya fuese considerada un divertimento africano o una obra maestra.
Debería ser suficiente - nunca lo ha sido ni para Hawks ni para nadie y es parte de la explicación de su poca fama - una sola razón para volver a ver "Red line 7000": simplemente es una de sus cinco obras más emocionantes (no exactamente las mejores, pero casi: para mí junto a "Red River",  "Only angels have wings", "To have and have not" y "Today we live" y no debe ser casualidad que la última y quizás también la penúltima o nunca tuviesen o hayan perdido respectivamente partidarios con el paso de los años) y de entre ellas, la más fulgurante y seca, la que menos se da a querer y probablemente la que más certeramente difumina (demoliendo tópicos debe ser algo así como su "7 women" particular en el terreno de las relaciones amorosas, del mismo año además) el tantas veces expuesto déficit de madurez de sus personajes masculinos frente a los femeninos.
Ese factor, la plasmación de los sentimientos de los personajes, sobre el que se asienta y retroalimenta, que trata de fijar (tan sencillamente en, por ejemplo, las mejores escenas de plano-contraplano de su carrera) por extensión o contraposición de lo que sucede en la pista de carreras y en el fondo evita cuidadosamente prodigar para que la película no se convierta en un catálogo de preguntas y respuestas, apenas deja margen para desarrollar grandes teorías críticas.
Basta con recordar que toda la peripecia argumental arranca con la muerte de un piloto, Jim Loomis, que en su única aparición en plano, dice haber encontrado tal vez a la chica de su vida, algo verdadero. No cabe frivolidad cuando se parte de un punto tan grave como ese ni desde luego propicia que la película tenga estructura de comedia - aunque pueda resultar divertida puntualmente - con lo que ya desde el arranque empieza poniendo en solfa las expectativas de quien, dispuesto a pasar un rato distraído, se acerque a ella.
No parece que el propósito de Hawks sea buscar adhesiones, identificaciones del espectador con lo que estos atribulados Mike, Gaby, Ned, JulieDan o Holly piensen o cómo actúen, ni creo que los escuche o los mire ni con condescendencia ni con nada parecido a la admiración (ser joven no es una virtud y les veremos mostrarse en algún momento a alguno de ellos y ellas claramente neuróticos, poco fiables, acomplejados, egoístas, pusilánimes, posesivos, inconscientes, hasta peligrosos... coartadas de sobra hubiera tenido para contemplarlos paternalistamente desde la experiencia que dan los años y quizá muchos le hubiesen aplaudido por ello), la empresa es mucho más compleja aunque como siempre pasa con su cine, pareciera involuntaria y el resultado, natural:  un melodrama total, el más perefecto imaginable. Lo que inmediatamente antes había sido en el terreno de la comedia "Man´s favorite sport?"  lo que paralelamente era la sorprendente "7 women" de Ford, lo que a la vuelta de pocos años sería "Topaz" de Hitchcock: broches de oro a sus respectivas décadas prodigiosas.
Hawks balancea su atención y sigue con cuidado de no perder detalle, como un director novel, las idas y venidas de sus actores y actrices, exponiéndolos de la forma más apropiada (en tiempo, en dimensiones del plano, en ángulo... como un veterano) a la luz de los focos para que veamos cómo son y por qué se comportan de la forma en la que lo hacen, sin juzgarlos, sin detenerse nunca porque todo gira sin descanso y nada puede hacerse para trascender y sin buscar lecciones para la posteridad, penetrando certera, desarmantemente en la verdad que hay en cada palabra que dicen y en cada movimiento que ejecutan.
Si ese debiera ser siempre el objetivo de cualquier cineasta, esta es una de las más grandes películas. 

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena defensa, Jesús, de una de las mejores películas de Hawks, para mí la última tan grande como la que más, la más simple, directa y en el fondo moderna a fuerza de clasicismo vivo, vigente y vigoroso. Tiene para mí un valor añadido, supongo que causa de muchos odios, la emoción: creo que algo que ignoro le pasó a Hawks, pero encuentro misterioso que, tras la conmovedora despedida amorosa - lo mejor de la película, tal vez de su obra, escalofriante de encuadres y de puntuación musical - del prólogo de "Red River" (cuando Wayne no deja que Coleen Gray los acompañe a él y Brennan, condenándola por puro machismo protector a morir a manos de los indios) dejara de ser el emotivo (aunque ciertamente sobrio) cineasta de "Today We Live", "-only Angels have wings" o "To Have and Have Not", para rehuír a toda costa lo trágico (desde el propio final de "Red River"), hasta más allá de la lógica que parece regir su cine (y esto llega al colmo con el cambio total del guión de "El Dorado"). Aquí, en "Red Line 7000", quizá por basarse, de nuevo, más en su experiencia vivida (fue corredor automovilístico) que en sus anteriores películas (pues el clásico y según algunos hasta "primitivo" Hawks fue quizá el primer manierista y el primer postmoderno), la emoción corre libre de nuevo. Yo quiero a esos personajes, a meudo fracasados, mediocres o neuróticos.
Miguel Marías

alberto de mieres dijo...

Estupendo comentario, Jesús, de uno de los mejores Hawks.
Yo también me sumo a la petición que hacía el anterior lector para que Marías confecione su lista de preferidas de los años cuarenta.
Y, si me permites, me gustaría preguntarle -ya que es otra de mis pasiones- a nuestro querido Marías -sé de su amor por la música de Lester Young, Webster, y otros muchos jazzmen- si le gusta también la música rock (pop,soul, funk) y cuáles son sus preferencias en caso afirmativo.
Las tuyas, amigo Jesús, las comparto totalmente.
Que Miguel excuse mi curiosidad casi de fan -y espero que caiga de nuevo por aqui-, y al autor de esta bitácora perdón por tan rara entrada, aunque sepa que le sigo con verdadera devoción.
¿Jesús, por qué no haces lo mismo que aqui pero hablando de la música del diablo?
Saludos

Jesús Cortés dijo...

Sí que he pensado en escribir sobre música, porque lo echo de menos y porque es lo que siempre había hecho en fanzines y similares y de hecho mi idea era que esta página hubiese tenido desde el principio alternativamente comentarios sobre rock o lo que sea pero se me fue la mano con el cine y no tiene mucho sentido cambiar ahora.
Veo que hay gente que es capaz de llevar dos o tres blogs al mismo tiempo, pero yo no sería capaz.

Anónimo dijo...

Perdona, Jesús, que use tu blog de buzón, pero aprovechando que lo veo me hacen extrañas peticiones o preguntas. Aclaro que me gusta todo tipo de música, pero no estoy muy al tanto de cosas recientes ni entiendo muy bien ciertas etiquetas. No sé qué es exactamente "funk", hay música calificada de "fuky" que sí. Rock mucho, pero soy más de Elvis Presley o Eddie Cochran. Y hay cosas que hoy pasan por rock que, me gusten o no, veo poco relacionadas con el rock. Soul sí, blues sí, la llamada clásica también, y la folk, la country & western, y desde luego el jazz antiguo y moderno. Sobre los años 40, ocuparía mucho espacio, y no tengo vocación de "okupa". Hecha, aunque siempre cambiante y profesional, tengo la lista de cualquier época, y hace tiempo que trato (sin éxito) de confeccionar una de mis mil preferidas (que no mejores), pero no logro bajarla de dos mil.
Miguel Marías

Igor dijo...

Me alegro mucho de leer lo que comentas sobre esta película, pues justamente la vi ayer por primera vez, y coincido en que contiene algunos de los grandes momentos de Hawks.
Y yo también me sumo a la petición que por aquí hacen a Miguel sobre los años cuarenta, pues otras de tus listas me han servido para descubrir muchas cosas interesantes. En fin, lo de las dos mil ya no sé si sería mucho pedir, quizá como una entrada especial en el blog, una que confeccionaseis entre Jesús y Miguel, o cada uno por separado para comparar...en fin a unos cuantos nos haría mucha ilusión, perdçon en cualquier caso por tanto pedir...
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Jesús, veo que "Red Line 7000" suscita pocos comentarios - siendo mucho más interesante que mis preferencias -, lo que me lleva a temer que muy pocos la hayan visto. Cierto que es criminalmente difícil volverla a ver, sobre todo en buenas condiciones, en formato panorámico y en V.O., porque al parecer a nadie en el mundo le ha parecido que valiera la pena editarla en DVD. Pero es una de esas películas para mí imprescindibles y ejemplares para conocer y entender a Hawks, su verdadero testamento (como era de suponer, nada pomposo ni trascedente, sino sencillo y directo, lleno de fuerza). Ah, pero no reúne prestigios externos, ni siquiera de género (no es un "negro" ni un "western"), no ganó (obviamente) premio alguno, ni siquiera tuvo éxito (es una película sobre jóvenes que no les da coba ni los compadece ni desprecia ni los trata como un "segmento poblacional", sino como personas individuales, con sus virtudes y defectos).
Miguel Marías

Anónimo dijo...

Vi dos veces "Red Line 7000" en los 80 (una de ellas en V.O. y en pantalla grande) y me pareció una de las más grandes películas de Hawks. Pero desde entonces no he tenido oportunidad de volverla a ver (es junto con "Air Force" y "The Ranson of Red Chief" lo único que falta por editar en DVD de los 35 últimos años de su carrera) así que poco puedo decir, sólo citar impresiones generales: los colores intensos, el hecho de que no tuviera un claro protagonista (en los dramas de Hawks, aunque el grupo tenga una importancia decisiva, hay siempre uno; como Wayne, por ejemplo, en todas las que protagoniza) y sobre todo recuerdo su tono grave (no es una película para "pasar el rato" como sí lo son, para aquellos que únicamente piden eso al cine y sólo eso ven en ellas, "Hatari!" o "Eldorado").
En fin, confío que vuestros entusiastas comentarios lleguen a quienes corresponda (seguro que hacen buen negocio) y se decidan a editarla (y "Today We Live", ya puestos).
Rodrigo Dueñas

Jesús Cortés dijo...

No creo que la editen y tampoco que sea reconsiderada, no a corto plazo. Sus virtudes son demasiado "discutibles" para una gran parte de la crítica actual, que la encontraría hasta poco hawksiana. "Today we live" lo tiene aún peor porque se supone que es un impersonal encargo con un guión poco lucido de Faulkner. Para mí una de sus más grandes obras, del tamaño de los grandes Borzage de esos primeros 30.

Anónimo dijo...

Releo la primera entrada de Miguel Marías, en la que reprocha a Hawks su miedo a la emoción, y pienso que, por mi parte, es otra cosa diferente lo que hace que me despegue un poco de él y, aún considerándolo un extraordinario director, da lugar a que no lo tenga entre los grandes de los grandes.
En cuanto a la emoción, es sin lugar a dudas (sobre todo si la acompaña el humor) la cualidad que más valoro en el cine (y en las otras artes); por eso Ford y otros como Chaplin, Ozu o Hitchcock son mis directores favoritos. Pero Hawks era algo alérgico a ella y optó por un tratamiento de los personajes y las situaciones más despegado (apoyándose para ello en el humor, justo lo contrario de quienes adoptan una actitud afín) y no me parece mal su decisión cuando, en fin, los excelentes resultados a la vista están. Por cierto, ese recelo hacia el sentimiento (hacia el sentimentalismo supongo que diría él) es algo muy extraño al cine anterior a la 2ª Guerra Mundial, sobre todo al hollywoodense. Hawks es, de los americanos que comenzaron en el mudo, el único que por lo que sé (sólo he visto cinco de las películas que rodó antes de "The Road to Glory" y entre ellas no se encuentra "Today We Live") no hace un melodrama ni bordea ese género. En cualquier caso, él lo reconocía como una limitación: sorpresivamente designó a Chaplin como "el mejor de todos", añadiendo "yo no sabría hacer algo sentimental, y por eso lo aprecio más".
Lo que no me gusta de Hawks (aunque esto ni mucho menos llega al punto de invalidar sus obras) es cierta artificialidad en muchos de sus personajes, en especial los jóvenes, ya que parece que están representando un papel incluso cuando se quedan a solas con otro; artificialidad (hablo por supuesto de sus dramas, no de sus comedias) que me resulta más chocante en las relaciones entre las parejas que empiezan a formarse: hay una rivalidad, una reticencia que me parecen impuestas, como impuestas me resultan (aunque llenas de humor o jugando con la sorpresa) algunas de las uniones finales.
Aunque bien sé que una de las cosas que Hawks más valoraba era el contar las historias de forma diferente. Y eso sin lugar a dudas lo consiguió con creces, como el relatar con claridad, concisión y brío y al tiempo saber insertar deliciosas digresiones.
Y muchas más cosas que otros han sabido y saben explicar mejor que yo.
Rodrigo Dueñas

Jesús Cortés dijo...

Creo que cuando veas "Today we live" muchas de esas piezas te encajarán. Es efectivamente un melodrama que se aferra a casi todas las cosas que suelen echarse de menos en esa etapa que dice Miguel que se abre justo cuando se termian el plano de apertura de "Red River".
Esa "rivalidad" de la que hablas en todo caso no es hawksiana, está en Cukor, LaCava, Ford, Walsh, Sturges, Stahl y hasta Griffith o DeMille. Y no me parece artificiosa, es el resultado de dotar a los personajes femeninos de la misma iniciativa que los masculinos. Es el siglo XX.