miércoles, 4 de junio de 2008

GRANDRIEUX EN LA FRONTERA

Pocas veces he sentido viendo una película un hálito de verdadera malignidad, de absoluta inhumanidad como viendo la durísima y lúcida "La vie nouvelle" de Philippe Grandrieux.
Es un film demoníaco, como lo hubiera entendido Val Lewton, del que es imposible no acordarse mientras transcurre la absorbente proyección de sus imágenes.
Realmente es una de las grandes películas de terror contemporáneas y una buena lección para David Lynch, que supongo se verá narcisistamente reflejado en el film.
La trama poco importa y además es ciertamente confusa. Los diálogos (mínimos) sirven para lo mismo que los de las películas de Sharunas Bartas, para que sintamos que los personajes aún no han perdido por completo la capacidad de comunicarse.
Pero no hay esperanza. El mundo es un agujero que ni Ingmar Bergman creyó tan oscuro, tan horroroso.
Las referencias que me vienen a al cabeza son disparatadas: "Apocalypse now" de Coppola y las escenas de Martin Sheen ido en su habitación de hotel, "The seventh victim" de Mark Robson y unos planos en los que la chica entra en una habitación y descubre un ahorcado, "Lost highway" de Lynch (espacios con luz estroboscópica donde entraste y no podrás salir más), "Few of us" de Sharunas Bartas (la soledad no cultiva buenas almas), "Bubu de Montparnasse" de Mauro Bolognini (el amor imposible y la cobardía), "Paranoid Park" de Van Sant (nunca pasa nada).
Una película que conmociona, busca y destruye.

1 comentario:

Shangri-la dijo...

Hola. Te invitamos a visitar nuestra publicación sobre cine y literatura. Un saludo.