Cuando en 1959, André de Toth se incorpora, como tantos otros directores a la TV, para volver luego esporádicamente al cine, finaliza un periodo de quince años en Estados Unidos plagado de espléndidos westerns ("Day of the outlaw" y "The Indian fighter" sobre todo, de la que ahora se han acordado algunos por "Avatar"; para algo ha servido), melodramas (la magnífica "The other love" pero también la aparentemente menor y más puramente aventurera "Slattery´s hurricane", que merecería una reconsideración) o thrillers (mis favoritos: "Pitfall" y "Crime wave", también la muy Siodmak "Dark waters").
"None shall escape" en 1944 es su segundo trabajo americano tras "Passport to Suez" y, junto a él completa un inusual díptico fantasioso-especulatorio sobre la Segunda Guerra Mundial por desgracia muy poco difundido.
"Passport to Suez", en 1943, se ocupaba de fabular juguetonamente sobre qué hubiese ocurrido si los alemanes tomasen - aún era posible - el control de la salida del Mediterráneo hacia el Mar Rojo.
"None shall escape", sin aventuras ni comedia, fue publicitada por su parte como la película que auguraba el futuro que esperaba a los nazis que por fin iban a pagar por sus atrocidades y se estructura en flashbacks a partir de unos futuros Juicios de Nuremberg por crímenes de guerra a un oficial germano incorporado con una gama de recursos admirable por Alexander Knox.
"Passport to Suez", en 1943, se ocupaba de fabular juguetonamente sobre qué hubiese ocurrido si los alemanes tomasen - aún era posible - el control de la salida del Mediterráneo hacia el Mar Rojo.
"None shall escape", sin aventuras ni comedia, fue publicitada por su parte como la película que auguraba el futuro que esperaba a los nazis que por fin iban a pagar por sus atrocidades y se estructura en flashbacks a partir de unos futuros Juicios de Nuremberg por crímenes de guerra a un oficial germano incorporado con una gama de recursos admirable por Alexander Knox.
Me gustaría saber cuántos "autores" creerán haber llegado tan lejos como el "artesano" De Toth en "None shall escape" en la vieja tentativa de plasmar ese lado oscuro de la condición humana que aflora en el transcurso de una guerra.
La larga sombra del neorrealismo italiano parece haber conminado a todo el cine bélico y derivados hecho en USA durante estos años (y al de otros países ocupados o afectados por la locura nazi, tachado insistentemente de burdamente propagandístico) a una especie de "segunda categoría", imagino que - no faltan argumentos apriorísticos ni películas que los corroboren - por edulcoramiento, por un acabado industrial, por maniqueísmo, etc.
"None shall escape", menos melodramática, más realista y dura incluso que sendos Lang, Sirk, Zinnemann, Dmytryk o Walsh y casi tan amplia como varios emblemáticos Borzage y un genial Lubitsch en clave de comedia, fulmina las objeciones para contar lo que estaba ocurriendo de verdad en Europa y curiosamente tal vez acercándose en el intento a la película que Frank Capra nunca rodó sobre el conflicto.
Wilhelm Grimm no es ningún símbolo y esto multiplica, por simple asimilación a cualquiera de los mandos intermedios y pequeños de esta y de todas las guerras, el efecto del film. No tiene una gran personalidad ni inteligencia, es sólo uno de los muchos arribistas y aprovechados que en estos años "mabusianos" encuentran en el ascenso del nazismo - si no hubiese sido por ellos, Hitler ni figuraría en los libros de Historia - una oportunidad de oro para comer caviar aún encarcelado, cobrar notoriedad aún a costa de traicionar a quienes lo quieren e imponer una autoridad que ni sabe de dónde emana para dar rienda suelta a sus más bajos instintos.
Apoyándose en este personaje despreciable pero gris y sin carisma, causa verdadero asombro ver como De Toth consigue contar, pausada y certeramente, en poco más de ochenta minutos, cómo se gesta la semilla del odio antisemita y el movimiento nacionalsocialista recién terminada la Gran Guerra, la ocupación de un pequeño pueblo polaco y el eco en Munich de la histeria por la figura de Hitler, cómo se ponía en marcha la maquinaria propagandística, el inicio de las deportaciones a campos de concentración y el nacimiento de la resistencia sin moverse un ápice de los parámetros y la planificación del western y el cine de género; se diría que involuntariamente, por puro rigor de la puesta en escena y conocimiento del oficio: es una obra crisol.
No irrumpe De Toth en el cine americano de los 40 con el ruido de Welles ni el atrevimiento de Fuller, ni el éxito de Wilder, ni la impronta culta europea de Sirk o, sin serlo, Mankiewickz y Lewin, ni los buenos contactos de Wise... aunque tal vez no sea tarde para restituir su nombre y el de sus grandes películas.
Wilhelm Grimm no es ningún símbolo y esto multiplica, por simple asimilación a cualquiera de los mandos intermedios y pequeños de esta y de todas las guerras, el efecto del film. No tiene una gran personalidad ni inteligencia, es sólo uno de los muchos arribistas y aprovechados que en estos años "mabusianos" encuentran en el ascenso del nazismo - si no hubiese sido por ellos, Hitler ni figuraría en los libros de Historia - una oportunidad de oro para comer caviar aún encarcelado, cobrar notoriedad aún a costa de traicionar a quienes lo quieren e imponer una autoridad que ni sabe de dónde emana para dar rienda suelta a sus más bajos instintos.
Apoyándose en este personaje despreciable pero gris y sin carisma, causa verdadero asombro ver como De Toth consigue contar, pausada y certeramente, en poco más de ochenta minutos, cómo se gesta la semilla del odio antisemita y el movimiento nacionalsocialista recién terminada la Gran Guerra, la ocupación de un pequeño pueblo polaco y el eco en Munich de la histeria por la figura de Hitler, cómo se ponía en marcha la maquinaria propagandística, el inicio de las deportaciones a campos de concentración y el nacimiento de la resistencia sin moverse un ápice de los parámetros y la planificación del western y el cine de género; se diría que involuntariamente, por puro rigor de la puesta en escena y conocimiento del oficio: es una obra crisol.
No irrumpe De Toth en el cine americano de los 40 con el ruido de Welles ni el atrevimiento de Fuller, ni el éxito de Wilder, ni la impronta culta europea de Sirk o, sin serlo, Mankiewickz y Lewin, ni los buenos contactos de Wise... aunque tal vez no sea tarde para restituir su nombre y el de sus grandes películas.
17 comentarios:
Hola, qué tal Jesús,
No he visto "Passport to Suez", pero "None shall escape" me gusta bastante, y me resulta atractiva dentro de un tema -y unos años- que tiene películas realmente complejas, no sólo propaganda. Y ésta, como bien dices, o no se menciona o queda en segundo plano. De Toth luego vuelve con menos acierto a a la 2ªGM con "El Doble Espía".
Crime Wave, si la hubiera rodado Tourneur, sería el doble de famosa. Me recuerda un poco a Nightfall. Igual le pasa a "Day of the outlaw", que si la filma el primer Peckinpah o el último Wellman, tendría más nombre. Hace unos meses vi un western suyo que me sorprendió, es pequeñito, pero sin un momento de bajón ni aburrimiento: "El último comanche", las pelis con cercos o encierros prolongados siempre me han gustado mucho.
Y su última peli no está nada mal, a pesar de ser un producto en plena explotación del filón abierto tras "Secreta invasión" de Corman y sobre todo "Doce del patíbulo".
No es una obra redonda, es un poco discursiva y quizá combina las texturas un poco forzadamente para no perder el hilo del juicio, pero habla mucho y muy bien de las habilidades de De toth, su limpieza, ese sentido del encuadre griffithiano, el arrojo para decir lo que pensaba (siendo él mismo en aquella época sospechoso de espionaje; no es broma) de los que aún podían ganar la guerra...
¿Con qué peli americana -digamos no "bélica" en el sentido de la acción, campos de batalla y demás, sino más de ocupación, urbana o campestre- te quedarías de ese subgénero anti-nazi de la primera mitad de los 40?
Yo creo que con "Man Hunt", luego "To ber or not to be" y "Mortal Storm".
Ahí va una buena lista que, según la miraba, me iba dando cuenta del montón de ellas que no he visto:
http://www.cine-holocaust.de/cgi-bin/gdq?efs00s03243.gd
Un saludo.
Estrictamente de esos años, las que citas y otras de esos mismos directores, más "Once upon a honeymoon" de McCarey (casi mi favorita), "Arise my love" de Leisen, "Uncertain glory" de Walsh, la muy olvidada, antaño tan celebrada "Mrs. Miniver" de Wyler, "Days of glory" y "Berlin express" de Tourneur, más lejanamente (quiero decir geográficamente pero con claros ecos) "Notorious" de Hitchcock, incluso "The seventh cross" de Zinnemann. Seguro que se olvidan muchas.
"Notorius" se va a la posguerra, como "El Extraño" de Welles. Del Hitchcock anterior, que tiene unas cuantas, tal vez "Lifeboat".
"Arise my love" es de las pelis que menos me gustan de Leisen, nunca le encontré el punto. "MRs. Miniver" estaba en mi cabeza cuando hablaba el otro día del poco aprecio actual por el melodrama bélico de los cuarenta; a mí me encanta, aunque hace mucho que no la veo.
Luego está "This land is mine" de Renoir, no sé hasta qué punto se podría meter "To have and have not", es menos específica, o "Journey into fear" que es curiosa. De esa lista que puse, hay unas cuantas que no he visto y seguro que son estupendas.
Pues a mí "Arise my love" es precisamente de las que más me gustan de Leisen, detrás de de "No man of her own", "Remember the night", "To each his own", "The mating season", y "Frenchman´s creek" y al mismo nivel de "Midnight" y "Hold back the dawn".
No he logrado ver nunca "None Shall Escape", pero ¿qué director actual tiene en su haber películas comparables a Day Of The Outlaw (1959), Pitfall (1948), The Other Love(1947), The Indian Fighter (1955), Man in the Saddle(1951), Ramrod(1947), Riding Shotgun (1954), Crime Wave/The City is Dark(1954), por no mencionar sino las que personalmente encuentro mejores de las que conozco, y a las que se pueden agregar otras tantas sólo levemente menos buenas, desde Dark Waters a Play Dirty pasando por Slattery's Hurricane y sus restantes "westerns" con Randolph Scott?
Quizá son demasiado poco llamativas, excesivamente secas y modestas, y poco mitificadoras, para llamar hoy la atención. No creo que se deba simplemente a que Andre de Toth no tiene (ni ha tenido nunca) renombre (ni minoritario y limitado, injustamente, a un par de películas, como Joseph H. Lewis o Edgar G. Ulmer), la verdad es que no creo que sus películas pudieran ser verdaderamente apreciadas aunque las firmase alguien más famoso. Aparte de eso, desde luego, es "un Don Nadie" como Phil Karlson o Robert Parrish, pero sobre todo creo que es un tipo de cine que hoy está de moda considerar pasado de moda.
Miguel Marías
Ni siquiera "Pitfall" figura en antologías de cine negro cuando es una de las mejores de los años 40 y tan claro precedente de ilustres Lang como "The big heat" y "Human desire".
¿Habéis visto alguna de sus películas húngaras?
¿Se conservan, o se han perdido?
Yo no conozco ninguna, Carlos, ni sé si se han editado alguna vez.
Hola, Jesús.
Acabo de encontrar una referencia en el libro "50 años de cine americano" de Tavernier & Coursodon. Según ellos, en 1994 se organizó una retrospectiva en el Instituto Lumière de Lyon sobre De Toth, donde pudieron descubrir sus pelis húngaras, de las que para ellos al menos una es excelente: Két lány az utcán (1939).
Ojalá algún día se puedan conseguir.
Un saludo.
Qué gozada encontrar un rincón como éste, de verdad. Donde la gente intercambia opiniones sobre la filmografía de De Toth. Dan ganas de rastrear hasta encontrar y revisar todas sus películas. Mi preferida es Day Of The Outlaw. Sé que no están entre las elegidas, pero me gustaría saber en qué lugar situaríais las más famosas House of wax y Springfield Rifle.
Por cierto, increíble y maravilloso que alguien se acuerde de Robert Parrish. Si hay hueco para caprichos yo me pido Richard Quine.
José Antonio.
A mí me gustan las dos. Prefiero la versión "Mystery of the Wax Museum" de Michael Curtiz en 1933 y lo mismo el argumento de "Springfield riffle" era más apropiado para un Peckinpah o un Delmer Daves, pero es buena de todas formas tal y como está.
Y no creas, José Antonio, que Quine es tanto un capricho. Tiene cuatro o cinco películas muy buenas y una, sobra decir cuál es, más grande que la vida. A eso no llega Spielberg
Hace un años, antes de que Andre de Toth muriera, Peter von Bagh organizó (con su presencia, además) una retrospectiva en el festival que organiza con Aki Kaurismäki, en el norte de Finlandia. Y allí se vieron algunas de sus películas húngaras. Así que existir existen.
Respecto a Quine, sólo por haber hecho "Strangers When We Meet", "Bell, Book and Candle", "The World of Suzie Wong", "Pushover" (que alguien motejó de "Double Indemnity" del pobre, pero yo prefiero al sobrevalorado film de Wilder), "Paris - When It Sizzles", "My Sister Eileen", "The Solid Gold Cadillac" (más otras buenas, como "The Moonshine War", "How to Murder Your Wife", "Synanon", y no sigo...) ya merecía mejor puesto en la historia que muchos "fijos" de ayer y de hoy, ¿no?
Miguel Marías
Ah, "Springfield Rifle" y "House of Wax" (que a mí me gusta aún más que la versión de Curtiz) se cuentan, creo yo, entre las "otras tantas sólo levemente menos buenas", y son, además, de las visualmente más memorables.
Miguel Marías
No he visto “Synanon”, Miguel. Me encantan todas las demás. Yo añadiría “Sex and the Single Girl”, que vi en un terapéutico programa doble con “Goodbye, Charlie”, de Minnelli, en una dolorosa tarde de verano, cambiándome ambas películas el color no sólo de la tarde, sino de alguna manera también de la vida. Son a partir de ese día, ni qué decir tiene, mis comedias preferidas de los 60, junto a “Three on a couch”, de Lewis, y “Bedazzled”, de Donen, otras dos joyitas poco valoradas a mi entender.
Además de admiración, Quine me provoca simpatía, autenticidad, una rara sensación de cercanía. Su cine en ocasiones me emociona, muchas veces me divierte, siempre me cae bien.
José Antonio.
José Antonio, también me gusta "Sex and the S1ngle Girl", y "The Notorious Landlady", "It Happened to Jane", y hasta muchas escenas de "Hotel"... todas tienen por lo menos "algo", salvo su infame parodia del "Prisionero de Zenda". "Goodbye, Charlie", tan poco apreciada, y pese a ser Fox y no MGM, me parece uno de los grandes Minnelli. En cambio, "Bedazzled", pese a mi simpatía por Donen (que se extiende a obras menores como la sublimemente titulada "Once More, With Feeling"... que podría ser el lema de la gran comedia americana), no he podido soportarla sin preguntarme ¿cómo puede Donen hacer tal cosa? ni sin ponerme de muy mal humor ninguna de las veces que lo intenté.
De todas maneras (y dos siguen vivos) se echa mucho de menos a aquel trío: Donen, Quine, y el muy olvidado Blake Edwards.
Miguel Marías
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